El pais
SUSCRÍBETE
Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa.
Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa. | Foto: Secretaría de Cultura

ENTRETENIMIENTO

Valentina Castillo y Danna Sarasti, campeonas del Festival Mundial de Salsa en 2022, se alistan para la nueva edición

La historia de dos almas que vibran por la salsa.

31 de mayo de 2023 Por: El País

Danna baila desde que estaba en el vientre de su madre. Si se lo preguntan a ella, la respuesta es desde que tiene memoria, pese a que solo tiene 12 años. Si la inquietud es para su padre, el recuerdo cargado de nostalgia lo hace sonreír.

En una salida familiar de algún mes de 2011 que no recuerda Jose Elver Sarasti, padre de Danna, iba junto a su esposa, mientras estaba en embarazo. En el vehículo sonaba La guarachera de Celia Cruz y a ese compás se movía la pequeña que aún no nacía.

Si sonaba una canción de otro género, el vientre de la madre se quedaba quieto. Si ponían salsa, la reacción era inmediata: había vida en esa barriga. Se sentían pequeñas patadas, movimientos, alegría.

“Siempre tuvo un amor especial por la salsa y fue algo que notamos desde el embarazo”, comenta Sarasti sin dejar de mirar a su pequeña, quien está en un rincón de la sala de la academia Pioneros del Ritmo, arreglándose para practicar.

Por su parte, su pareja de baile, Valentina, empezó a danzar en academia desde que tenía 5 años y medio. Sus padres intentaron llevarla a patinaje, pero no era lo suyo, al igual que en natación. Es así como entró a una academia de baile, que era lo único en lo que realmente era feliz.

Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa.
Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa. | Foto: secretaría de cultura

Cabe resaltar que Danna y Valentina participaron como dúo femenino estilo libre del Festival Mundial de Salsa en 2022, quedando campeonas.

“A los tres años, en una fiesta, le pusimos un vestido y salsa. Empezó a bailar como si llevara toda una vida en eso. Un amigo de la familia, que es bailarín, nos dijo que si cuando creciera seguía ese feeling, la llevara a una academia. Y así hice”, dice Diana Castillo, madre de Valentina, quien se asegura de acompañarla en cada paso.

En ese trajinar se encontró en una academia con Danna. Fue conexión a primera vista. Se admiraron, pese a que Sarasti en ese entonces tenía ocho años y ella, 10. Ambas se lo dijeron y se hicieron amigas. Tan simple como ello. El profesor de ellas en ese entonces también lo supo: hay lazos que son inevitables.

“La amistad es indispensable para ser un dúo. Hay que parecerse mucho”, asegura Danna, mirando siempre a su pareja de baile. Durante los pasados cuatro años han estado prácticamente juntas todos los días. Si tienen una competencia, deben entrenar de lunes a domingo de 5 pm hasta las 10.

Incluso, en varias ocasiones, han sido confundidas porque parecen hermanas. “Siempre nos dicen que son hermanas, pero no. Eso debe ser por el amor tan grande que se tienen. La salsa las unió”, expresa el padre de Danna.

La vida, necesariamente, se asocia con la música. Un recuerdo tiene notas musicales y una amistad, con seguridad, tiene una canción que compartir. Pero en el caso de Danna y Valentina se trata de algo que va más allá. El gusto por la salsa las unió, las convirtió en hermanas y, hace un año, se consagraron como campeonas mundiales de salsa.

El camino al Mundial de salsa

Seis meses antes de la competencia del Festival Mundial de la Salsa de 2022, Danna y Valentina empezaron a entrenar casi a diario. Sus rutinas, en ese entonces, era estudiar en las mañanas y cuando llegaban a sus casas pasado el mediodía, almorzaban lo más rápido posible para salir hacia las prácticas.

“Había días en los que no podían almorzar porque tocaba llegar lo más pronto posible a entrenar”, recuerda José. También resaltó que a raíz de ver el proceso de Valentina, considera que hace parte de su familia. “Verlas crecer es un regalo. Lo que más deseo es que puedan conservar su espíritu de humildad y sencillez. Quiero que ambas sean buenas personas”, añade.

En la academia Pioneros del Ritmo, presidida por Martha Riascos, las coreografías de las pequeñas estuvieron a cargo del profesor Bryan Cuevas. “Él nos regañaba mucho, pero era por nuestro bien. Quería que fuéramos las mejores y, sobre todo, que no viéramos a las demás compañeras como competencia porque eso solo haría que tuviéramos inseguridades”, explica Valentina.

Por lo que, cada día, practicaban desde las 5 p.m. hasta que aguantaran. Algunos días finalizaban sobre las 7, otros tantos sobre las 10. “Los esfuerzos no solo eran los entrenos. Nosotros como padres también los acompañamos cada día. Había días que tocaba correr el trabajo, pagar transporte, maquillaje, los vestuarios y demás. Pero al final, todo tuvo una recompensa maravillosa”, expresa Diana.

Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa.
Valentina Castillo y Danna Sarasti, bailarinas de salsa. | Foto: Secretaría de Cultura

Tanto Diana como José rememoran que cuando vieron a las demás participantes, sabían que era complicado llegar a lograr el campeonato. Sin embargo, cuando salieron Danna y Valentina, despejaron cualquier duda.

“Verlas en el escenario fue algo indescriptible. Me llenó de orgullo, emoción y también cuando vimos a la gente eufórica y aplaudiendo, sabíamos que eran ellas las campeonas. No teníamos ninguna duda”, comenta José.

A su vez, las campeonas resaltaron que haber ganado el Mundial de Salsa las ha hecho tomar más motivación para continuar con su proceso. “Gracias a esto, en ocasiones las llaman para acudir a eventos y participar en otros concursos”, resalta Diana. Durante su trayectoria, han podido ganar competencias en Buga, Roldanillo y Cali.

“La motivación sigue intacta y ya nos estamos preparando para la nueva edición del Festival Mundial de Salsa”, concluyeron ambas, momentos antes de empezar su práctica.

AHORA EN Entretenimiento