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Lucas Pusineri, técnico del Deportivo Cali. | Foto: Diseño: El País

FUTBOL COLOMBIANO

Nelly Rivetti, el amuleto que acompaña a Lucas Pusineri en el Deportivo Cali

El técnico del Deportivo Cali contó a quién se encomienda cuando dirige los partidos. Mañana veremos en Ibagué al argentino besando una imagen de su abuela, ya fallecida, cuando enfrente a Tolima por los cuadrangulares semifinales.

11 de mayo de 2019 Por: César Polanía - Editor de Afición

Se llamaba Nelly Rivetti. Era argentina. Y futbolera, por supuesto. No le iba a un solo equipo. Sino a todos aquellos en los que estuviera su nieto. El Almagro, San Lorenzo, Independiente, River Plate, Platense, hasta el Saturn, de Rusia, e inclusive el Cúcuta, en Colombia. Partió hace un año hacia el cielo y desde allá sigue siendo ese ser que ilumina el camino de Lucas Pusineri…

Hace unos días, Pusineri apareció en la pantalla del televisor besando con devoción una imagen que sacó de su chaqueta, en el juego entre Deportivo Cali y Guaraní, en Asunción, en las fases eliminatorias de la Copa Suramericana. Lo hizo antes de empezar la tanda de penales, donde el arquero Camilo Vargas volvió a lucirse. Y ese acto de fe le funcionó, una vez más, al técnico argentino, porque los azucareros clasificaron a la siguiente ronda.

Y más allá de aquello que proviene del fútbol mismo, lo cierto es que doña Nelly no ha desamparado a su querido nieto. Por lo menos no en Colombia. Porque aquí, Pusineri llegó de incógnito y en su debut como técnico, muy pronto puso su nombre en las páginas deportivas de los periódicos, tras realizar un campañón que le permitió al Cúcuta regresar a la primera categoría de la Liga colombiana. La gesta, histórica por cierto, trajo un salto de calidad para el entrenador de 42 años, porque el Cali, uno de los grandes del país, puso sus ojos en él.

Llegó a la institución caleña y a pesar de un buen arranque, entró en un bache que generó incertidumbre —y críticas, desde luego— en la implacable hinchada verdiblanca. Pero el fútbol te da revanchas. Y algunos las saben aprovechar. Porque poco a poco, partido tras partido, Pusineri se salió con la suya. Clasificó segundo al Cali para la liguilla y dejó en el camino a Guaraní en la Suramericana. Y ahora parte como uno de los favoritos del grupo que conforma con Nacional, Junior y Tolima —el de la muerte, decimos todos— para pelear en junio el campeonato colombiano.

Este lunes, en Ibagué, Pusineri y sus muchachos comenzarán el principal reto de este semestre. Visitarán al siempre fuerte Tolima de Alberto Gamero, en el estadio Manuel Murillo Toro, y antes de que el árbitro autorice el inicio del partido, Lucas sacará de su bolsillo la imagen de doña Nelly, le dará un beso y le pedirá que le ayude a tener concentración y sabiduría para tomar las decisiones correctas en busca de los tres primeros puntos en la lucha por el título. Así habló el técnico azucarero sobre lo que viene para el Cali y las ilusiones que todos los días fortalecen su fe. Esa que viene de allá del cielo.

Deportivo Cali llegó como segundo de la clasificación y, por ende, cabeza del grupo B. ¿Eso lo convierte en favorito al título?
Más allá de salir segundos, tenemos la obligación de pelear el título por ser una institución grande y prestigiosa, por lo que representa históricamente el equipo en el fútbol colombiano.

¿Tiene las herramientas necesarias para darle al final del semestre la alegría de un título a la hinchada?
Estamos trabajando para eso. Estamos ilusionados con la esperanza de hacer un buen cuadrangular que nos clasifique a la final, que es lo que nos propusimos a principio de año. Esperemos que esa ilusión se pueda mantener en este último mes de competencia.

¿Tendrá el equipo en condiciones plenas para enfrentar este lunes al Tolima?
En el caso de Féiver Mercado, recién está saliendo de la distensión de ligamentos que tuvo, y le daremos rodaje en la medida de las posibilidades. También está en el departamento médico Juan Carlos Caicedo. Más allá de eso, tenemos al resto de la plantilla a disposición para hacer un gran esfuerzo. Tendremos diez partidos en los próximos 30 días y eso es bastante exigente para todo el plantel.

