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La huella que dejó Álvaro Castaño Castillo en Cali y en la cultura colombiana

Además de haber sido el administrador del Club Campestre siendo muy joven, en esta ciudad empezó a construir una familia junto al amor de su vida, Gloria Valencia. De esto y otros temas habló con El País en el año 2011.

10 de agosto de 2016 Por: Claudia Liliana Bedoya S, reportera de El País

Además de haber sido el administrador del Club Campestre siendo muy joven, en esta ciudad empezó a construir una familia junto al amor de su vida, Gloria Valencia. De esto y otros temas habló con El País en el año 2011.

Un lazo muy fuerte unía a Álvaro Castaño Castillo, quien falleció este martes, con Cali. Además de haber sido el administrador del Club Campestre siendo muy joven, en esta ciudad empezó a construir una familia junto al amor de su vida, Gloria Valencia, fallecida en el año 2011.

En Cali también le dio forma al sueño de fundar la emisora cultural HJCK, pensada para difundir la música clásica en el país.

En el año 2011, los afectos de Álvaro Castaño Castillo con Cali se vieron renovados, gracias a la Medalla al Mérito Proartes ‘Toda una Vida’, que se le concedió durante el XV Festival Internacional de Arte de Cali.

Su trabajo durante 61 años al frente de la HJCK, su faceta como libretista y creador de un espacio para televisión como ‘Naturalia’ y su amor por manifestaciones literarias como el ensayo y la poesía, fueron razones de sobra para el galardón.

Así habló en dicha oportunidad con El País.

¿Para usted qué representa que Cali lo reconozca por su labor a ‘Toda una vida’?

Es muy honroso, muy estimulante recibir este premio porque proviene de un tribunal tan importante como es el que preside Amparo Sinisterra de Carvajal, el presidente Belisario Betancur y el doctor Juan Luis Mejía, que fue ministro de Cultura. Para mí es algo muy grato por el éxito que ha tenido a través de los años el Festival de Arte. Desde los 15 años de edad, usted ha luchado por elevar la cultura de los colombianos.

¿Cómo seducir a los jóvenes de hoy?

Invitándolos, haciéndoles ver que la cultura dignifica, que enaltece, que es la mejor compañera, que no traiciona nunca, que es la mejor amiga, que tenemos que casarnos con ella.

¿Qué hacer para que la cultura deje de ser la Cenicienta de los gobiernos nacionales y locales?

Eso no depende tanto de nosotros sino del Estado colombiano, él debe ser más exigente en su relaciones con los radiodifusores, quienes somos unos privilegiados que podemos irrumpir en la intimidad de los hogares en cualquier momento, sin pedir permiso, porque basta con sintonizar una emisora y se abren las puertas. Entonces, ese privilegio nos obliga a presentar programas de una dignidad extraordinaria. El Estado debe exigir de manera permanente que haya una cuota de cultura. Mientras eso no se exija, los colegas no lo cumplirán.

¿Es la radio cultural una especie en vía de extinción?

No, Dios no lo quiera. Al contrario, la radio cultural debe ser cada vez más cultural, más severa, más decidida a presentar la cultura en todos sus aspectos.

¿Cómo ve el esfuerzo de las universidades por rescatar el perfil cultural de la radio?

Cuando la HJCK nació en 1950, lo hizo con el deseo de ser un ejemplo de radio cultural para todo el país y después vinieron las emisoras que son hijas, nietas o bisnietas de la HJCK, como la de la Tadeo Lozano y la Javeriana. Creo que ellas, en buena hora, entendieron ese mensaje permanente y obsesivo de la HJCK. Pero creo que quien mejor entendió ese mensaje fue la emisora de la Fundación Carvajal, en Cali, –creada por Amparo Sinisterra– para presentar temas culturales en la radio. Ha sido absolutamente ejemplar, una emisora modelo.

¿Cómo resultó la decisión de ‘trastear’ su emisora al mundo virtual?

