Cultura
Ella es Camila Varela, hija del maestro Jairo Varela, quien revela su serie fotográfica Mujeres Icónicas
La joven artista llevará sus fotografías a una exposición en la carpa TQ de la Feria Internacional del Libro de Cali.
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30 de oct de 2025, 10:52 p. m.
Actualizado el 31 de oct de 2025, 04:48 p. m.
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Así como en la música, en la fotografía también se compone, se busca inspiración, y se cuentan historias, y una de esas historias, es precisamente la de Camila Varela, hija del fallecido maestro de la salsa, Jairo Varela.
Y es que, la joven caleña, -conocida también como Milo Varela-, que heredó la vena artística de su padre, hoy consolida su carrera como artista visual y presenta su serie Mujeres Icónicas, un proyecto que nació como tesis universitaria y que se transformó en un proceso de exploración artística y psicológica sobre el legado de mujeres que marcaron la historia.
La obra, que se exhibirá mañana viernes 31 de octubre, a las 7:00 p.m., en la carpa TQ, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Cali, reúne más de 25 retratos de importantes mujeres en la historia, reinterpretados desde una mirada contemporánea y respetuosa.

Su proyecto, como ella detalla, lo inició en 2019 como parte de un trabajo de tesis. “Fueron varios años de investigación interna y psicológica, no solo sobre cada personaje, sino también sobre mí misma. De cada una de estas mujeres aprendí algo distinto: sus heridas, sus luchas, los contextos históricos que las formaron y cómo lograron trascenderlos”.
A partir de allí, comenzó a conceptualizar los retratos, previendo el color, la textura, el maquillaje y el peinado que lucían estas mujeres, siempre desde una perspectiva respetuosa, dándoles voz sin silenciarlas, entendiendo de dónde venían y cómo podrían ser si vivieran hoy.
Una de ellas, por ejemplo, fue la japonesa Sadako Sasak, víctima de la bomba de Hiroshima. “Tenía solo 2 años cuando ocurrió y, años después, desarrolló leucemia. En el hospital comenzó a hacer grullas de papel porque existía la creencia de que si hacías mil grullas en origami, se te concedía un deseo. Su deseo terminó transformándose: ya no quería solo vivir, quería que algo así no volviera a ocurrir. No alcanzó a completar las mil grullas, pero sus amigas y familiares las terminaron por ella como símbolo de paz”.

También está Loreta Velázquez, quien fue la mujer que se vistió y armó como un hombre para combatir junto a su esposo en una época en la que eso era impensable. Fue descubierta y asesinada, pero dejó un legado de valentía inmenso.
Y María Montessori, médica y pedagoga italiana que transformó la educación infantil al crear una metodología basada en la independencia y la autonomía. “Su historia también tiene un trasfondo doloroso: no pudo criar a su propio hijo porque no estaba bien visto en su época, y aun así cambió la manera en que entendemos la educación”.
“Todas son historias de mujeres que me conmovieron profundamente y que nos muestran cuánta información desconocemos sobre aquellas que transformaron el mundo”, destacó Camila Varela.
No obstante, más allá de los retratos, la exposición tiene un gran componente psicológico. “Acudí a una gran profesional de psicología, para trabajar en la construcción de un perfil emocional, motivacional y contextual de cada figura representada. Se estudiaron sus entornos, luchas, contradicciones y convicciones. Un proceso introspectivo, que a la vez fue clínico y poético, y sirvió como base para traducir sus rasgos psicológicos en decisiones visuales”, explicó la artista.

Ese giro en su investigación, también vino de un proceso introspectivo, en el que vio reflejada su propia vida.
“Desde 2018 atravesé una crisis emocional muy fuerte. Estuve medicada y asistiendo a terapia, y eso me hizo entender la importancia de la salud mental y del autoconocimiento, por eso, quise aplicar ese aprendizaje al proyecto: investigar las heridas y los procesos de resiliencia de estas mujeres. Trabajé durante meses con una psicóloga para analizar el contexto de cada una: su infancia, sus relaciones, sus traumas y cómo esos dolores se convirtieron en motor para alcanzar sus propósitos”.
Un trabajo de análisis profundo y de proyección, donde también contó con la ayuda de una directora de arte para estudiar los vestuarios originales, los estilos de maquillaje y peinado, y cómo esos elementos podrían evolucionar al presente.
“Nos hacíamos preguntas sobre: “¿Cómo se vería Eva Perón hoy? ¿Tendría el cabello tinturado o natural? ¿Seguiría usando peinados clásicos o adoptaría un estilo más libre?” Queríamos representar a cada personaje con respeto, pero también con una mirada contemporánea, imaginando su esencia en el contexto actual", asegura.
Ahora bien, en sobre su obra, una de las apuestas más singulares es, sin duda, su tratamiento visual, pues Varela se adentra en una estética que transita entre lo kitsch y el universo clubbing —colores eléctricos, brillos, composiciones vibrantes— para resignificar los lenguajes tradicionales del retrato histórico.
"Mi deseo es que esta obra toque la vida de quienes la vean, que despierte curiosidad por conocer más sobre estas mujeres y sus historias. Quiero que mi trabajo impacte en la salud mental, en la motivación y en el propósito de las personas, especialmente de las mujeres, y que inspire resiliencia y alegría, sin importar cuán controvertidos fueron los caminos de estas figuras históricas".
Cabe decir que, su trabajo, también estuvo respaldado por la reconocida productora Andrea Bravo, quien trabajó como asesora para Disney, con la película Encanto.
“Con Andrea llevo más de un año trabajando. Ella fue clave para construir la red de mujeres que hicieron parte de este proyecto. Hicimos un casting muy cuidadoso para elegir a las personas que representarían a cada personaje”.
Hija de tigre....
Como se dijo anteriormente, Camila Varela es la hija menor del maestro Jairo Varela, creador del Grupo Niche y uno de los hombres más recordados en Colombia por su talento artístico. No obstante, y contrario a lo que muchos pensaron, su hija no se dedicó a la música, pero sí al arte desde otras esferas.
“Crecí en un entorno completamente creativo. Mi mamá también es artista y mi papá, además de músico, tenía una gran sensibilidad por lo audiovisual, la poesía, las texturas y los sonidos”, destacó Camila.
Y añadió, “Durante la adolescencia quise alejarme de ese legado; pensaba que el arte no era para mí. Pero con el tiempo entendí que estaba en mi esencia. Aprendí a abrazarlo y a canalizarlo a través de la fotografía, que me permitió unir mis pasiones: la imagen, la historia, la moda y la poesía. Hoy me siento muy orgullosa de poder decir que soy artista y que tengo un mensaje que compartir con el mundo”, concluyó.

Periodista de cultura, entretenimiento y tendencias, experta en edición digital e impreso. Amante de las historias que inspiran. Aprendiz constante.
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