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Homenaje a Los Lebrón en sus 50 años, recorrido por su trayectoria

En Cali, su segundo hogar, los Hermanos Lebrón inician hoy la celebración de sus 50 años. “A la Fania no le debemos nada”, “La música de hoy es salsa mascachicle”, dicen.

27 de diciembre de 2015 Por: Paola Andrea Gómez P. Jefe de Información de El País

En Cali, su segundo hogar, los Hermanos Lebrón inician hoy la celebración de sus 50 años. “A la Fania no le debemos nada”, “La música de hoy es salsa mascachicle”, dicen.

Las frases de sus canciones están inscritas en  el álbum de la salsa y de la vida misma. En el lamento del que sufre y llora cantando “por cada risa hay diez lágrimas”; del  salsero que lo dice con orgullo: “sin negro no hay guagancó; de aquel que mientras baila susurra al oído “la temperatura sube, sube, sube la temperatura”. Del que le huye a los problemas con: “La pelea y el bochinche, no me hacen falta…”.; del que se despide de su ‘ex’ con un “qué pena, me da”; del que afirma  sin recato que “todo  hombre debe tener esposa y una querida”; o del que le dedica a una señora “Si me permite y me perdona”.

Ellos saben que ese es parte de su éxito: hablarle de la vida al bailador, de su propia vida y no de una lejana. Llevarlo a la melancolía, incluso hasta a la ‘Agonía’. Decirle que escuche cuando la experiencia le habla o que este mundo está tan mal, que ya hasta la conciencia se ha perdido. Decírselo con melodía, con un sonido distinto, ese que en el mundo del barrio le llaman el golpe.

Los Lebrón 50 años y apartes de uno de sus ensayos

 

Y como de frases están hechos, hoy su existencia está signada por una que ellos inmortalizaron y que marca el derrotero de lo que serán sus 50 años de vida artística: “Salsa y control, salsa y control, el son montuno lo traigo yo”. Jose, el compositor, dice incluso que es gracias a su ‘Salsa y Control’ como surge  el nombre del género latino, del que Cali es conocida como su capital.

Esta noche de domingo, de feria,  Jose, Ángel, Frank y Carlos Lebron, --junto a su vocalista Virgilio Hurtado-- se vestirán de gala y sus voces se endulzarán con un sonido sinfónico en el Teatro Jorge Isaacs para iniciar así el preludio de sus 50 años, aquí, en esta Cali donde dos de ellos se quedaron viviendo y donde siempre los aguardan con los brazos y los oídos bien abiertos: 

¿Qué pueden esperar los caleños de Salsa y Control 50 años?

Frank: Es algo demasiado especial, por eso decidimos empezar con este concierto en Cali. Lo haremos, con la gracia de Jose, al que le ha tocado muy duro ponerle bastantes cuerdas. Tendremos unos invitados como Pedro Brull y Tony Vega y  otras sorpresas. Vamos a hacer canciones que posiblemente nunca se escucharon y que son de nuestros inicios. 

¿Por qué invitar a Pedro Brull y Tony Vega a este concierto? 

Frank: Porque son dos grandes cantantes. Les tengo admiración. Pedro Brull grabó ‘La Temperatura’. Y Tony Vega, que es un gran cantante, esta noche hará ‘Falta’. 

El particular sonido Lebrón es un referente en la historia de la salsa. ¿De dónde se alimenta ese golpe?

Jose: Nosotros nacimos, Ángel y yo, escuchando música de los 30 y luego la música afroamericana, el blues. Nos criamos con música de trío. Mambo y ‘chacha’ fue lo que menos escuchamos. Cuando hicimos una orquesta de Rhythm blues y música afroamericana, no sabíamos de la salsa. Toda esa música que conocíamos la fusionamos con la música latina y salió este estilo que yo todavía no sé cómo se hizo. 

En la primera presentación, ya en forma de los Lebrón, estaban ahí Tito Puente, Richy Ray y muchos de los grandes. ¿Cómo recuerdan ese día?

Jose: Estaba todo el mundo. Nosotros teníamos que llevar el sonido propio y teníamos uno bien barato, porque estábamos empezando. Entonces estaban ahí Richie Ray con Bobby Cruz, Tito Puente, La Lupe… había diez orquestas todas conocidas. Cuando nos tocó el turno, Joe Cuba me ofreció su equipo, Richie Ray me ofreció su piano. Nos apoyaron con todo. Entonces no había ese egoísmo de hoy. Todos éramos familia.  Y si llegabas tarde, tocaba apoyarse, era muy distinto. 