Tal vez en internet no nos oye la misma cantidad de personas que cuando estábamos en el dial, pero el consuelo es que hoy nos están oyendo en el mundo entero. Continuamente, la emisora recibe mensajes de los sitios más apartados y más inesperados del país, así como de Japón, de la India, de las islas más perdidas del mar Pacífico, de los sitios más distantes llegan mensajes diciendo que nos oyen y se sorprenden de que en Suramérica exista una emisora como HJCK. Esto confirma nuestro viejo sueño, de que la emisora no es ‘El mundo en Bogotá’, sino ‘Bogotá en el mundo’. Sus pasiones son el ensayo y la poesía.

¿Cómo ve el panorama de ambos género en nuestro país?

Colombia nunca perderá su imagen de país poético. Aquí, de cada diez colombianos, hay uno o dos poetas. En cuanto al ensayo, tenemos buenos ensayistas y culturalmente hablando estamos muy bien.

¿La cultura en Colombia sigue siendo de la ‘inmensa minoría’?

No. La cultura, si uno insiste cada vez un poquito más y más, se va a ir extendiendo. Es cierto que yo inventé la frase ‘Una emisora para una inmensa minoría’, pero a veces me arrepiento porque realmente no debemos insistir mucho en eso, al contrario, debemos aspirar a que la cultura colonice más mentes y estar siempre con la antena de la fe en la cultura encendida.

La HJCK fue la primera emisora cultural que tuvo Colombia, aquella a la que Álvaro Castaño Castillo le dedicó más de 64 años de trabajo, dejando un legado para los amantes de la música clásica, el arte plástico y la poesía. 

La emisora fue fundada el 15 de septiembre de 1950 por don Álvaro, en compañía de Eduardo Caballero Calderón, Hernando y Alfonso Martínez Rueda, Alfonso Peñaranda y Gonzalo Rueda Caro, con el firme objetivo de elevar el nivel cultural de la radiodifusión colombiana. 

La HJCK fue para don Álvaro uno de los tantos legados que dejó para el país, el cual construyó al lado de su esposa Gloria Valencia de Castaño, la primera dama de la televisión colombiana, quien falleció el 24 de marzo de 2011 a sus 83 años, pero que siempre fue su fuente de inspiración y su mano derecha. 

Desde sus inicios la emisora jamas perdió su propósito de aportar a la cultura del país, la cual se empezó a escuchar en el AM, luego en 1967 fue trasladada a los 89.9 Mhz de la frecuencia modulada (FM), la cual estuvo al aire hasta el 2005, cuando se convirtió en una emisora virtual. 

Se dedicó a emitir música clásica y programas culturales, y a partir del 15 de febrero del año 2000 añadió a su parrilla de programación géneros musicales como el blues, el jazz, el bossa nova, el son cubano y el rock clásico. 

Entre sus principales desarrollos radiales se pueden destacar creaciones como la serie discográfica Colección Literaria HJCK, que ofrece las voces de los más importantes poetas y escritores colombianos y de otros países, como por ejemplo la primera grabación discográfica realizada por Jorge Luis Borges. 

Pese a los cambios que sufrió en la última década, con su paso a la internet, debido a su bajo nivel de patrocinio y una reducción importante en sus niveles de audiencia, el escenario para la HJCK no cambió y se mantuvo la consigna de “levantar el nivel cultural de la radio comercial en Colombia”. 

Hace dos años don Álvaro donó a Señal Radio Colombia el archivo de voces de la HJCK, en un acto que reunió al presidente Juan Manuel Santos y al entonces ministro de las TIC, Diego Molano, en la que fue muy claro con su legado: “presidente, le estoy entregando mi vida, mi pasado, 64 años de trabajo”. 

“Ellos cuentan con un depósito para el almacenamiento de los documentos análogos único en el país, en donde existen las condiciones de temperatura, humedad y seguridad apropiadas. Los expertos van a limpiar, catalogar y digitalizar todas las grabaciones”, señaló en su momento el doctor Castaño. 

Radio Nacional de Colombia emitió el año pasado el programa 'HJCK en la memoria', una serie conformada por los programas que realizó la emisora para conmemorar los 40 años de funcionamiento en 1990, donde se hizo el recuento de la lucha de este proyecto por sobrevivir en el mercado de la radio privada. 

 

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