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“Soy maniática de comprar libros": Soffy Arboleda, la Madame de la cultura

En entrevista con El País, esta amante del arte colonial reconoce que se encomienda “al Espíritu Santo y a la Milagrosa. No soy rezandera, pero sí muy creyente y piadosa”.

30 de septiembre de 2012 Por: Claudia L. Bedoya | El País

En entrevista con El País, esta amante del arte colonial reconoce que se encomienda “al Espíritu Santo y a la Milagrosa. No soy rezandera, pero sí muy creyente y piadosa”.

Soffy, ¿por qué cuando le propuse hablar para este perfil dijo que le olía a muerto?(Risas) Si me ponen una condecoración aquí, otra allá, hace unos días fueron tres juntas (tributos de Vallenpaz, de la Facultad de Humanidades y en los 50 años del Departamento de Historia de Univalle); y cuando a la gente le hacen tantos reconocimientos es porque ya está bien viejito o antes de que se muera, para que la medalla no se les quede. ¿Y qué dice ante tributos como ‘Toda una Vida’ (Premios La Barra Makro) ‘Vida y Trayectoria’ (en Popayán 2006) o tener un salón con su nombre en la Escuela Gastronómica de Occidente?Yo no me las doy de nada y me parece que no lo merezco. Sin embargo, pienso que he ayudado muchísimo con la columna de El País a la gastronomía, porque la cocina me apasiona, me gusta mucho estudiarla. ¿El gusto lo heredó de su mamá?Mi mamá era pésima cocinera. Eso solo lo supe cuando yo vivía en París. El gusto viene porque me gusta comer. Además, es muy simpático cómo me volví cocinera: cuando estudiaba en Boston y luego en París con mi hermana Mireya, ella me puso el reto: “Como tú cocinas, no cocina nadie”. Íbamos a un restaurante y me decía que me fijara bien en la lista para que luego yo se lo preparara igual o mejor. Empezó a regalarme libros de cocina y yo empecé a tomar clases en el Cordon Blue. Yo no soy graduada de allá porque al Cordon Blue puede ir cualquiera, el que compre la boleta para entrar a ver lo que quiere. Además, canjeábamos, porque odio los oficios caseros, entonces yo cocinaba y ella tendía camas. ¿Por qué defiende la cocina tradicional?Porque me parece tremendo que se pierda la tradición, las cosas con que nos criaron, lo auténtico nuestro; por eso no hay riesgos de que me coma un ‘hamburguer’. Porque no me gusta la ‘fast food’, pero me encanta el ‘slow food’. Me encanta la comida bien hecha.¿Su edad es su mejor secreto?¡Ni mucho menos! Se lo digo a todo el mundo y con orgullo: tengo 81 años, nací el 2 de diciembre del año 30.¿Por qué el cabello corto?Eso es algo que me ofende...Tiene licencia para no responder...Siempre digo que se me aparece el Todopoderoso y me dice: “Soffy, te voy a dar el don que quieras. ¿Quieres fortuna?”. No maestro. “¿Quieres inteligencia?” No maestro. “¿Quieres belleza?”. No maestro. ¡Pelo maestro, pelo! (risas). Porque no tengo casi pelo. Una pregunta sarcástica, ¿no se cansa de asistir a tantos cocteles, cenas y figurar siempre en el registro social?Detesto que me saquen porque la gente me va a odiar, dirán qué vieja tan metida, antipática. No, eso no lo busco, Dios me ampare.¿Qué le gusta leer a Soffy? ¿Cuántos libros tiene en su biblioteca?(Suspiro) Les tengo pánico. Son tantos, tantos, tantísimos, que dónde no tengo libros. Regalo los de literatura, me quedo con los de arte y cocina. Los libros son para mí una pasión. Me gusta leer mucho sobre el español, sobre el idioma, yo no soy escritora, pero me cuido mucho de los términos y las cosas, que sean en buen español. Me gusta leer cosas bien escritas. Con frecuencia dice ‘majadero’. ¿Por qué le lanza esa palabra a más de uno?Pues será porque se la oí siempre a mamá, ella nos decía “majaderas”. Majadero es ser necio, pero ¿Soffy es una majadera o una caprichosa? Caprichosa no soy, pero majadera... ¡uff! ¿Sigue siendo la reina de la mesa liberal de los martes en el Club Colombia?No la reina, pero sí la única mujer. Me fascina y soy feliz con ellos. Cuando entré les dije: “Sé que ustedes echan chistes fuertes pero quiero decirles que soy mujer, ya mayor, y les advierto que si no cuentan los cuentos verdes no vuelvo” (risas). ¡Qué no me han enseñado esos hombres!Si es liberal, ¿por qué terminó casada con un conservador como Alfredo Vega?¡Ah! Qué godo tan godo, pero era un hombre sensacional. La política nunca fue motivo de discusión. Tuve novios y todos me propusieron matrimonio, menos Alfredo, entonces, yo se lo propuse porque me fascinaba su rectitud impresionante y no tenía doblez ninguno.¿Alguien ha escrito la biografía de Soffy Arboleda de Vega?No, cómo se le ocurre. Un desocupado de ese tamaño no ha nacido. No hay nada verdaderamente importante, es una vida muy rica la que he tenido. He hecho lo que he querido y ese es un don increíble.

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