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El Valle, a la expectativa por la reactivación del comercio con Venezuela

Reapertura fronteriza es positiva, pero sin garantía en los pagos es difícil exportar, dicen gremios.

21 de agosto de 2016 Por: Redacción de El País

Reapertura fronteriza es positiva, pero sin garantía en los pagos es difícil exportar, dicen gremios.

Hace diez días la frontera con Venezuela fue reabierta, y son miles las personas que se han adentrado en territorio colombiano para comprar  alimentos, medicinas y hasta autopartes en Cúcuta, pero la plena reactivación de los negocios con ese vecino país es todavía incierta. Por lo menos así se palpa entre algunos empresarios, quienes señalan que  el gran obstáculo es el sistema de pagos, ya que mientras no haya garantías será imposible seguir aumentando las exportaciones hacia la vecina nación como en otras épocas.  Los incumplimientos surgen porque el Gobierno de Nicolás Maduro no entrega suficientes cupos de divisas a los importadores. Al punto que muchas compañías decidieron no volver a vender en ese país, como pasó con Calzado Rómulo —que tenía en Caracas una comercializadora— y otras firmas de ese sector en Cali.  Esa circunstancia casi llevó a la quiebra a muchas factorías, aunque no pierden la esperanza de que la reapertura fronteriza les permita recuperar ese mercado. Por ello, son varias las compañías nacionales que todavía le apuestan al mercado venezolano, aunque el declive exportador es evidente desde el año 2014, luego de que entre 2007 y 2009 esas ventas rompieran récord al oscilar entre US$6.000 millones y US$4.000 millones. A junio del presente año, las exportaciones apenas han facturado  US$408 millones, en su mayoría representadas en confites, galletería, chocolatería, preparaciones alimenticias y baterías, entre otras. El analista Julio Escobar recuerda que “el Valle del  Cauca se convirtió durante muchos años en el mejor abastecedor de Venezuela, ya que el 80 % de los productos que se consumían allá —en especial alimentos, artículos de aseo,  papel e insumos—  procedían de las fábricas de la región”. Hoy, recalca, la reapertura de la frontera es una buena noticia, pero  las condiciones para reactivar el comercio binacional no están claras. En eso coincide,  José Roberto Concha, director de Icecomex, consultorio de comercio exterior de la Universidad Icesi, quien dice que  reabrir la  frontera es algo positivo, pues se  reactivará el comercio de Cúcuta tanto así, que las ventas han aumentado en 35 % por la venta de bienes esenciales, pero con pagos en efectivo en la zona.  Sin embargo, “el problema es con las exportaciones, pues la situación económica en Venezuela es delicada, no hay divisas y existe gran preocupación  por la proximidad de los compromisos de deuda externa que se le avecinan a ese país”.  Por eso el impacto positivo por ahora es solo para el comercio fronterizo. Un sistema de pagos anticipados podría impulsar luego las exportaciones. A recuperar la confianza Según el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Producto Interno Bruto, PIB, de Venezuela caería 5,5 % durante el 2016, lo que ha acrecentado la incertidumbre de los empresarios e inversionistas. Aún bajo esas circunstancias, la propia ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, confía en que el “comercio se reactive con pasos firmes, estableciendo una canasta de bienes que Venezuela requiere, fijando adicionalmente una forma de pago con garantías que permita a las empresas colombianas vender allá sus productos”. Con base en lo anterior, se proyecta reabrir el comercio binacional dentro de dos semanas “donde se buscaría de una forma contundente, pero pausada la exportación de productos en el marco de un comercio de largo plazo”. Reconoce la funcionaria “que el Valle tiene en Venezuela su principal mercado de exportación, pero no podemos decirle a una empresa que venda o no venda, pero sí que exija una carta de crédito como una garantía para que reciba el pago por sus productos”. El Valle, a la expectativa Tal como lo dice la Ministra, Venezuela siempre ha sido un mercado para la industria vallecaucana. Tanto que en 2015 de los US$1825 millones en exportaciones, US$240 millones fueron por ventas a ese país. Aún así la desconfianza persiste.  “Lo que uno ve son familias comprando (en la frontera) productos en cantidades más o menos reducidas. No se ve una reactivación del comercio empresa-empresa que es el importante. Desde este punto de vista creo que el impacto sobre nuestros  exportadores será relativamente marginal”, sostiene Esteban Piedrahita, presidente de la Cámara de Comercio de Cali.  Al igual que otros dirigentes, considera que “el gran escollo es la escasez de divisas en Venezuela la cual impide que las empresas que venden a ese país tengan garantías de pago ciertas”. Por su parte, Gabriel Velasco, gerente seccional de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, confirma las preocupaciones: el pago, la incertidumbre que presenta Venezuela  en las reglas de juego para los empresarios e inversionistas  y el ambiente para realizar negocios. “Abrir la frontera es un gran paso, pero seguro tomará un tiempo adicional para recuperar la confianza y lograr que Venezuela sea el socio principal del Valle nuevamente”, añade. Tal como están las cosas, el impacto por la reapertura fronteriza tiene por ahora un efecto limitado. Se espera que hacia finales del 2016 el clima de negocios para los exportadores mejore y se recuperen las cifras que hace una década convirtieron al vecino país en el segundo socio comercial de Colombia. 

¿Volver al trueque? Debido a las dificultades en Venezuela para que los importadores puedan pagar sus pedidos a Colombia se está estudiando la posibilidad de volver al trueque un sistema milenario de pagos. Al respecto, José Roberto Concha, director de Icecomex, dice que  “el trueque es un sistema que se utiliza en el comercio internacional en especial en países que tienen monedas que no son convertibles a dólares, como es el caso del bolívar ahora, que es toda una jugada de póker, pero no es una mala idea”. Se puede hacer trueque, por ejemplo, de alimentos por combustibles entre otras cosas para abastecer la zona fronteriza. Concha recuerda que eso funcionó cuando Colombia vendía café a los países de Europa Oriental, con Chile en la época de Pinochet y en Rusia hay casos  de mercadeo como el de Pepsi que  hizo un trueque para poder sacar sus utilidades de ese país.

 

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