¿Cómo vencer a Tolima, uno de los equipos con mejor nivel en la Liga?
Tolima es un rival duro para todos los equipos, es de los últimos campeones, juega copa internacional, tiene solidez como institución y siempre complica y obliga a desplegar un esfuerzo extremo para poder ganarle. Y nosotros, por supuesto, esperamos estar a la altura.

¿Qué debe corregir para hacer del Cali un mejor equipo en los cuadrangulares, con respecto a las dudas que dejó en algún momento en el ‘todos contra todos’?
En toda etapa definitoria cuentan siempre los detalles en busca de los resultados. Viste lo que pasó en la Champions en el juego Liverpool Vs. Barcelona, donde un descuido vale la clasificación. Creo que debemos seguir trabajando en la concentración, en la intensidad y la efectividad en las oportunidad que se puedan dar para anotar, porque si no las metés vos, te las mete el rival.

¿Le gusta como quedó conformado su grupo?
Sí, me gusta. Contra los otros equipos del grupo hemos hecho buenos partidos. Sucedió tal cual contra Nacional, Junior y Tolima. Ellos y los aficionados lo saben y por eso nos respetan, y a mí me gusta siempre que respeten a mi equipo.

Luce, quizás, como un grupo muy parejo, porque este Nacional no es el de otras épocas recientes, tampoco el Junior, que arrastra una floja campaña y quedó por fuera de competencia internacional…
Sí, lo veo muy parejo, y adicional a ello tenemos un calendario muy complicado. Tenemos fecha lunes, luego jueves, después domingo, viene ahora mismo el sorteo de la Conmebol, que nos va a depositar en la fecha del 22 o 23 de mayo con un partido internacional de Suramericana que puede ser por fuera, y más allá nos encontraremos con Nacional. Será extenuante y trataremos de estar a la altura de las circunstancias, cada juego será un capítulo aparte.

Hay la posibilidad de que se juegue una final vallecaucana, ¿le gustaría que así fuera?
Sí, pero solo Dios lo sabe. Él y mi abuela, que están en el cielo, sabrán qué nos depara el destino, pero sería lindo para la ciudad, sin duda, que los dos equipos más grandes jueguen la final del fútbol colombiano.

A propósito de esa espiritualidad, lo vimos el otro día, en el juego en Asunción, besando una imagen antes de los penales. ¿De quién se trata?
Es una devoción a un ser querido que está en el cielo y suelo invocarlo para que me ayude, me tenga siempre con fe. Colombia es un país muy creyente y me siento cómodo con ello porque también lo soy.

¿Y quién es ese ser querido que lo ilumina desde el cielo?
Mi abuela, hace un año se fue para el cielo. Se llamaba Nelly Rivetti. Ha sido muy importante en mi vida, desde que era futbolista, compartimos muchas cosas y siempre la recuerdo. Estuvo conmigo hasta mis 41 años y la extraño.

¿Era futbolera?
Sí, total. Les iba a todos los equipos donde estuviera el nieto. Me acompañó hasta hace un año y, bueno, dolió mucho su partida, pero ahora me encomiendo a ella en los partidos. Recuerdo los momentos que vivimos y le pido que me ayude a estar donde quiero. Le hablo y le digo que su nieto está bien, pero quiere estar más contento.

Y sí que lo ha ayudado, por lo menos en Colombia, porque aquí ha cumplido hasta el momento todos los objetivos planteados, con Cúcuta, con el Cali…
La verdad es que sí. Los que somos hombres espirituales siempre tenemos una ayuda divina que se suma a nuestro trabajo. Claro está que esto es deporte, es un juego, se trata de resultados, ganar o perder, y no siempre salen las cosas, pero hasta el momento he cumplido los objetivos con la bendición de mi abuela desde el cielo.

Y si se da el título, seguro será dedicado a su abuela Nelly…
Seguro, seguro, ni hablar, será todo de ella ciento por ciento.

¿Ha sido muy dura la crítica con el Cali?
Sé soportar la crítica y más si soy extranjero. Entiendo los cuestionamientos, pero no entro en ellos, no manejo mis redes sociales, solo participo de ellas para no entrar en debates, y soy consciente de la presión que existe para los clubes grandes. Así que no me molestan la crítica ni la presión y es normal que así sea. Lo que no es normal es que en los últimos 20 años el Cali haya tenido 33 entrenadores porque no han dado buenos resultados. Me parece que los procesos hay que soportarlos y confiar de verdad en alguien para que los lidere.

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