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Orlando Cajamarca, dramaturgo, actor y director del teatro Esquina Latina, que lleva más de 30 años en el campo de las artes dramáticas de Cali. | Foto: Giancarlo Manzano | El País

CALI

"Cali tiene crisis de identidad": director del Teatro Esquina Latina

Hoy, en el Día Internacional del Teatro, el maestro Orlando Cajamarca, director del Teatro Esquina Latina, sostiene que el narcotráfico tuvo graves efectos en el arte.

27 de marzo de 2017 Por: Yefferson Ospina | Reportero de El País

Hace más de 30 años, un hombre graduado de medicina de la Universidad del Valle y amante del teatro, decidió dejar a un lado su brillante futuro como doctor para dedicarse a la que era, a la que es, su pasión más profunda. Lea también: Cali, una ciudad en constante temporada de teatro

El maestro Orlando Cajamarca lo pone de un modo simple: “o me dedicaba a la medicina o me dedicaba al teatro. No quería ser medio médico y medio actor”. Y luego, cita a Estanislao Zuleta: “Era algo como decía el filósofo, un elogio a la dificultad. Yo tenía un futuro más o menos seguro como médico, y en el teatro tenía que abrir trocha”.

Hoy, el maestro Cajamarca es director, actor y dramaturgo de una de las instituciones teatrales más importantes de la región, el Teatro Esquina Latina. En el Día Internacional del Teatro, hablamos con él sobre la temporada teatral que inicia en abril en Esquina Latina y sobre su visión del estado de las artes dramáticas en la ciudad.

¿Cuál es la obra con la que se abrirá la temporada de teatro en Esquina Latina?

Se llama Lady Macbeth y es una obra basada en la tragedia Shakespeare. La dramaturgia es de mi autoría y en ella se propone una visión de la obra Macbeth a partir de la lógica de Lady Macbeth, de su ambición. En esta puesta en escena participa una actriz y un músico, en el violonchelo.

Ahora bien, además de esta obra que se presentará todos los sábados, el teatro iniciará su temporada con la pieza infantil ‘La fiesta de las aves’ que estará en escena todos los domingos de abril a las 11:00 a.m.
También tendremos el tercer jueves de cada mes el evento ‘Música entre amigos’, que serán recitales de música latinoamericana, y el último jueves de cada mes realizaremos encuentros de poesía.

¿Cómo es el trabajo de todo el equipo que hacer parte de Esquina Latina?

Esquina Latina nace en la Universidad del Valle como un grupo de teatro cuando no había ni siquiera una escuela de arte dramático. La iniciativa empezó de un modo vocacional y pronto incluyó un trabajo comunitario en Cali y en municipios aledaños del Cauca y del Valle del Cauca. Ese trabajo consiste en llegar hasta las comunidades a través del teatro no tanto con el objetivo de formar actores profesionales, sino de crear ciudadanía a través del arte. Muchos de los jóvenes que han participado de estas iniciativas comunitarias luego se inclinan a tomar el teatro como una opción de vida y a través del trabajo de varios años, se convierten en actores de planta de Esquina Latina, en dramaturgos, en gestores, en actores integrales. Esto nos ha permitido tener un grupo de artistas de planta para la producción de nuestras propias obras.

¿Y cómo ha sido el proceso para mantener el teatro?

Tener un elenco de planta tiene sus grandes ventajas. Una de ellas es que cuentas con un repertorio de piezas y un grupo de actores que las conocen y trabajan constantemente por el teatro. Una de las dificultades, por otro lado, es la de mantener el equipo. Nosotros nos hemos diversificado para eso, y tenemos talleres, hacemos trabajo social, tenemos todo un portafolio de servicios teatrales y buscamos apoyo del estado, de la empresa privada, de organismos internacionales, etc. El asunto no deja de ser complicado porque en Cali se vive lo que yo llamo un desprecio por lo que es local. A la gente le gusta comprar marca, entonces hay espectáculos de afuera que llenan teatros, pero los espectáculos propios no, y eso nos afecta.

¿Cómo ve la escena de las artes dramáticas en Cali?

Creo que se ha avanzado mucho. Hay varias escuelas de teatro en las que se gradúan muchos jóvenes y eso es muy bueno, pero también se tiene el fenómeno de que la oferta teatral parece superar la demanda, a pesar de que hay un público considerable en Cali. La pasada edición del Festival de Teatro de Cali demostró que está vivo, que a la gente le interesa y que es importante para la ciudad, porque todas las salas estuvieron llenas. Eso ocurrió también porque las boletas eran gratuitas. Yo creo que tenemos un gran problema con el público, un problema para que el público acuda a los teatros, pero eso es un problema estructural de toda la sociedad.

¿Y qué hacer para empezar a cambiar esa situación?

Yo creo que la formación de público es un asunto que le corresponde en gran medida al estado. Trabajar desde los colegios, las universidades, para que haya cátedras de teatro, para que lleven a los estudiantes a ver las obras, para que haya una relación consolidada con las artes. Pero como te dije, se trata de un problema estructural. Nosotros venimos desarrollando hace muchos años un trabajo comunitario y hemos podido comprobar que la educación pública está en un estado de deterioro muy profundo, así que uno no puede esperar que los jóvenes quieran ir al teatro cuando han recibido una mala educación en el colegio. Cali tiene el potencial para que el 10 % de su población esté interesada en todos los eventos culturales. Con ese 10 % asistiendo a salas, a conciertos, a muestras de arte, todos esos espacios estarían llenos.

Usted dice también que gran parte del problema es que Cali tiene una crisis de identidad...

Sí. Cali tiene una tradición teatral muy importante, muy fuerte, que llegó incluso a irradiar hacia el extranjero. De un tiempo para acá, sobre todo como efecto de la cultura narca que se impuso en los 90, Cali ha padecido un proceso de banalización con la idea de que esta ciudad es solo fiesta y fútbol. Yo no tengo nada contra la fiesta y el fútbol, pero creo que Cali es mucho más que eso. Durante los 60 y 70 la ciudad era vista como una especie de polo cultural, tanto que filósofos como Estanislao Zuleta decidieron instalarse aquí; así como artistas de la talla de Jorge Orlando Melo, María de la Paz Jaramillo, etc. Aquí también vivió el periodista Daniel Samper y trabajó en un periódico caleño. Pero luego llegó el narcotráfico y nos impuso su cultura y creo que aún no nos hemos repuesto de eso. Nos hemos empezado a creer el cuento de que somos solo Salsa y Fútbol y repito, es maravilloso que Cali sea reconocida por la salsa y el fútbol, pero la ciudad es mucho más que eso. En el arte, es mucho más que eso...

En la coyuntura de esta celebración, el gremio del teatro denuncia el poco apoyo que está teniendo...

Sí, los recursos para el arte son cada vez más reducidos. El dinero para estímulos del Ministerio de Cultura se redujo en cerca de un 60 % y cada año los recores vienen siendo más fuertes. Nosotros aprovechamos esta celebración del Día Internacional del Teatro para visibilizar esa situación y para denunciar las condiciones en las cuales se hace arte en este país.

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