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Lina González-Granados, directora de orquesta ca leña. | Foto: Especial para El País

BOSTON

Lina González-Granados, la directora de orquesta caleña premiada en EE.UU.

La directora de orquesta caleña Lina González-Granados fue premiada con la máxima distinción de la Organización Sphinx, de Estados Unidos, por su excelencia musical y trabajo social.

23 de agosto de 2020 Por: Alejandra Escobar Sarria, del Semillero de Periodismo UAO - El País

Los US$50.000 (unos 186 millones de pesos aproximadamente) que recibió como premio por su liderazgo y compromiso social, la música caleña Lina González-Granados los invertirá en su proyecto ‘Unitas ensemble’, la orquesta que formó hace cinco años y que tiene como misión difundir la música latinoamericana en Boston, Estados Unidos.

Allí, en esa ciudad, la directora de orquesta se hizo merecedora de la medalla de la Excelencia Musical por la Organización
estadounidense Sphinx, entidad que desde 1997 se ha dedicado a transformar vidas a través del poder de la diversidad en las artes.

La organización, sin ánimo de lucro y con sede en Detroit (EE. UU.), además de tener programas de educación y de acompañamiento de los artistas, se encarga de apoyar a músicos, líderes y empresarios a través del desarrollo y el empoderamiento profesional con programas de capacitación, becas, y premios como la Medalla a la Excelencia Sphinx.

El galardón entregado a la profesional colombiana, Sphinx Medals of Excellence 2021, es el honor más alto otorgado por la Organización Sphinx. Y en esta versión exaltó también a extraordinarios músicos clásicos afroamericanos y latinos como Carlos Simón (compositor estadounidense), Titus Underwood (director oriundo de EE. UU.). La ceremonia de estos premios será en marzo del próximo año, debido a la pandemia, en una celebración que se realizará en la Corte Suprema, en Washington. En ese acto, la reconocida jueza Sonia Sotomayor hará entrega de la medalla a los galardonados.

Con más de diez años de trayectoria, esta joven de 34 años se ha presentado en grandes escenarios como en el Alice Tully Hall del Lincoln Center de Nueva York, el Teatro Degollado de Guadalajara, el Jordan Hall de Boston; ha brindado clases magistrales con los maestros Kenneth Kiesler, Mark Gibson, entre otros. Lina no solo ha demostrado su excelencia artística y ética profesional, sino que también ha empuñado la batuta del compromiso social,  con determinación y el liderazgo continuo en las comunidades. 

Trayectoria musical multidireccional 

Sus estudios de Máster of Music con Honores Académicos en Dirección de Banda del New England Conservatory, Teoría y Dirección de Orquesta en la prestigiosa Juilliard School of Music de Nueva York han solidificado a esta caleña en una de las mayores exponentes en la dirección latinoamericana.

Inició sus estudios de piano y posteriormente ingresó a la Universidad del Valle para dedicarse profesionalmente a este instrumento. No obstante, permanecer muchas horas al piano no era suficientes para ella. Su necesidad de interactuar con las personas hizo que en 2005 se trasladara a Bogotá a estudiar dirección de orquestas, donde se graduó con honores en la Fundación Universitaria Juan N. Corpas.

En la Sala Beethoven de Bellas Artes, de la Sultana del Cielo, debutó en 2008. En 2010 se trasladó a Estados Unidos para continuar sus estudios en la Universidad de Boston y fue invitada por la directora Alondra de la Parra para convertirse en la directora asistente de la Orquesta Filarmónica de las Américas. González, además de ser directora, es educadora. También ha dado conferencias en el Festival Internacional de Música de Guatemala (2011), ha enseñado dirección para niños en el programa educativo Boston Symphony y Cambridge Symphony en Estados Unidos (2014) y ha dirigido y organizado la Filarmónica Juvenil del Conservatorio de Guatemala y la Orquesta Filarmónica Juvenil de
Guadalajara. 

Compromiso social llevado en las venas

Lina González-Granados no solo es una apasionada por la música sino también por enseñar a otros. Además de fundar la orquesta Unitas Ensemble, junto a su colega Kensho Watanabe crearon Conductor’s Collective, un espacio en el cual a través de seminarios web y otras formas de debates virtuales brindan clases de dirección de manera gratuita a muchas personas alrededor del mundo (80 y 300 personas por sesión) . Además de brindar clases, en estas sesiones invitan a grandes colegas como el director de la Metropolitan Opera, la directora musical de la Orquesta Sinfónica de Baltimore y otros exponentes de la música para hablar de dirección y para que los espectadores puedan interactuar con ellos. También ofrecen tutorías colectivas.

Conductors' Collective, tal como explica, busca la forma para que su comunidad se sienta más conectada, no solo en estos tiempos de pandemia a raíz del Covid-19, sino también cuando se inicie la vida post pandemia.

Pero el compromiso social es algo que Lina no ha aprendido sola. Su madre Aida Granados fue un pilar importante para enfocarse también en el servicio a los demás. “Mi mamá es una persona muy generosa y con ella nos unimos a varios proyectos tratando de ayudar y eso siempre se quedó conmigo”.

