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‘Un hermoso domingo’, una película que hace extrañar el buen cine francés

Esta película resultó ganadora de varios premios durante el pasado Festival de Cine Francés. Esta película narra la historia de una pareja que se embarca en un viaje y se enamora en un fin de semana. Un poco de romance, un poco de cine, un poco de Francia. Un poco.

7 de diciembre de 2014 Por: Claudia Rojas Arbeláez | Especial para GACETA

Esta película resultó ganadora de varios premios durante el pasado Festival de Cine Francés. Esta película narra la historia de una pareja que se embarca en un viaje y se enamora en un fin de semana. Un poco de romance, un poco de cine, un poco de Francia. Un poco.

Cuando empieza esta película nos encontramos con Baptist, un profesor de colegio entregado a sus alumnos que no quiere tener mayores compromisos con el colegio donde trabaja realizando un reemplazo. Su rutina, sin embargo, se altera cuando decide cuidar a uno de sus alumnos durante un fin de semana. Y lo que empieza como un simple viaje a encontrarse con la madre del niño, termina convirtiéndose en una travesía que cambiará su destino. Vamos, pues, descubriendo de a poco, y sin mayor nivel de profundidad, que aquel profesor de provincia es en realidad un sujeto empeñado en huir de su familia y su pasado. Con él avanza la bellísima y no menos enredada madre del niño, la clásica ‘ex – loca’ de juventud que se gana la vida como mesera en las playas del sur de Francia, alejada de su hijo a quien ha dejado al cuidado de su padre. Después de unas cuantas conversaciones, en señal de agradecimiento con el profesor, lo invita a pasar juntos el domingo. De ahí el nombre. Como si un domingo soleado bastara para enamorarse. Como si el cine tuviera que justificar sus historias desde el amor. Como si no hubiera apuestas más naturales y menos forzadas, como si de raros estuviera hecho el cine francés. Entonces la película que tiene por excusa un fin de semana de verano, nos sumerge en la realidad de este par de seres que cargan sus fantasmas a cuestas: Ella, asfixiada por las deudas del pasado, y él prisionero de los estigmas de una familia pudiente en la que el perdón y la aceptación se hacen necesarios. Dejando de lado unas cuantas escenas, las más interesantes ocurridas en el pasado de la historia a la que asistimos, la trama se mantiene en un tímido margen en el que los conflictos se contienen, impidiendo conectarnos. Así, la película que bien pudo haber dado para otro tipo de conflictos y llevado a la producción a un clímax del que evidentemente carece, se desvanece. Bien podría pensarse que esto es algo recurrente en el cine europeo y mucho más en el francés, pero en un acto de respeto a los clásicos, por favor ubiquémonos. Lo que aquí acontece ni siquiera es un asunto de nacionalidad ni de corriente cinematográfica, porque ni siquiera dentro del contexto del cine francés podríamos comprender esta falsa racionalidad que solo sirve de excusa para huirle al conflicto dramático. Entonces la atención del espectador se convierte más en un acto de buena voluntad y de uno que otro deleite visual veraniego, que nos muestra la tibia dirección de la actriz Nicole Garcia, pues no hace grandes apuestas dramáticas ni cinematográficas. Y ante tanta contención, resulta poco probable que en estas miradas encontradas, exista la potencia que tratan de vendernos. Pero así, con idéntica ligereza, como se conduce la historia de amor, de la misma manera se disuelven los demás conflictos: La deuda de ella, los rollos familiares de él, la maternidad esquiva y la locura. Un trozo de la vida, un viaje de conocimiento en el que nos prometen mucho, pero no recibimos tanto. ‘Un hermoso domingo’, ésta película que empezó teniéndolo a él como protagonista, termina con ella, con otros interrogante de más y con una nueva promesa. Solo una canción como esas podría hacerle justicia a semejante final.

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