Loading...
baile

Baile:

“Es nuestra forma de derribar el racismo”

En el Distrito de Aguablanca, en el oriente de Cali, jóvenes bailan en grupo como seguramente lo hicieron hace miles de años comunidades en África. Los participantes se retan, su única arma es la sabrosura contenida en sus cuerpos.

Niños, adolescentes y 'veteranos' contagiados por una fiebre que los libera. Las manos, los pies, el cuerpo entero comunicando la euforia del espíritu.

George Ríos, uno de los bailarines urbanos con mayor trayectoria en el Distrito, afirma que la danza es el vehículo que lo conecta con sus raíces ancentrales. La investigación ‘Matrices coloniales y diásporas africanas’ del 2003 ratifica ese sentimiento.

“Uno de los primeros factores que es imprescindible puntualizar frente a todo lo que implicó la diáspora africana hacia las Américas es que las personas esclavizadas, más allá de su condición de mercancía de comercio, constituían seres nacidos en un complejo cultural y que, como tales, eran portadores de una memoria, de prácticas, de creencias, símbolos e imaginarios africanos localizados en un tiempo y espacio”, dice el escrito.

En la pista de baile puede ser él. Su imponente físico al servicio del impulso derivado beat, un golpe que trae vida. “El baile urbano me libera”, dice.

A lo que se refiere es al estilo musical denominado ragga, un ritmo nacido en las entrañas de Jamaica,país donde se concentró un enorme mayoría de los esclavos traídos al Continente.

“El Distrito de Aguablanca es el único lugar en Suramérica donde se baila este ritmo guardando su esencia original”, aclara.

En su academia, Generación del Ragga, se forman futuros bailarines de este género y de otros, como la Salsa Choque, nacida en el corazón del oriente de Cali.

Entre las tres categorías, base, sub-base y junior, se organizan pequeñas batallas de baile. Probar 'finura', mantenerse, superar a los que están arriba, quedarse en la base: el cuerpo tiene la última palabra.

baile baile baile baile baile baile baile