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El dolor toráxico es uno de los signos de alarma de intoxicados por mezclar alcohol con cocaína. | Foto: El País

EDUACIÓN

Alcoholismo: las claves para entender la enfermedad detrás del escándalo del senador Álex Flórez

El alcoholismo es una enfermedad que se puede controlar. El primer paso es reconocer su padecimiento. Las consecuencias de esta patología no recaen solo en el paciente sino en su familia. Aprenda a detectar sus señales.

11 de septiembre de 2022 Por: Por Valentina Marín Montes, especial para El País

Bajo los efectos del alcohol el senador Álex Xavier Flórez protagonizó un escándalo público: insultó a miembros de la Policía Nacional al intervenir en la discusión que el político sostenía con empleados del hotel donde se hospedaba por no dejar ingresar a una mujer que lo acompaña y no estaba registrada.

Dos días después, el congresista se disculpó públicamente y reconoció que tiene problemas con el licor, que se rehusaba a admitir su problema, “pues es una condición socialmente aceptada y a la que no se le da la importancia suficiente desde el enfoque de salud pública y lo que implica padecerla. Yo he tocado fondo”, tal como expresó en un video en su cuenta de Twitter.

De acuerdo con la toxicóloga María del Rosario Rojas, de la Clínica Imbanaco Grupo Quirónsalud, el alcoholismo es “una enfermedad crónica en la cual hay un patrón de dependencia tanto físico como psicológico por el excesivo consumo del alcohol, y que genera un efecto placentero”.

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Es importante aclarar que quienes consumen alcohol a diario no necesariamente sufren de la enfermedad, por ejemplo, el que toma una copa de vino en su hora de almuerzo; sino que este padecimiento lo tienen aquellos que vuelven su ingesta una necesidad, no pueden parar cuando toman para sentirse bien física y psicológicamente.

Síndrome de abstinencia

El alcohol es considerado un tipo de droga, es por eso que cuando una persona quiere dejar de consumirla, sufrirá lo que es conocido como ‘el síndrome de abstinencia’.

Es decir, cuando ya tienen el patrón de dependencia y hay una suspensión de la ingesta de la bebida embriagante de manera abrupta, “el cuerpo genera una serie de reacciones dolorosas que hacen que la persona tenga que volver a tomar alcohol para calmar esa molestia”, explica la doctora Rojas.

El primer paso para la desintoxicación del alcohol es abstenerse de ingerirlo, lo que genera síndrome de abstinencia, el cual tiene tres grados: moderado, medio o severo.

Los dos primeros provocan síntomas como ansiedad, temblor en las manos, taquicardia y agitación (se ponen de mal humor, agresivos, no se pueden quedar quietos).

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En el caso más grave, es decir, en el grado tres de abstinencia, “los pacientes pueden generar algo que se conoce como ‘delirium tremens’ y este puede requerir manejo de cuidados intensivos si llegara a entrar en un cuadro de alucinaciones y puede llegar el paciente, incluso, a quedar en coma”, explicó la toxicóloga.

Según la OMS, cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, es decir, un 5,3 % de todas las defunciones.

Principales causas

Las causas para que una persona comience a padecer la enfermedad son multifactoriales.

Es importante mencionar que a nivel biológico, quienes han tenido padres que consumen alcohol, tienen una predisposición mayor a padecer la enfermedad, sin embargo, el factor psicológico es la principal razón de este padecimiento.

Generalmente detrás de estos enfermos “hay una historia de abandono, de violencia intrafamiliar, de abuso sexual, una familia disfuncional, que le ha faltado el papá y la mamá. Han faltado normas o a veces hay demasiada protección que no ha permitido que la persona desarrolle lo que los psicólogos llaman ‘tolerancia a la frustración’, no toleran que se les diga que ‘no’ y eso viene de niños que han sido criados en ambientes donde todo se le permite y todo se les da, o sea que exceso y el defecto son causales del alcoholismo”, manifiesta Óscar Suárez, psicólogo, quien fue vicepresidente de Alcohólicos Anónimos Colombia.

Es decir, que los traumas psicológicos y los vacíos emocionales generan que la persona busque una salida alternativa y encuentran esa respuesta en el alcohol.

Esto se convierte en un padecimiento degenerativo que va atrapando poco a poco al consumidor, hasta llegar a un estado que solo vive por y para el alcohol, una sustancia que, según los especialistas no solo destruye el cuerpo, sino la mente.

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“Uno va empeorando con el tiempo, yo bebía solo los fines de semana, pero comencé a beber no solo esos días. De repente un lunes salía con los amigos del trabajo a tomar cerveza; entonces se volvió normal ir a tomar un martes, un miércoles, cualquier día de la semana, la enfermedad va siendo progresiva. Incluso, a veces en el almuerzo me tomaba una cerveza, en vez de un jugo”, contó Carlos Jimenez*, quien estuvo en rehabilitación en Alcohólicos Anónimo y actualmente tiene 28 años en estado de sobriedad.

