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¿Cómo vestir sin moldes y con mucho estilo?; tome nota sobre estas cinco reglas
Vestirse es un acto de expresión personal que, en lugar de seguir estándares, busca celebrar el cuerpo y el estilo auténtico, sin fórmulas.
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9 de jul de 2025, 11:46 a. m.
Actualizado el 9 de jul de 2025, 11:46 a. m.
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Lejos quedaron los tiempos en los que vestirse era sinónimo de encajar en patrones preestablecidos, seguir reglas inamovibles o intentar cumplir con estándares que dictaban qué era atractivo y qué no.
Hoy, especialmente entre Millennials y Gen Z, la forma de vestir se ha convertido en una declaración de intenciones, una forma de habitar el mundo con autenticidad, libertad y conciencia. Y, en este nuevo panorama, la ropa ya no es un pretexto para ‘encajar’, sino una herramienta para expresarse.

“La moda dejó de ser un manual de reglas y estándares. Ahora es descubrir qué te hace sentir tú misma, sin importar tallas, tendencias o etiquetas”, destaca Daniela Segura, Content Specialist de GoTrendier.
Por eso, bajo esta perspectiva, las fórmulas anticuadas pierden sentido, y lo que emerge con fuerza es un enfoque centrado en el bienestar personal, el estilo propio y la sostenibilidad.
Aquí, cinco claves para reconectar con un estilo propio, auténtico y sin restricciones:
1. No se trata de ‘ocultar’, sino de elegir. La ropa no debe ser una estrategia para esconder el cuerpo. El objetivo no es disimular, sino destacar lo que le hace sentir poderosa, atractiva o cómoda. La elección de prendas puede responder al estado de ánimo, la energía del momento o simplemente las ganas del día.

2. Conocer las formas, no los límites. Entender el propio cuerpo no es limitarlo. La idea es usar esa información a favor, no en contra. Ya sean pantalones anchos, siluetas ajustadas o fluidas: si conecta con la identidad.
3. Las tallas no importan. Entre marcas, países y cortes, las tallas cambian constantemente. Lo que realmente importa son las descripciones detalladas: cómo cae la prenda, su textura, su ajuste. El número en la etiqueta no define ni el estilo ni el valor de quien lo lleva.
4. Vestir para el presente. Aferrarse a ropa que ya no queda, con la esperanza de que algún día volverá a entrar, solo genera frustración. El cuerpo cambia, y eso es natural.
5. Inspirarse, sí, compararse, no. Las redes sociales, las tiendas vintage y los referentes pueden ser fuente de inspiración, pero jamás de comparación. El objetivo no es replicar a alguien más, sino encontrar aquello que resuene con su propia estilo.

Periodista de cultura, entretenimiento y tendencias, experta en edición digital e impreso. Amante de las historias que inspiran. Aprendiz constante.
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