Ser directora de Orquesta ha sido para esta caleña mucho más que una profesión, se ha dado cuenta de que es una motivación para ella poder estar en comunicación e interacción con los demás. “Amo mucho la música, pero amo a los seres humanos más, cuando practicaba piano eran ocho horas sola, pero con la dirección puedo interactuar y escuchar 80 opiniones distintas, por tal razón cambié de carrera y creo que fue lo mejor que pude hacer”. Actualmente esta colombiana se encuentra trabajando en su proyecto Conductor’s Collective debido a la pandemia dando clases magistrales de dirección, sin embargo, tiene previsto
realizar distintos proyectos de dirección en Estados Unidos y Europa para continuar haciendo lo que le apasiona. 

¿Cómo fue su inicio en la ayuda y el compromiso social?

Estudié en el Sagrado Corazón de Valle del Lili y nosotros teníamos un proyecto a través del cual dábamos mercados a niños en Cascajal. Tenía alrededor de 10 años cuando tuve por primera vez contacto verdadero con las realidades del país y desde ese entonces empecé a trabajar en diferentes proyectos. 

¿Cómo fue su inicio en la música?

Empecé con el piano y rápidamente me di cuenta de que lo mío era la dirección, estuve en Bogotá, me vine para Estados Unidos, viví un año en Nueva York donde trabajé e hice cursos y ya después entré a la maestría de New England Conservatory y después me fui a Boston y aquí me quedé. 

¿Cómo fue empezar en un sector donde la representación masculina es tan marcada?

Bueno, en este momento la representación femenina es muchísimo mayor, pero ha sido un proceso interesante, especialmente en la búsqueda de un sonido individual, que es más importante que buscar una representación de una mayoría y es en lo que yo me concentro, en estar constantemente en una búsqueda individual y creo que ahí ha estado el secreto. 

¿Por qué la dirección?

Resulta que yo amo la música más que nada y amaba la música para piano, mis profesores eran súper inspiradores, una cosa maravillosa. Patricia Pérez en la Universidad del Valle, por ejemplo, me ayudó mucho a sentir el amor por la música. Sin embargo, yo era muy indisciplinada dentro del piano, me costaba mucho trabajo centrarme y sentarme ocho horas, porque es un trabajo muy profundo y yo me preguntaba por qué  no podía concentrarme y me di cuenta de que era un ser humano muy social, que necesitaba la compañía de las personas para alimentar mi gusto musical y fue allí cuando me percaté de que necesitaba una profesión dentro de la música que me permitiera interactuar con gente y pues qué mejor que la dirección. 

¿Cómo definiría su trayectoria musical en una sola palabra?

No hay una forma de definir mi trayectoria musical, en una palabra, pero, es como si hubiera vivido varias vidas dentro de esos mismos diez años de trayectoria musical, he vivido muchas vidas musicales. Cuando era estudiante en Boston fui muy feliz, alegre y segura. Ahora viajando, es otra vida totalmente distinta, más caótica, más activa y como fundadora de Unitas Ensemble tengo una vida increíblemente creativa; creo que la palabra sería flexibilidad, ante todo, multidireccional y nunca estática. 

Por otro lado, es latina, caleña. ¿Cómo ha sido llevar su cultura a Estados Unidos y a otras partes del mundo?

Dependiendo del lugar y del tipo de sociedad reaccionan de una manera distinta a lo que uno puede llevar, pero lo único que sigue constante en mi vida es que yo soy quien soy y no comprometo mis valores como latina, sigo siendo la misma persona alegre, generosa, unida  familiarmente. A veces es fácil, la gente es curiosa y quiere conocerte más, hay otros que no, pero eso hace parte de sus culturas. 

Ahora está llegando una ola de jóvenes músicos ¿cómo proyecta el futuro musical en Colombia?

El futuro de la música en Colombia existe ya y es lo más bonito de todo, gracias a, por ejemplo, la Red de Música de Medellín, a los procesos de música en los jóvenes, a los procesos educativos de hace 15 o 20 años, ya vemos una generación de chicos liderando los movimientos y lo que veo es un optimismo muy grande y un talento musical muy alto, lo cual es innegable. Ahora la labor de la sociedad es no darles la espalda a los procesos culturales. Puede que haya muchísimo talento, pero tiene que haber plataformas para que todo ese talento se canalice y se invierta, tenemos que evitar que salgan. Hoy en día vemos algo y es que hay muchos talentos fugados que se perdieron por falta de oportunidades. 

¿Qué siente cuando está en el podio dirigiendo?

Cada obra es diferente y es un universo de sensaciones como de alegría,
oscuridad o drama, pero hay una sensación que atesora a todas las obras y esa es la gratitud. 

Para cambiar un poco de tema ¿qué tan caleña se considera?

(Risas) Además de haber nacido en Cali, tener padres caleños, el pandebono me fascina, hago pandebono cada vez que puedo, tengo a toda mi familia y amigos allá. Además, me gustan las empanaditas del Obelisco, me encantan los diseñadores caleños. En general, las manifestaciones artísticas caleñas me gustan mucho, todo me hace caleña, no solo el hecho de haber nacido allí, sino la virtud de vivir en esa alegría y esa solidaridad que tanto nos caracteriza. 

¿Qué se viene para la vida de Lina?

Durante el Covid todos mis planes son a corto plazo. Dentro de unos días voy a ir a dirigir a Filadelfia, a grabar un video y a hacer un concierto en línea, pero en general, tengo debuts interesantes en Europa y Estados Unidos para intentar seguir haciendo música mientras pueda. 

¿Con qué sueña Lina?

No tengo sueños para mí, pero sí sueño con una Cali donde la cultura y la música sean una prioridad. 

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