Desde Uribe había inconformismo con manejo de las CAR
Había inconformismo sobre la forma como operaban algunas de las llamadas corporaciones autónomas regionales para mitigar esos riesgos.
Había inconformismo sobre la forma como operaban algunas de las llamadas corporaciones autónomas regionales para mitigar esos riesgos.
Para Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, los daños por las inundaciones que dejó el invierno a finales del 2010, era algo que se preveía desde los tiempos del presidente Uribe. Había inconformismo sobre la forma como operaban algunas de las llamadas corporaciones autónomas regionales para mitigar esos riesgos.Tras la emergencia, el dirigente afirmó que lastimosamente la inflación de alimentos será este año de 5,8% porque la oferta bajará por aspectos como la falta de carreteras para sacar las cosechas, y mientras se recuperan las tierras afectadas. ¿Cuál será el impacto de la emergencia invernal en la agricultura colombiana para el 2011?Estamos proyectando un Producto Interno Bruto, PIB, agropecuario entre 1% y 1,5% para este año. Eso significa 1,25 puntos porcentuales de crecimiento, ya que el del 2010 no llegará al 1%. Ese resultado va a depender muchísimo del café, cuyos cultivos están un 50% afectados por roya. El cacao está sufriendo de monilia y los frutales registran una expansión de hongos. Para este año la producción del campo estimamos será de unas 29 millones de toneladas. ¿De qué tamaño es el último balance en materia de daños?Entre inundadas y afectadas hay un millón 300 mil hectáreas. Y había hasta mediados de enero unas 580.000 hectáreas netamente agrícolas afectadas, que es entre un 9% y un 10% del total del área agrícola nacional. Las pérdidas se estiman en $1,8 billones en la producción de alimentos.¿Qué va pasar con los precios de los alimentos? Proyectamos que la inflación de alimentos será del 5,7%, y habrá una concentración o elevación de precios del 3,8% en el primer semestre del año. En el segundo la inflación subirá 1,9%. Estas son las primeras cifras que se están mirando ahora.Eso se explica porque los meses de enero y febrero son los más complejos en producción, ya que se trata de épocas de recolección de lo que se había sembrado en cultivos de ciclo corto o semestral. Obviamente, que el incremento del salario mínimo, que se hizo dos veces por parte del Gobierno Nacional, nos obliga a reestudiar todos los datos relacionados con las perspectivas del sector.¿Pero esas alzas podrían depender del estado de las carreteras, o simplemente hay especulación?Muchas de las vías secundarias y terciarias hoy están destruidas. Generalmente tenemos oferta de alimentos, pero no los podemos llevar hacia donde está la demanda y por eso se incrementan los precios al consumidor.¿Qué saco yo aumentando producción en equis zona si no la puedo sacar porque no hay carretera?. Por eso todas las entidades del Gobierno deberán coordinar pronto los esfuerzos para recuperar esa malla vial que resultó dañada. ¿Cómo recibió la SAC la intervención de las corporaciones autónomas regionales, tras conocerse que muchas de ellas fueron responsables de la emergencia invernal?Esas entidades se van a reformar, tal como lo determinó el Gobierno, y no se pueden liquidar porque habría que cambiar la Constitución Nacional. Desde el primer mandato del presidente Álvaro Uribe existió ese plan porque desde época había inconformismo, no con todas, pero si con la mayoría de las CAR. Esperamos esta vez que esa reforma avance y se les dé una estructura y las funciones que les corresponden precisamente para evitar lo que ya nos pasó.¿Si las fallas en las CAR no eran de ahora sino de años atrás, eso significa que esa tragedia estaba anunciada?Sí. Eso se sabía. Lo que pasó fue que en algunos casos los recursos no se habían destinado para lo que se deberían destinar. ¿Hubo entonces desviación de recursos?Uno no puede generalizar tanto lo de las CAR, pero hay que averiguar que fue lo que pasó. Hay que adelantar un análisis sobre lo que pasó, porqué pasó, y ante todo, qué vamos a realizar para corregirlo. Esto no es solo responsabilidad del Gobierno, sino la forma como se manejan los impuestos con los cuales contribuye el sector privado. Los productores rurales contribuyen a las CAR, y hay que mirar qué está sucediendo con esos recursos.¿Qué viene para los distritos de riego, una vez se sequen las tierras?Habrá que adelantar un gran programa fitosanitario para establecer el grado de infectación de los suelos, y vamos a tener que aprovechar de aquí en adelante cómo se usan semillas mejoradas y certificadas. El trabajo por delante es muy grande. En muchos de esos distritos no se hicieron trabajos de mantenimiento y limpieza, y por eso ocurrió la emergencia. De allí que el Gobierno haya empezado a reestructurar a las CAR. El impacto que tuvo el invierno en el norte del Valle fue grave, aunque en la Costa Atlántica se habla durísimo. En cambio en el Valle se habla con más prudencia y se trabaja en la reconstrucción agrícola. ¿De qué recursos reales se cuenta para reconstruir fincas, galpones, haciendas y centros de producción?Para el sector agrícola y pecuario debe haber alrededor de $1,6 billones, de los cuales $380.000 millones ya están aprobados. Esto no va a ser vía regalo, es decir casi el 70% u 80% de esos recursos se orientará a través del sistema financiero. Son subsidios a las tasas de interés, algunas refinanciones de créditos y más plazos, etc. La primera fase es reestructurar todo lo que ya existe, y en eso el Dane está trabajando para establecer un inventario, y establecer qué zonas afectadas se pueden poner a producir rápido.El 30% restante de esos recursos se dirigirá a apoyar un programa de alimentos o forrajes especiales para ganados desplazados por las inundaciones. También habrá apoyo al sector avícola, que resultó muy afectado.¿Si alcanzarán esos dineros prometidos para el agro o no?Esos recursos son los que se han fijado por presupuesto, y el Gobierno ha dicho que está dispuesto a revisarlos cuando se necesite. Aquí se están haciendo las cosas no para botar la plata, sino para manejarla lo más cuidadoso posible para que primero dejen de sufrir las familias, y segundo reactivar la producción. Y en tercer lugar, entender que esto no se soluciona simplemente con reducción de aranceles. Ese 10% de las tierras afectadas hay que ponerlas pronto a producir.
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