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Estos son los productos más solicitados por los caleños en las 'sex shops'

Un recorrido por estas tiendas a las que muchos caleños tienen pudor de entrar. De juguetes eróticos, disfraces y otras sorpresas están llenos. Sexólogos aclaran temores.

28 de abril de 2013 Por: Redacción de El País

Un recorrido por estas tiendas a las que muchos caleños tienen pudor de entrar. De juguetes eróticos, disfraces y otras sorpresas están llenos. Sexólogos aclaran temores.

“Yo no vendo amor, pero sí artículos que le han ayudado a la gente a mejorar su relación de pareja o que les ha permitido vivir experiencias diferentes”. Lo dice Martha Cifuentes, quien a través de Erotismo Boutique ofrece a los caleños una variedad de productos para “el arte de la sensualidad y el amor”, como lo dice su eslogan. Por su ‘sex shop’ desfilan hombres y mujeres que buscan darle un nuevo ingrediente a su vida íntima en pareja.Eso sí, al momento de comprar en cualquiera de los ‘sex shops’ que hay en Cali (y que se distinguen por estar en centros comerciales, de fácil acceso y que lucen igual que una boutique de ropa femenina: limpia, iluminada y bien organizada), se hace una salvedad: se venden productos seguros y de calidad, y se guía al usuario sobre su correcto uso, pero sin garantizar que su uso sea la salvación para una relación de pareja en crisis o para superar traumas sexuales.Los especialistas en el tema de pareja aseguran que los ‘sex shops’ antes que ser nocivos, resultan ser grandes aliados de la sexualidad. “Así como existen tiendas para generar bienestar de los sentidos (spas, restaurantes, gimnasios, parques de recreación, etc.), estas tiendas especializadas pueden ofrecer bienestar sexual a las personas que se acerquen con el deseo de inyectarle nuevas emociones a su relación”, dice Alejandra Ortiz Valencia, sicóloga y docente de la cátedra ‘Género y Sexualidad’, de la Universidad del Rosario. El sicólogo Álvaro Bonilla, explica que “los ‘sex shops’ son importantes aliados de la sexualidad en la medida en que estimulan la creatividad y alejan de la vida rutinaria los actos sexuales de la pareja. Pero requieren una mente abierta y una sexualidad dispuesta a experimentar”.Contrario a lo que algunos piensan (que se promueven conductas que atentan contra la vida sexual o la salud), los propietarios de los establecimientos señalan que sus productos están certificados -de hecho, son supervisados por el Invima-, y en ocasiones antes de poner un nuevo producto a la venta experimentan ellos mismos con uno de prueba, o solicitan a un grupo de clientes que lo hagan para medir el grado de satisfacción. “Estos sitios promueven, en general, el sexo seguro. Son para un público adulto, maduro, con la mente abierta y curiosa. No son para todos y muchos podrían terminar escandalizados y fácilmente juzgarían a quienes se acercan a estos lugares”, agrega Bonilla.  Por su parte Edinson Ceballos, del ‘sex shop’ caleño Kondomanía, asegura que los más dados a buscar cosas nuevas para su vida sexual son las personas entre 18 y 45 años, “pero de ahí en adelante, las parejas como que deciden quedarse estancadas, en lo tradicional, y se olvidan de la experimentación, cuando de jóvenes sí lo hacían” Al recorrer tiendas de la ciudad, El País encontró que a los clientes se les hace énfasis en la importancia de compartir en pareja y en la necesidad de protección. “Siempre sugerimos que si hay penetración se use el preservativo”, afirmó un vocero del hipermercado erótico Pantera Roja. Entre los productos más solicitados por los caleños están los aceites calientes (comestibles y para sexo oral), las lociones con feromonas, los lubricantes y los retardantes; les siguen la lencería y los disfraces, especialmente los de colegiala y enfermera; y los juguetes sexuales en general. Este año, el ‘rey’ del mercado es el llamado ‘huevo vibrador’, que permite estimular cualquier parte del cuerpo. “Los juguetes sexuales son eso: juguetes, no pueden ser considerados como reemplazo de una persona. Deben ser considerados dentro de la multitud de opciones que podemos crear para nuestra satisfacción sexual”, explica Ortiz.  Para Frauky Jimenez, sicóloga clínica, contrario a lo que muchos piensan “los juguetes sexuales no crean dependencia; al contrario, a veces aburren rápido y terminan archivados en un cajón”.Por su parte, el sicólogo Bonilla dice que los juguetes deben ser usados “en una relación consensuada, donde ambos estén de acuerdo en los límites que alcanzarán. La sexualidad es tan amplia que aunque para muchos ciertas conductas pueden resultar escandalosas, para otras son una fuente inagotable de placer. ¿Donde está el límite? En la pareja adulta, en el amor, el respeto, el placer y la comunicación que alcancen”.Y el mercado está listo para tentarlos con artículos cuyos precios oscilan entre los $2.000 (condones de colores) hasta de $450.000 (vibradores y consoladores, algunos inalámbricos y recargables). Y aunque a ellos acuden hombres y mujeres por igual, lo usual es ver parejas heterosexuales y del mismo género haciendo sus compras; así como a mujeres solas. Según voceros del hipermercado Pantera Roja, “ellas son más curiosas, más lanzadas, no temen entrar, preguntar y comprar”.

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