Su paso a la música latina está marcado por Joe Cuba. ¿Qué tan grande es esa influencia?

Jose: No me gustaba la música latina. Entonces descubrimos a Tito Puente y luego a Joe Cuba con el ‘Bang Bang’. Luego conocimos temas como ‘I like lait that’ o ‘Micaela’ de otros grandes... pero la inspiración principal fue Joe Cuba que hizo mucho para la música  y no le han dado el crédito que merece. 

¿Cómo logra una sola orquesta tantas frases populares en la salsa?

Jose:  La verdad no lo sé, van surgiendo.

Ángel: De las experiencias de la vida, de lo que nos sucede día tras día. 

Hay mucha tristeza en sus letras…

Jose: Sí, pero también protesta como en ‘Prostitución’ y ‘Moros y Cristianos’. Me dijeron que tuvimos una época de protesta, otra de religión, otra de racismo, pero fíjate, yo ni me había dado cuenta.

Me contaron que su papá escribía a diario y guardaba todos esos escritos y al revisarlos ustedes se alimentaban para las letras de sus canciones…

Jose: Mi padre era una cosa increíble. Él se fue de la casa a los ocho años y  escribió muchas poesías, de ellas salieron canciones como ‘Mi fracaso’. 

Ángel: De sus apuntes también sacamos ‘Esposa y una querida’. Cuando falleció, me metí en sus cuadernos y escribí como ocho canciones.

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 II En Cali me quedo

El  28 de diciembre de 2006 los Lebrón dieron un concierto histórico en Cali, con su hermano  Pablo Lebrón (q.e.p.d.) en tarima, ya muy diezmado de salud, sentado en silla de ruedas. En él, Pablo llora tratando de cantar el bolero ‘Regresa a mí’ y ‘Diez lágrimas’.   

¿Cómo recuerdan ese concierto que se quedó en la retina salsera de Cali? 

Jose: Mucha gente nos dijo ‘por qué dejaron subir a Pablo a tarima en esa condición’. Pero le voy a contar una historia: cuando mi papá estaba muriendo en el hospital me dijo ‘Joseíto traeme un café’ en una jarra especial, estaba curada. Y le dije ‘papi no puedes, pero era su deseo y la  tomó a escondidas’. El deseo de Pablo era venir a Cali, ese era el café de él. 

Ángel: Fue bien difícil. Pablo hablando era mejor que nosotros cantando. La enfermedad que le dio a él, la trombosis, causaba un efecto en la cuerda vocal, se le olvidaban las letras, pero él lo que quería era darle las gracias a Cali.

¿Qué es lo más grande que les dejó Pablo a ustedes como hermanos y como músicos?

Ángel: Tremendo hermano. Yo decía que él era el Buda, cuando estaba en tarima, la protección de nosotros. Y fue como un padre en la música.

Frank: Pablo era  muy estricto, las cosas tenían que ser como decía. La parte mía de Pablo era la verdad.

Jose: Mandaba mucho. Una vez, su pianista no llegó y me pidió que tocara con él. Fui y toqué y me dijo ‘tú eres mi piano’. Le respondí que no, que yo tenía mi orquesta con Ángel. ‘No, tú eres mi pianista y se acabó’. Me tuve que ir con él por respeto. Lo que más recuerdo de él fue que me gané su respeto.

Frank: Cuando Pablo cantaba un bolero, la gente enloquecía. En el Cabo Rojeño, en Puerto Rico, él abrió con el  bolero ‘Tus recuerdos’. Me cogió una mujer por las piernas y otras quitándose los interiores... El único que causaba esas reacciones era Tito Rodríguez.

¿Cómo les va con Virgilio Hurtado? (el vocalista caleño de Los Lebrón hoy)

Frank: Lo mejor que trae Virgilio a la mesa es su personalidad, su persona. Cantantes puede uno conseguir muy buenos en Puerto Rico o en otros lugares y no es criticando a Virgilio, pero conseguir una persona no es fácil. Creo que de todos los cantantes que ha habido desde que Pablo no está con nosotros Virgilio es el que mejor lo representa. Es respetuoso, buen cantante y hasta se parece a Pablo. Cuando Pablo  escuchó a Virgilio dijo ‘ese tipo es cantante’. 