Síntomas y tratamiento

Quien padece la enfermedad es el único que puede diagnosticarla realizando el autoexamen de doce interrogantes que sugiere Alcohólicos Anónimos, comenta el psicólogo Suárez, quien agrega que, irónicamente, el enfermo no es el único que sufre por este padecimiento.

“Hay personas que toman mucho y no son alcohólicas. El problema está cuando hace cosas graves, cuando, bajo los efectos del alcohol, su personalidad le cambia completamente, es decir, cuando está sobrio es perfectísimo, y cuando toma se convierte en un rufián, un delincuente, en una persona completamente distinta, y lo peor es que no se acuerda”, aseguró Óscar Suárez.

Otro síntoma muy frecuente de una persona alcohólica son las ‘lagunas mentales’, es decir, que la memoria sobre todo lo ocurrido durante la borrachera no está completa.

Al alcoholismo también se le llama la ‘enfermedad de la negación’ ya que la mayoría de las personas que son alcohólicas, no aceptan que tienen la enfermedad y reaccionan de manera agresiva o evitativa cuando se le cuestiona por este comportamiento.

Es por esto, que para poder iniciar un tratamiento deben aceptar y decir “soy alcohólico”, es decir, reconocer que tiene un problema.
La asociación de Alcohólicos Anónimos brinda el formato de un autoexamen que cada persona debe responder de manera sincera, ya que con esto podrá confirmar si padece o no la enfermedad.
En muchas ocasiones, lo único que permite que una persona pueda buscar ayuda es lo que comúnmente se le llama ‘tocar fondo’, como el caso del senador Álex Xavier Flórez.

“Eran las 7:30 de la mañana, me despertó el sol y al abrir los ojos vi la gente que iba para el trabajo, bañadita, oliendo a perfume, y yo tirado en el suelo todo vuelto nada. Para mí fue tocar un fondo que me hizo pedir ayuda. ¿Qué me está pasando?, no pues si yo sigo en esto voy a terminar como un indigente, por ahí en la calle y de pronto consumiendo drogas o algo peor”. Así recordó Carlos Jiménez* la situación que lo hizo consciente  de lo que estaba viviendo y fue así como pidió ayuda en Alcohólicos Anónimos el 14 de octubre de 1994.

Las familias sufren mucho con el alcohólico, pues también se enferman al ver todo lo que hace, reciben los daños colaterales que causa la dipsomanía (nombre que recibe el alcoholismo en la medicina).

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Quien es dependiente del alcohol puede tener problemas con el manejo del dinero, conflictos en la familia (como la violencia intrafamiliar), en su trabajo, su vida se convierte en un desorden, comienza a decir mentiras e incluso, llega a tener problemas con las autoridades, especialmente las de tránsito.

“El alcohólico hombre cuando está borracho o se va a ir a tomar se vuelve demasiado laxo con la familia, por ejemplo, deja salir a los hijos, a las hijas, les da plata, les compra pollo, deja que el novio de la hija se quede, se vuelve demasiado flexible porque de esa forma él está pidiendo permiso o que sean permisivos con él para sus borracheras.

Cuando él deja de tomar y va a Alcohólicos Anónimos, y está en sano juicio, se da cuenta de todo eso y que la familia está enferma, porque no tiene normas, donde no hay papá, no hay autoridad”, ejemplificó Suárez.

Médicamente hablando, esta enfermedad no tiene cura, pero sí si se puede controlar. Para esto, se debe buscar un apoyo en lugares que tengan experiencia tratando este tipo de adicción como lo es la asociación de Alcohólicos Anónimos. Entre las soluciones para manejar la enfermedad, está la abstinencia de la sustancia.

Consecuencias

A nivel físico, el consumo de alcohol diario afecta a tres órganos principalmente:

  1. En el corazón: Puede generar una arritmia. Como la frecuencia cardiaca está alterada y late tan rápido el corazón, puede llevar a lo que se conoce como ‘muerte súbita’.
  2. Alteraciones a nivel del cerebro: Acelera procesos de demencia. Por otro lado, puede dar Parkinson y pérdida de memoria de manera prematura.
  3. El hígado: Puede llegar a generar la cirrosis.

Cuando la mujer en estado de embarazo consume frecuentemente alcohol genera el síndrome de alcohol fetal que trae como consecuencia malformaciones, como por ejemplo, un cráneo más pequeño del bebé.
Adicional a esto, al momento de nacer el bebé sufre del síndrome de abstinencia, lo que le causa reacciones dolorosas al infante.

*Cambio de nombre a petición de la fuente 

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