¡Descalabro millonario!. River Plate está en la B

Lágrimas, rabia, impotencia y un dolor infinito que invadio el estadio ‘Monumental’.

Lágrimas, rabia, impotencia y un dolor infinito que invadio el estadio ‘Monumental’. Esas fueron las sensaciones con la que salieron los aficionados de River Plate, después de 90 minutos en los que hubo un poquitito de alegría, demasiado sufrimiento, mucho drama, una leve esperanza y al final un torrente de lágrimas por la hecatombe deportiva, por lo que muchos pensaban que no se iba a dar mientras otros sí temían: el descenso del gigante a la B, la pérdida de categoría, el rico sumido en la pobreza, el otrora poderoso River ahora revuelto con los chicos, con los que se juegan cada año su ascenso al fútbol grande.El ‘Monumental’, en donde el onceno millonario tejió y logró sus más grandes éxitos, fue una tortura para jugadores e hinchas del equipo de la banda roja. Las bufandas, banderas y camisetas que hasta hace unos años sirvieron para celebrar sonoros triunfos, esta vez fueron utilizadas para contener el llanto y para taparse la cara ante semejante desgracia y verguenza. Una vez el árbitro Pezzota decretó el final del encuentro, los jugadores de River - protagonistas de la más grande derrota del equipo en toda su historia - se reunieron en un sector de la cancha, unos llorando y otros desconcertados, mientras la adolorida fanaticada se resistía a abandonar el escenario, aún incrédula de que una de las instituciones más ricas y poderosas de Argentina se haya ido al descenso.El final contrastó enormemente con lo que se vivió antes del crucial encuentro. Hasta el ‘Monumental ‘se acercaron miles de hinchas riverplatentes, ilusionados y esperanzados de la remontada. Todos fueron cargados de una fe inmensa, confiados en que el 0-2 del partido de ida se podía voltear. Y el sueño se les apareció apenas a los 5 minutos, cuando Mariano Pavone sacó un remate desde la media luna que dejó sin chance al arquero Juan Carlos Olave.Pero a los 17, una imprecisión de los inexpertos zagueros Ferrero y Díaz fue aprovechada por Farré para pescar en río revuelto y anotar el gol que silenció durante un buen rato el estadio de Níuñez.Con el 1-0 terminó un primer tiempo que si bien mostró a un River ansioso y ofensivo, también permitió ver a un Belgrano enjundioso y decidido a no perder la gran oportunidad que le daba la vida: mandar al descenso a un grande y de paso lograr el tiquete para la Primera División.En el segundo tiempo todo se le hizo difícil a River, ya que Guillermo Farré marcó el 1-1 para Belgrano, a los 16 minutos.Luego Pezzota no pitó un penal contra Pavone y más adelante, cuando se presentó otra falta en el área de Belgrano, el árbitro esta vez sí acertó, pero el que falló fue Pavone porque su remate lo contuvo Olave.Ya jugándose los últimos 20 minutos de partido, River fue un mar de nervios y de imprecisiones. Quiso salvar con tantos pelotazos lo que muy poco conseguía con el balón a ras de piso. Entre tanto, la gente en las tribunas decidió ver el partido de pie, tomándose la cabeza cada que su equipo fallaba un avance y viendo repetidamente el reloj cuando el balón salía del campo.El remate del compromiso fue un verdadero parto, pero todo estaba sentenciado por la poca claridad del equipo millonario.Cuando el árbitro Pezzota decidió terminar el choque, el mundo parecía caer sobre el ‘Monumental’. En sectores de las gradas hubo un notable silencio, mientras que en las tribunas populares, eran más el llanto y el dolor, la rabia y la frustración la que se percibían por el durisimo golpe.Abajo, los jugadores desconcertados y también en medio del llanto, caminaban sin rumbo fijo, viendo el triste final en un estadio en donde hasta hace unos años celebraban resonantes triunfos.Así terminó todo, con uno de los equipos más laureados de Argentina sumido en su más rotundo fracaso al perder la categoría, lo que muy pocos daban como un hecho en este país futbolero.