Se repite  mucho que la salsa es un recuerdo, que Cali es la cuna de la vieja guardia y que ya no pegan las nuevas canciones. Sú último tema, de este año, ‘Mírame’, no pegó...

Jose: Cuando nosotros salimos en esa época eramos diferentes. Ahora todo el mundo tiene que ser igual, las melodías, los cantantes. Yo le llamo a esa música salsa mascachicle. Eso para mí no es salsa,  hay gente que dice soy salsero y nunca ha escuchado a Eddie Palmieri, Ray Barreto, Pappo Luca... Solo oyen salsa mascachicle.

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III Fania y  racismo 

Mucho se ha hablado sobre la poca oportunidad que tuvieron los Lebron en la Fania y  les decían que por qué no tenían un cantante blanquito  para que tuvieran éxito. Y que Jerry Masucci y Johnny Pacheco hacían parte de esa confabulación…

Jose: No tanto que estuvieran en contra sino que no hacían nada por nosotros. Grabamos un l.p., mandaron a hacer cincuenta mil  copias y se vendían sin promoción. Nunca nos dieron promoción, apoyo, nada. De lo que nosotros hicimos, no le damos gracias de nada a la Fania. La Fania destruyó las vidas de mucha gente. A mí me dicen de homenajes a la Fania y como que me da piel de gallina porque no lo merecen.

¿Tiene que ver lo que dicen con historias trágicas como la de Héctor Lavoe?

Jose: Héctor Lavoe es el más famoso, pero hay muchos. Tite Curet Alonso (uno de los grandes compositores) murió sin un centavo, sin nada porque no le pagaban. A nosotros mismos en 1985 nos debían seis millones de dólares y eso solo por un l.p.: ‘Salsa y Control’. 

¿Y qué pasó con esa plata?

Jose: La Fania cambiaba de dueño. Cuando Jerry Masucci se fugó, un mes después estaban los dueños en España, otro mes, en Bolivia, otro mes en México... entonces se dejó eso así.

Frank: Pensaba hace poco, cuántos éxitos tuvo la Fania, cuántas canciones y cuántas nosotros más que ellos. Ellos tuvieron éxitos de canciones de Héctor Lavoe, del otro y ninguna originales. 

Jose: No tenemos que agradecerle nada a la Fania. Alguna vez Johnny Pacheco estuvo en Bogotá y le preguntaron cómo le puso el nombre salsa a este género y dijo “sí, porque nosotros éramos judíos, italianos…”, Bah. Eso fue por ‘Salsa y Control’. Cuando yo grabé la canción, le puse placas especiales a mi carro con ‘salsa y control’ y los demás las pusieron: Pacheco y Masucci… Nosotros grabamos esa canción y en Puerto Rico se fue conociendo. La Fania no tuvo nada que ver.

¿Entonces, según ustedes, hay que aclarar que el término salsa viene del ‘Salsa y Control’ de Los Lebrón?

Jose: Leí que alguna vez se usó el término salsa y decían cositas, pero no se había usado nunca en forma hasta que yo escribí ‘Salsa y Control’.

¿Y de dónde le salió esa frase?

Jose: No sé. Empiezo a jugar en el piano y salen cosas, ritmos y palabras.

Frank: Esa canción fue un fenómeno. Miremos el caso de Michael Jackson, las disqueras estaban cerrando porque no se vendía y él salió con Thriller y eso fue un boom. Cuando Salsa y Control salió también lo fue, salieron programas, películas de Salsa y Control.

Finalmente, yo no creo que la culpa toda sea de la Fania porque uno tiene que salir a reclamar y decir eso es mío.

¿Les faltó pelear por sus derechos?

Frank: Sí. El más pelión soy yo y no lo hacía porque tenía 14 años entonces. Jose no lo hizo porque él es así. Una persona tiene que reclamar. Recuerdo una vez en París, nos invitaron a  Ángel, Virgilio y a mí, hace siete años, y una persona nos mostró el libro del Guinness, de 100 canciones de la historia de toda la música. Estaban Elvis Presley, Frank Sinatra… los más grandes. Y ‘Salsa y Control’ era el número seis. Le conté a Jose y como si nada. 

