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SALUD

Conozca lo que el reiki puede hacer por su bienestar físico y emocional

La técnica del reiki canaliza la energía divina y la transmite a diferentes puntos del cuerpo. Nos lo explica Teresa Salazar, autora del libro 'Reiki angelical en casa'

6 de julio de 2017 Por: Redacción de El País

La palabra ‘reiki’ viene del japonés y significa “energía univesal en unión con la energía vital”. Rei es energía divina y ki, energía vital de los seres vivos.

Así que la técnica del reiki canaliza la energía divina y la transmite a diferentes puntos del cuerpo a través de la imposición de las manos y de la visualización y repetición de poderosos símbolos, contenidos en cartas como Cho Ku Rei, “fuerza y poder”; Sei Hei Ki, “luz infinita”; Hon Sha Ze Sho Nen, “No existen límites para sanar en el tiempo y el espacio”; Dai Ko Myo, “conexión con el amor divino” y Raku, “la iluminación”.

Según Teresa Salazar, autora del libro ‘Reiki angelical en casa. Una guía de autoterapia para sanar todas las áreas de tu vida’, es posible utilizar la energía de amor de los ángeles y combinarla con los símbolos de reiki. Haciendo uso de sus cinco principios básicos: “Solo por hoy no te enojes”, “Solo por hoy no te preocupes”, “Solo por hoy sé agradecido”, “Solo por hoy trabaja de forma honrada”, “Solo por hoy sé amable con los demás”.

Para sanar con reiki angelical es indispensable entender cómo funciona el campo energético, que no solo somos cuerpos físicos, también tenemos un cuerpo mental y otro espiritual, los cuales se manifiestan en nuestro cuerpo físico a través de los chakras (ruedas energéticas).

En este tipo de reiki se trabaja con siete chakras principales, cada uno con su arcángel y un color respectivo: coronilla (conexión con Dios), arcángel Zadquiel, violeta. Entrecejo (intuición), San Gabriel, blanco. Garganta (comunicación), San Miguel, azul. Corazón (sanación), San Rafael, verde. Plexo solar (fuerza interior), Jofiel, amarillo. Sexual, área pélvica entre el pubis y el ombligo (creatividad), Chamuel, naranja y rayos rosados. Raíz, Uriel, color rojo rubí, ubicado en base de la espina dorsal (conexión con lo material).

Dependiendo de la situación que se quiera sanar, debe orar al arcángel respectivo junto a San Rafael y, al poner las manos en el chakra que se quiere trabajar, fluye un torrente de energía que sana física, mental y emocionalmente. Aquí, algunas aplicaciones reales.

Editorial Planeta.

¿Qué pensaría si le dijeran que usted mismo puede sanar su cuerpo, su mente y su corazón? De forma práctica y sencilla, este libro pone a su disposición todo el poder terapéutico del reiki angelical. Con un kit de cartas con símbolos, autoterapias guiadas, meditaciones, baños energéticos e instrucciones para sanar con cristales, esta guía le enseñará a: programar su alma gemela, aliviar dolencias físicas, descubrir su misión, limpiar sus espacios de malas energías, atraer la abundancia, sanar mascotas, recuperar la alegría de vivir, entre otras.

Relaciones familiares

  1.  ¿Siente que al compartir tiempo con su familia sacrifica el suyo?
  2.  ¿Su familia se queja constantemente por su ausencia?
  3.  Cuando un familiar se enferma o tiene problemas, ¿se muestra indiferente ante su situación?
  4.  Cuando en una charla se tocan temas familiares como el dinero o las relaciones, ¿es agresivo?
  5.  ¿Le miente a su familia?
  6.  ¿Guarda rencor contra un familiar?
  7.  ¿Le cuesta pedir perdón, incluso cuando sabe que se equivocó?
  8. ¿Recuerda a diario una situación con un familiar y no la enfrenta?
  9.  ¿Juzga a su familia?
  10.  ¿Le cuesta expresar sentimientos de amor hacia su familia?

Si respondió “Sí” a la mayoría de preguntas, armonice sus relaciones familiares. Use el reiki angelical combinado con la magia del Ho’oponopono. Escoja un sitio de meditación. Ponga música. Encienda una vela verde, pida su sanación y la de su situación. Invoque al arcángel Rafael. Lleve a su corazón la carta de Hon Sha Ze Sho Nen. Déjela por tres minutos allí, sosteniéndola con sus manos en forma cóncava, inhalando y exhalando luz verde. Sienta su respiración y el sonido de su corazón. Anote en un papel el conflicto que quiere sanar y qué lo generó. Ponga sobre el papel la carta Hon Sha Ze Sho Nen. Tome su carta Dai Ko Myo, sosténgala en su corazón durante tres minutos. Imagine a la persona con quien tiene el conflicto y repita: “Lo siento, perdón, gracias, te amo”. Si es importante para usted, puede añadir a cada parte de la frase las razones por las que lo siente, pide perdón, agradece y ama a esa persona. Tome el papel, relea lo que escribió y repita: “Lo siento, perdón, gracias, te amo”. Percibirá la situación de otra manera. La verá con los ojos del amor. Tome el papel y rómpalo o, si desea, puede quemarlo como símbolo de liberación. Agradezca tres veces: “Gracias, gracias, gracias”.

Cómo curar la depresión

  1. ¿Tiene deseos de llorar contínuamente?
  2.  ¿Llora sin razón aparente?
  3.  ¿Se irrita fácilmente?
  4. ¿Contínuamente se siente desanimado y cansado?
  5.  ¿Ya no se ilusiona con actividades que antes le divertían y siempre pone pretextos para efectuarlas?
  6.  ¿Le cuesta dormir?
  7. ¿Se despierta una o varias veces en la noche con tristeza o ansiedad?
  8. ¿Siente desprecio por sí mismo o se juzga duramente?
  9. ¿Prefiere estar solo?
  10. ¿Ha perdido la concentración?

Si respondió “Sí” a más de tres preguntas, es posible que esté pasando por un momento de tristeza o depresión. Para ello hay que equilibrar el corazón y la raíz. Ponga música. Acuéstese en el piso y ponga la carta Sei Hei Ki sobre su abdomen, con sus manos encima, en forma cóncava. Repita tres veces Sei Hei Ki. Concéntrese en su respiración. Inhale y exhale unos minutos al ritmo de la música. Desde el corazón, pida al arcángel Rafael que intervenga en ese ejercicio. Levántese y deje la carta a un lado. Por diez minutos, mueva su cuerpo al ritmo de la música. Visualice que, a su lado, bailan los siete arcángeles y que todo el espacio se llena de luz. Tome de nuevo la carta Sei Hei Ki. Sentado o acostado, póngala en su corazón y pida a San Rafael que regrese a usted la alegría de vivir. Utilice frases afirmativas. Concéntrese en su respiración y diga: “Gracias, gracias, gracias”.


Hoy me libero de todo dolor causado por mí o por algún miembro de mi familia. Hoy lleno mi corazón y los de mis familiares de amor, perdón y paz. Es un decreto. Gracias, gracias, gracias”.



Decreto sanador.
Ponga la carta Cho Ku Rei sobre su corazón para potencializarlo.

 

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