Los disfraces, una excusa para revivir la pasión

Los disfraces permiten a la pareja dejar salir a personajes que se atreven a más. La magia del Halloween no termina el 31 de octubre, sigue vigente todo el año romántico.

Liberarse de prejuicios, deshinibirse  y disfrutar de una libertad que generalmente nos negamos debido a los tabúes o poca información en materia sexual, son algunas de las ventajas de los disfraces eróticos que pueden hacer de la Noche de Brujas algo excitante. 

“El secreto del disfraz es que nos permitimos ser otros, dejando salir a personajes que encerramos en nuestro yo interno, y decimos y realizamos cosas a las que no nos damos licencia frecuentemente”, asegura Sissí Merchánd, experta en temas de sexualidad en angelguardian.mx.

Para la sexóloga Flavia Dos Santos, “Halloween  es la oportunidad para poner en práctica, en pareja,  ideas y fantasías con la excusa  de ‘hoy soy ese personaje’. Hay que  divertirse sin miedo, sin crítica y sin juzgar. La clave es elegir un disfraz sexy o picante y llevarlo con humor y gusto. Desde la estudiante  hasta la zombie sexy, todo es válido, lo importante es que disfruten juntos del juego y sean capaces de reírse juntos y admirar esa elección”.

Según una encuesta reciente del sitio  AshleyMadison.com, en varios países latinoamericanos el 37.9 % de los usuarios del sitio web prefieren ver a las mujeres disfrazadas de enfermeras, mientras que a un 27.6 % les excitan la ingenuidad y la inocencia de las universitarias. 

La pulcritud, la belleza y el sueño de tener sexo en el baño de un avión,  se conjugan  en el disfraz de azafata en un 13.8 %. Y un 10.3 % está dispuesto a someterse a las órdenes de una sexy policía o militar con voz de mando. 

A ellas el uniforme las derrite, en un 26.1 %; un 25.5 % prefieren la sabiduría del profesor; un 24.8 % desean al piloto y hay quienes sueñan más con superhéroes que con príncipes en un 23.6 %.

Celebridades como Kim Kardashian son un referente en materia de disfraces seductores: pirata sexy,  una hermosa y exótica Jasmine o gatita  traviesa.  

Hay que tener en cuenta que el disfraz que se elija debe destacar los mejores  atributos de quien lo usa y ocultar aquella  parte de su cuerpo de la que no está tan orgullosa. Es recomendable decidir el rol que quiere desempeñar. ¿Dominante y sumisa? Mucha actitud y ganas.  ¡Y a vivir una dulce y sensual noche de brujas!

Ellos las prefieren:Alumna: Esa imagen  mezcla de pasión e ingenuidad, es algo a lo que la mayoría de los hombres adultos   no se pueden resistir, porque implica la fantasía de la regresión del tiempo, el suspiro de los años pasados.Deportista:  Entre los jóvenes, el fetiche es la tenista, el futbolista o el árbitro,  por la imagen de juventud y resistencia.Conejita:  No son necesarios metros de tela, más bien  poca ropa y buenos atributos físicos. El  aura de erotismo de la conejita  Playboy ayuda  a seducir al más serio y sensato de los mortales.Secretaria: Una falda corta, la sugerencia de un escote, gafas, cabello recogido, labial rojo y actitud de escucha, derriten a muchos.  Ella solo debe mostrarse dispuesta a cumplir con las tareas que él le ponga y jugar a la  sumisión.Enfermera:  El delirio de un paciente no es su padecimiento, sino esa enfermera sexy que está como se la recetó el médico.Diablita: Dejar atrás la rutina y la mojigatería, se puede lograr con esta imagen de  mujer fatal.Los disfraces que ellas prefieren Según el sexólogo Ezequiel López Peralta,  “los disfraces eróticos pueden ser tanto para hombres como para  mujeres. Pero curiosamente cuando escribes  en un buscador estas palabras, la mayor parte de las propuestas son para que ellas se disfracen. ¿Será que el erotismo sigue siendo todavía algo más asociado a la mujer que al hombre?”. Policía:  Ella debe estar dispuesta a una requisa. Pero además puede divertirse buscando   la manera de convencerlo para que él no la multe. En este se ve reflejada en la  pareja, la dominación absoluta  del macho dominante, que solo en la fantasía está bien visto. Sacerdote: Convencerlo a pecar será su excitante tarea. Pero también se vale que él le imponga una penitencia.  Christian Grey: El símbolo sexual  del momento requiere de una Anastasia Stelee dispuesta a salir del cascarón y que se aventure a vivir nuevas experiencias. Stripper:  Se requiere de un cuerpo, no necesariamente musculoso, pero al menos tonificado. Y hay que  bailar bien. Es recomendable para el hombre haber hecho ejercicio durante las últimas semanas. Y ojalá haberse bronceado, para que no parezca disfrazado de bolsa de leche y mate la pasión. Bastan unos movimientos sexis, música ambiente y que comience la acción. Médico: Detrás de la seriedad de este profesional de la salud, de sus lentes y el estetoscopio, hay  un misterio por descubrir. Esa  atracción prohibida cargada de admiración y respeto por la sabiduría, resulta milagrosa. Advertencia del experto:  ”El disfraz tiene un sentido más erótico que lúdico. Para evitar que provoque  más risas que excitación,  hay que identificar qué va mejor de acuerdo al  cuerpo y personalidad”, dice López.

Algunas opiniones:

“Los disfraces eróticos están mal enfocados, uno fantasea con la enfermera tal y como es, en la clínica a uno  no se le acerca  una con minifalda y tacones”, Antonio Sanint, actor. “Me parecen fatales los disfraces’. Son de una lobería subida. Sin embargo, respeto a quien le agrade querer hacer el ridículo para seducir”, Alejandra Azcárate, actriz. “Me gusta que se vista como la mujer invisible, que no tenga nada encima y que de tres vueltas  y se desaparezca. (Risas) Me provoca más pasión verlas sin disfraces ni máscaras”, Faustino Asprilla,exfutbolista. “Me gusta una mujer vestida de Gatúbela, sensual, sexy y gata. Y yo  hacer de Superman, pero la que no falla es cuando me disfrazo del Hombre Araña”, Víctor Manuel Osorio,‘Caremonja’, publicista, partner del Tino Asprilla.