Economía

¿Dónde están las cuentas de las aerolíneas?

Daniel Gallo, presidente del Sindicato de Trabajadores Aéreos en Colombia, expone su punto de vista sobre la actualidad del sector.

Daniel Gallo, presidente del sindicato de Trabajadores Aéreos en Colombia, comparte su opinión frente a la actualidad de la industria aeronáutica.
Daniel Gallo, presidente del sindicato de Trabajadores Aéreos en Colombia, comparte su opinión frente a la actualidad de la industria aeronáutica. | Foto: Especial para El País

5 de jul de 2025, 01:27 a. m.

Actualizado el 5 de jul de 2025, 01:27 a. m.

En el reciente encuentro de Wings of Change -un evento que reúne a los actores más relevantes de la industria aeronáutica- que se celebró en Bogotá, el director de la Aeronáutica Civil afirmó con ímpetu que es imperativo trabajar para que al país lleguen nuevos operadores y seguir fortaleciendo aerolíneas de bajo costo, luego de la pérdida de Viva y Ultra.

Está muy bien que el Estado esté interesado en promover la competitividad del turismo, pero lo que no se puede repetir son los errores del pasado.

Cuando estas aerolíneas empezaron a tambalear, hubo silencio institucional y ausencia de vigilancia. En su momento, la Superintendencia de Transporte aseguró que iniciaría un control riguroso sobre la salud financiera de las aerolíneas.

Incluso anunció que pediría informes periódicos, como una forma de anticiparse a futuras crisis. ¿Dónde están esos informes? ¿Qué seguimiento se está haciendo? ¿Quién garantiza que lo prometido no quedó archivado en un comunicado?

Si el Gobierno Nacional realmente quiere evitar nuevas crisis cuando una aerolínea desaparece -empleos perdidos y pasajeros en el limbo-, el esfuerzo debe ir acompañado de un compromiso constante con el control financiero, especialmente en el caso de aerolíneas de nuevas que llegan desde otros países ¿Cómo aseguramos que quienes ingresan al mercado no están repitiendo los mismos errores que ya conocemos?

No basta con decir que se quieren aerolíneas sanas. Hay que actuar para que lo sean. Y eso empieza con vigilancia real, con supervisión técnica, con reglas claras para que no se repita lo de Viva ni lo de Ultra. Hablar de fortalecimiento del sector sin tocar la raíz de las quiebras anteriores, la falta de control efectivo por parte del Estado es tapar el sol con un dedo.

Si de verdad queremos una aviación sostenible, hay que empezar por lo básico, cuidar a las personas que la hacen posible y asegurarse de que las empresas operen con responsabilidad financiera.

Necesitamos aerolíneas financieramente sólidas, en un país donde volar es a menudo la única forma de conectar regiones apartadas y de garantizar competitividad. Lo que no podemos aceptar es un modelo donde el bajo costo se traduzca en precariedad laboral, improvisación financiera y que esto tenga como consecuencia el abandono de los trabajadores aéreos.

Bienvenidas las aerolíneas, siempre y cuando estas aseguren un compromiso con sus empleados. Necesitamos transparencia de entes como la Aeronáutica Civil y la Superintendencia de Transporte para que los números sean visibles a quienes como los empleados del sector aéreo, nos preocupamos por contar con un sector sólido.

Columnista invitado de SEMANA. Presidente del Sindicato de los Trabajadores del Transporte Áereo colombiano, servicios, logística y conexos -Sintratac.

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