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La Panadería San Juan, ubicada en el sur de Cali, le ha sacado ‘jugo’ a la crisis y su propietario, Juan Camilo Ramírez (centro), confía en que vendrán tiempos mejores. | Foto: Foto: Henryu Delgado - El País

ECONOMÍA

Pujanza: las redes sociales, un 'salvavidas' para pequeños negocios durante la pandemia

Historias de tres unidades productivas de Cali que han sorteado la cuarentena con creatividad y amor. Así trabajan una pizzería, una empresa de nutrición y una panadería.

10 de mayo de 2020 Por: Redacción de El País

La creatividad y la pujanza de los vallecaucanos se ha dejado ver por estos días a raíz de la cuarentena generada por el llamado
Covid-19.

En este camino, la tecnología ha sido el mejor aliado de los emprendedores, en especial las redes sociales que permiten mantener el contacto con los consumidores.

Son muchos los ejemplos, los gimnasios ofrecen entrenamiento en casa por Instagram; cantantes participan con su música de cumpleaños, misas y funerales vía virtual y empresas de confecciones han creado estrategias para conectarse con los clientes y hacer madrugones virtuales.

345.000 micros, pequeñas y medianas empresas operan de manera formal en el Valle del Cauca, según Acopi.



De acuerdo con datos de la Cámara de Comercio de Cali, Bodytech ha conseguido que cerca de 25.000 personas sigan los entrenamientos por transmisión en vivo. Solamente en Instagram, la página oficial de esta empresa creció en 22.714 seguidores en solo una semana. “Los consumidores están adoptando nuevas y mejores prácticas de compra en línea que probablemente continuarán en una era pos-epidemia, fortaleciendo el eCommerce en Colombia y en el Valle del Cauca”, indicó Carlos Andrés Pérez, director Económico y de Competitividad de la CCC.

Muchos consideran que este momento es la oportunidad para aplicar nuevos modelos de negocios y expandirse hacia otros mercados, a través de herramientas tecnológicas.

Conozca tres historias de cómo lo han hecho los pequeños negocios.

Kit de pizza 'virtual'

Gianfranco Uda es un caleño que lleva la pizza en la sangre. Su familia, de origen italiano, siempre ha tenido restaurantes especializados en comida de ese país. Ha sido un gusto heredado que además le ha permitido vivir.
“Hemos ido y venido de Europa y el negocio siempre ha permanecido, a veces lo maneja mi hermana o a veces yo”, recuerda.

Hasta hace poco vivía en España donde tenía una pizzería, luego decidió retornar a Cali y emprendió de nuevo su negocio. “Hicimos un par de pequeños cambios y la idea era que la gente tuviera la posibilidad de comer un menú italiano diferente, pero llegó el virus”.

Gianfranco cerró la pizzería cuando el coronavirus llegó a Colombia. ”Mi madre vive en Italia y me contaba todo lo que estaba pasando y me dijo que esa situación iba para largo, por eso estuve pensando sobre cuál era el siguiente paso”.

Este emprendedor había tenido la idea de vender un kit de pizza para llevar y terminar en casa y decidió implementarlo. “En el mercado hay productos congelados y no siempre de buena calidad, lo que traté de crear es una comida buena y fresca”.

Estos kits llevan una base precocida, salsa napolitana casera, queso y ‘toppings’, si así lo desean los clientes, pero cuenta Gianfranco que la idea es que las personas le adicionen lo que quieran en sus casas. “Vamos muy bien, empezamos a vender los kits, promocionándolos por redes sociales. En semejante situación que estamos, porque los restaurantes se están quebrando, todos comienzan a hacer domicilios, pero la idea era marcar la diferencia. Son pizzas caseras para terminar en casa, en familia y a la gente le ha gustado”.

La compra de los kits de pizza se volvió toda una experiencia y cuenta Gianfranco que muchos clientes le envían fotos de las familias preparando la pizza y contando cómo se ha convertido en una excusa para reunirse y permanecer integrados en la casa. “La gente comenzó a pedir, el vos a vos y las redes han sido claves”.

Este kit de cinco porciones de pizza con adicionales de salsas y queso se vende en $50.000 más el domicilio. Con esta idea se mantiene el empleo de la familia de Gianfranco y dos personas más que trabajan con ellos.

"Hemos sobrevivido por las plataformas"

Esta cuarentena le ha enseñado mucho a Juan Camilo Ramírez, un joven emprendedor de 25 años, dueño de la Panadería San Juan, en el sur de Cali.

Lo primero es que un negocio puede tratar de nivelar los ingresos en medio de una crisis como la actual con la ayuda de las redes sociales y los domicilios.

