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Investigadores revelan el misterio en la sonrisa de la Mona Lisa

Que si sonríe o no, eso parece ser cuestión del pasado. Investigadores del Reino Unido se pusieron en la tarea de averiguarlo y dieron sus respuestas.

21 de agosto de 2015 Por: Agencias y Redacción de El País

Que si sonríe o no, eso parece ser cuestión del pasado. Investigadores del Reino Unido se pusieron en la tarea de averiguarlo y dieron sus respuestas.

Uno de los misterios más populares y sobre los que más teorías se han generado es sobre la sonrisa de la Mona Lisa, obra del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci. Fue adquirida por el rey Francisco I de Francia a principios del siglo XVI y desde entonces es propiedad de Francia. Se exhibe actualmente en el Museo de Louvre, de París.

Sin importar el paso del tiempo sigue dando de qué hablar, y ahora es tendencia en las redes sociales con el descubrimiento de misterios que causan más expectativa entre los amantes del arte. El motivo por el que sonríe la modelo de Da Vinci ha acaparado los esfuerzos y las investigaciones de profesionales y aficionados. Ahora, investigadores de las universidades de Sunderlanr y Sheffield han concluido que la enigmática sonrisa es un truco, una técnica posiblemente empleada por Da Vinci a la que han denominado ‘Sonrisa inalcanzable’.  “Como la sonrisa desaparece tan pronto como el espectador trata de atraparla, hemos llamado a esta ilusión óptica ‘Sonrisa Inalcanzable’”, explican los investigadores en una entrevista realizada por Vision Research. El estudio señala que la media sonrisa de Mona Lisa no acompaña el resto del gesto ni va de acuerdo con las facciones de la modelo, que son serias. Esto hace que  el retrato aporte diferentes expresiones para el espectador.  Para descubrir este efecto los investigadores compararon la Mona Lisa con un retraro anterior de Da Vinci, en el que se da una característica similar, y con otras pinturas, como el retrato de una niña del pintor Piero del Pollaiuolo.  Los expertos realizaron además diversos experimentos con voluntarios y con impresiones de los cuadros, mostrándoselos a diferentes distancias y con ligeros desenfoques, pidiendo que dieran su opinión sobre la expresión de las modelos. Los voluntarios notaban cambios en la expresión cuando en la imagen sólo se veía nítidamente la boca, pero no cuando se veía el resto de los rasgos y se tapaba la boca.  El efecto se logra mediante una técnica de difuminado llamada ‘sfumato’, que se basa en la mezcla de una serie de colores y técnicas artísticas que engañan al cerebro. La técnica elimina las líneas claras y difumina los contornos para fundir esas misteriosas sonrisas con el resto de la cara. 

Es decir, a los ojos del espectador la forma de la boca del personaje cambia de acuerdo al ángulo y punto de vista. 

El hallazgo este fenómeno ha podido descubrirse gracias a otro cuadro de Da Vinci conocido como ‘La bella principessa’. En él, el artista utiliza los mismos efectos visuales para modificar su rostro atendiendo al ángulo desde el que sea mirada.  En este caso (La bella principessa) la mujer del cuadro no es la Gioconda, sino Bianca, la hija ilegítima de Ludovico Sforza, duque de Milán desde finales del siglo XV.  Sforza encargó al pintor el cuadro para honrar la boda de su hija (de 13 años) con un comandante  milanés. Volviendo a la Mona Lisa, tal y como explica  la revista Science Discovery,  “su sonrisa desaparece a medida que el espectador se mueve, por mucho que quiera que se quede fija. Hemos llamado a esta ilusión óptica la sonrisa inalcanzable”.

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