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Cronista Salcedo Ramos habla sobre el polémico boxeador ‘Kid Pambelé'

Alberto Salcedo Ramos, autor de la biografía sobre Pambelé, habla del personaje. Pronto esta historia será llevada a la televisión.

6 de julio de 2012 Por: Redacción de El País

Alberto Salcedo Ramos, autor de la biografía sobre Pambelé, habla del personaje. Pronto esta historia será llevada a la televisión.

El 28 de octubre se cumplirán 40 años del título mundial de boxeo que ganó Antonio Cervantes, ‘Kid Pambelé’, primero obtenido por un colombiano.Luego de la brillante carrera que lo convirtió en el único atleta de este país hasta hoy exaltado en el Salón de la Fama, su vida ha sido una sucesión de lamentables hechos personales. Como describió Juan Gossaín: Pambelé es “el coloso que le puso dinamita a su propia estatua”.La sola frase amerita un libro y de éste se encargó el cronista costeño Alberto Salcedo Ramos, considerado como uno de los referentes del periodismo narrativo, quien hoy promociona su nueva versión de ‘El oro y la oscuridad’ sobre el boxeador.“Cuando empecé a investigar la vida de Pambelé en el archivo de ‘El Universal’ de Cartagena, lo hice sin pensar que iba a escribir un libro. Era el puro gusto de investigar”, confiesa. ¿Cómo escribir algo novedoso sobre un tema que es de dominio público?No se trataba sólo de contar una vida, sino de usarla como pretexto para preguntar por qué surge ese tipo de ídolo, qué tanto tiene de nosotros y qué tanto de nosotros representa. ¿Es también una radiografía de la Colombia de su época?Una época que quedó atrás. Los boxeadores son héroes pasados de moda. Hoy la manera de tratar de salir de la pobreza es hacerse sicario. El sicario reemplazó al boxeador.¿Resultó Pambelé como lo pintan?La primera sorpresa fue hallar que la suya no es la historia de un campeón de boxeo que se volvió drogadicto, como todo mundo había contado, sino la historia de un hombre devorado por su personaje. Éste es un monstruo que lo tiene a él como protagonista y como víctima.Eso suena a locura...Él es bipolar. Tiene dificultad para determinar hasta dónde llega el pasado y dónde comienza el presente. Vive en un vagón estancado en el tiempo, desde donde la realidad se ve en color sepia. A veces llega borracho a su casa y comienza a pelear contra la ropa que está colgada en el patio.Fascinante, pero inquietante. ¿Qué de todo eso le atrajo?Me interesó asomarme en esa mente, sin morbo, para ver su drama y saber si es el mismo de todos los ídolos de la cultura popular en América Latina. Aquí nos volvemos locos con el ídolo y después volvemos loco al ídolo. ¿Cómo mantener la distancia con una historia tan compleja?Fue un reto mantener una distancia prudente, que me permitiera acercarme lo suficiente para ver el drama, pero no tanto como para dejarlo expuesto y vulnerar su dignidad. Continuamente me preguntaba: “¿Si yo estuviera en sus zapatos, me gustaría que eso se dijera?”. Ésta es una segunda versión del libro. ¿Cambió mucho de la primera?Dediqué dos meses a reescribir la primera edición, pero escribí muchos fragmentos nuevos. Siempre recordando que Borges decía: “Los libros hay que publicarlos para no pasarse la vida corrigiéndolos”.¿Cómo no caer en la ficción con un personaje tan fascinante?No es necesario, porque la realidad es muy rica en sorpresas y hechos. Quienes caen en la ficción desconfían de la realidad y no se permiten descubrir en ella lo que quieren inventar.El prólogo de Daniel Samper Ospina es muy elogioso con usted. Tanto, que lo ‘puso contra la pared’.Cuando alguien quiere desarmarlo a uno, no tiene sino qué elogiarlo. Hay que tener coraza para defenderse del elogio y la mía es aferrarme al trabajo. ¿El tema de Pambelé está agotado?Si algo queda por contar... que lo cuente otro.¿Cuál de sus cinco libros es su favorito?Los dos recientes: el de Pambelé y ‘La eterna parranda’, pues me han dado más satisfacciones y me han dado a conocer más. Pero, sobre todo, siento que soy el narrador que quiero ser.Y trajeron fama. ¿Ya se acostumbró a ser noticia?No me acostumbro, y me abruman un poco las entrevistas. Con frecuencia pienso que la entrevista es un género de ficción, porque después de verla publicada me pregunto a qué horas dije eso. No porque el periodista ponga en boca mía frases que no dije, sino porque me parece que el que salió ahí publicado es más bobo que yo. ¿Cuál será su próximo libro?Tengo el proyecto de hacer una crónica larga y hay varias posibilidades. Pero no me gusta anunciar porque como son temas de no ficción, nunca falta el que se atraviese y quiera salirme adelante.¿Siempre crónica? ¿No le tienta la ficción?Si algún día doy el salto a la novela, atravesaría una puerta de la que difícilmente me devolvería.

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