“La verdad es que descubrí un gran potencial cuando empecé a trabajar con intensidad a través de las aplicaciones de domicilios y de las redes sociales como Facebook e Instagram. Hoy puedo decir que me han dado la mano y el resultado es que poco a poco he tratado de nivelar las ventas, pero lo más importante es que seguimos trabajando con el mismo número de empleados”, dice.

“Cuando arrancó la cuarentena los colaboradores que tengo se me acercaron y me preguntaron... ¿qué vamos a hacer? Les respondí que vamos a seguir juntos hasta donde aguantemos. Y gracias a las estrategias que fuimos poniendo en marcha y al amor con que trabajan los muchachos, hemos logrado seguir adelante”.

En el negocio todos han puesto su grano de arena, incluso la novia de Juan Camilo, quien ayudó a impulsar la venta de los productos a través de sus amigas y amigos en Facebook.

Sin duda alguna, la caída de las ventas generada por la imposibilidad de atender a los clientes en las mesas, obligó al joven caleño a buscar otras salidas. “El impacto económico fue duro porque la atención en mesas bajó 50% el fin de semana y 40% entre semana. Entonces empezamos la tarea de ser creativos y fue así como lanzamos promociones todo el día”, explica.

Juan Camilo cuenta que una estrategia que funcionó muy bien, especialmente en abril, fue venderles a los clientes masas listas para que preparen en casa pandebonos, buñuelos y galletas.

“Como la familia está en casa, entonces todos, incluyendo los niños, se ponen a hacer pandebonos en las formas que quieran, lo mismo con los buñuelos y las galletas. El resultado ha sido maravilloso porque se volvió un momento de reunión y de diversión en la cocina. Y para nosotros las ventas de masas empezaron a crecer. Solo en abril vendimos cerca de 850 libras”.

A ello se sumaron las promociones en las plataformas digitales, las cuales fueron grandes aliadas. “La verdad es que sin ellas no sobreviviríamos”.

En la práctica, las ventas han aumentado 50% gracias a las redes sociales, pero adicionalmente se convirtieron en el mejor trampolín para dar a conocer la panadería.

“Hay personas que no conocen mi negocio y aún así hacen pedidos por la aplicación. Los empleados me han contado que cuando han salido a los bancos a hacer pagos y llevan puesta la camiseta de San Juan, varias personas los han abordado y les han hecho comentarios positivos de los productos y del servicio”, señala.

Otra gran enseñanza que le ha dejado esta cuarentena es que el negocio puede seguir creciendo de manera escalonada. “La mayoría de mis clientes los tengo a mi alrededor, pero gracias a las tareas que nos propusimos y a las redes, tengo ahora clientes de otros sectores, incluso de otras ciudades, como Jamundí, Yumbo y Palmira. Eso me ha sorprendido, sin embargo debo decir que no tengo la capacidad para atender clientes de otras ciudades, a excepción de Jamundí”. Juan Camilo sostiene que cuando regrese la normalidad y atienda de nuevo en las mesas, no soltará el mercado que ha ganado gracias a las redes porque está seguro que el negocio se potenciará.

“Encontramos un nuevo modelo de negocio”

Botanique es una compañía que tiene 7 años en el mercado y está presente en Colombia, Guatemala, México y Ecuador. Juan Martín Suso, gerente de la empresa, la define como una organización que ofrece bienestar a las personas y lo que hacían, antes del Covid-19, era ofrecer jornadas de bienestar en las empresas, por ejemplo, llevaban spa facial, clases de meditación y tamizaje nutricional gratuitos a los trabajadores y, a partir de ese conocimiento, lograban ventas de sus productos cosméticos y de nutrición.

Con esta estrategia de trabajo crecieron 80 % en el último año. “Llegó la pandemia y tuvimos dos semanas de cierre, sin saber qué hacer y con mucha angustia, pero después pensamos que podíamos crear eventos virtuales y ofrecerlos a las empresas”, cuenta el emprendedor.

Hoy ofrecen jornadas de nutrición, hacen sesiones virtuales para determinar patrones emocionales que afecten el bienestar de las personas, también sesiones educativas del cuidado de la piel. “Es una transformación digital y lo mejor es que la gente queda muy contenta, participa y muchos nos compran productos”, dijo.

Esta alternativa le ha abierto una nueva estrategia de negocio a Botanique, pues como dice Juan Martín Suso, antes estaban limitados a ir a una sola empresa en el día y estar encerrados en un salón con un grupo pequeño de personas. Mientras que ahora, considera que las posibilidades son ilimitadas. “Por ejemplo, si una empresa nos da acceso podemos atender no solo a los que están en Cali, sino a los colaboradores que tengan en cualquier parte del país. Tenemos consultoras atendiendo trabajadores de México, hemos roto las fronteras”.

Botanique genera 130 empleos y vende unos 50 productos.

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