Yo no empecé con ellos. Era fanático y tengo muchas veces que pelear con ellos para decirles “tú sabes la importancia que tienen ustedes?” saben lo que han hecho en la música y ustedes lo cogen como si fuera nada. 

Si una persona me dice que Rubén Blades empezó con la música social en la salsa yo le tengo que decir que no. Rubén hizo música social y le doy todo el crédito del mundo, pero Jose mucho antes estaba escribiendo temas como ‘Moros y Cristianos’ o ‘Prostitución’.

Se ha dicho que ustedes hicieron parte del grupo de ‘los salseros malditos’ a los que no los dejaban  presentarse en grandes sitios de Nueva York...

Ángel: La Fania tuvo muchos conciertos en el Madison Squard Garden, con todas las orquestas que hacían parte de ella. A los únicos que no nos dejaron presentar fue a nosotros.

Jose: Yo tenía una oficina en la Fania y Jerry Masucci me decía “ven, por qué no estás aquí más”. Y yo no lo hacía porque lo que pasaba ahí era muy feo. Iba gente famosa de televisión, de las noticias y yo miraba apenas. Nunca han dicho lo que pasaba ahí y todavía son famosos. No dicen lo qué le pasó a Héctor Lavoe. Hay muchos a los que destrozaron. Hubo un trompetista, el mejor que he escuchado después del hermano de Richie Ray, no doy su nombre, muy decente y se fue con la Fania y murió. Hay muchas cosas que nadie sabe. La Fania hizo cosas buenas pero también hizo mucho daño.

Hay otra lucha muy fuerte que han librado siempre y es contra el racismo. Eso se ve también en las letras de sus canciones... 

Jose: De siempre. Usted coge alguien como Pete El Conde Rodríguez o Cheo Feliciano, Pablo Lebrón (su hermano fallecido) y siempre estaban atrás. Y adelante Ismael Miranda, Héctor Lavoe… los blancos. Cuando uno habla de salsa, habla de Pete El Conde, que se comía a cualquiera. Mire a Cheo y apenas hace unos años, antes de morir, se le dio la verdadera dimensión. Igual ocurre con Ismael Rivera. 

A Ángel le dijeron en un club ‘ustedes son la orquesta de mi mamá, pero no podemos traerlos aquí porque ustedes solo traen gente que toma cerveza’.

Ángel: decían  ‘ustedes van a traer público negro y no queremos negros acá’.

¿Eso ocurría con mucha frecuencia?

Ángel: Siempre. Nosotros tocábamos a la semana 22 veces y 19 era para afroamericanos,  no nos daban oportunidad.

¿Ustedes son músicos estructurados, pero no era muy duro saber que les cerraban la puerta por su color?

Ángel: Sí, pero eso no es nada. El abuelo nuestro no nos quería porque éramos negros. El papá de mi papá me decía “negro sucio, no me toques”.

Frank: Cuando los negros afroamericanos se daban cuenta de que uno era puertorriqueño, nos iba más mal. Y si el norteamericano sabía que eras negro y puertorriqueño entonces la discriminación se daba por todos lados. 

Yo recuerdo y no con ofensa, cómo Michael Jackson llegó a ser grande cuando era blanco. Y ¿cuándo tenía talento? Desde siempre. 

Cuando escuché Pablo Pueblo por primera vez, guao, qué canción sonaba exactamente  como Cheo. Tú le preguntas a Rubén Blades cuál era su cantante favorito y decía Cheo Feliciano. A Héctor Lavoe, igual... pero ¿quién se está ganando el dinero?: Marc Anthony, porque la verdad es que lo comercial siempre ha ganado. El hombre va donde quiere ir la mujer, la mujer quiere ir a Marc Anthony tengo que ir si no esta noche no pasa nada.

Pero sin duda, la mayor parte de su público es negro...

Frank: por eso es nuestra lucha permanente. Tú ves novelas y la negra tiene que estar sirviendo café o limpiando la casa. O no sabe hablar. Nosotros hicimos algo especial, si no para el mundo, para los negros.

Jose: Nosotros trajimos algo a la mesa. Uno  habla de unos artistas de hoy y pregunta: ¿qué trajeron a la mesa?  

Ángel: Daddy Yanky trajo gasolina. Y Maluma trajo la canción tuya, Jose: la temperatura. (risas)  

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