Encuentros que dejan huella para toda la vida
El colegio Encuentros es una institución que permite no solo el aprendizaje de conocimientos, sino que además posibilita la construcción de un ser humano integral.
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30 de oct de 2020, 01:14 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 03:41 p. m.
El Colegio Encuentros, ubicado en el kilómetro 3 en la vía Valle del Lili, es un pequeño pulmón verde, al sur de Cali. Con sus casi 40 mil metros cuadrados de extensión, frondosos y hermosos árboles, es para sus estudiantes, todo un paraíso.
El silencio que reina contribuye a intensificar la buena energía que se respira al llegar a sus instalaciones.
Una puerta grande se abre de par en par cada mañana, a las 7:00 en punto, para dar la bienvenida a estudiantes, maestros y directivos, dispuestos a vivir una jornada de responsabilidades académicas, con la certeza de que estarán mediadas por gratas experiencias escolares.
Y es que la filosofía del Colegio Encuentros se centra en el ser y en los tres aspectos fundamentales que lo constituyen: mente, cuerpo y sentimiento.
Basado en el modelo educativo Etievan, su currículo contempla las asignaturas establecidas por el Ministerio de Educación y también otras específicas como rítmica, culinaria, costura, hapkido, trabajo de campo y natación, deporte obligatorio en preescolar y primaria, pues es considerado una necesidad básica del ser humano.
Por eso, no resulta extraño que, dentro de la jornada académica del día, los estudiantes terminen una clase de lenguaje o química y cambien su uniforme por un kimono para ir a hapkido, o se desplacen a las aulas especializadas para clases de teatro, música, dibujo, elaborar objetos en arcilla o moldear madera.
Asimismo, al Centro Agroecológico Escolar, CAE, para realizar trabajo de campo en la huerta donde siembran frijol y cilantro, entre otros cultivos; regar las plantas en el vivero; o alimentar y cuidar a los animales de la granja donde está Lola, la vaca que aprenden a ordeñar, además de una yegua, cabras, patos, conejos y tortugas.
Esto permite a los estudiantes una gran conexión con la naturaleza, mientras se les sensibiliza con el cuidado del medio ambiente.
Una de las fortalezas educativas del Colegio Encuentros es facilitar que los jóvenes pasen de una clase estrictamente cognitiva o académica, a una, en la cual, su cuerpo entre en movimiento.
Para Javier González, coordinador de bachillerato, la combinación de las clases tiene como propósito trabajar el hecho de que el ser humano no es un ser unidimensional y, por lo tanto, debe estar preparado para sortear diferentes situaciones en el día a día. “Mi cuerpo, mi actitud y mi mente deben disponerse para poder cambiar de actividad, esto nos permite generar dinámicas en el trabajo diario con los chicos y es lo que hace que les guste el colegio”, afirma.
En esto también coincide María Eugenia Díaz, coordinadora de preescolar y primaria, quien destaca el vínculo que existe entre estudiantes y profesores que les permite estar todo el tiempo en contacto con los niños y jóvenes para alcanzar los objetivos propuestos por el modelo educativo.
En Encuentros estudiantes, docentes y directivos son una sola familia
Un colegio chévere
Chévere, es una palabra que resume lo que significa el Colegio Encuentros para Samuel Opayome Scarpetta, de 5 grado de primaria. Con 11 años, afirma que le gusta porque es campestre, tiene árboles y puede correr más.
Después de natación, su segunda clase favorita es hapkido, pues ama los deportes ya que sueña con ser futbolista. Disfruta, igualmente, las clases de teatro porque puede moverse, y aunque su fuerte no son las matemáticas, dice que el método del profesor es tan creativo que hasta le parecen chéveres.
“El profesor es muy creativo, combina la diversión con las matemáticas, hace juegos, entonces es más interesante. El aprendizaje es más fácil porque es más divertido”, afirma.
Y pone como ejemplo su propio caso: “Yo era muy malito escribiendo y casi nadie me entendía, pero en este colegio estoy reforzando y ya me entienden más. Aquí me han enseñado responsabilidad y a esforzarme”.
A lo anterior se suman salones espaciosos y abiertos que permiten un contacto estrecho con la naturaleza que, para Samuel, es su fuente de energía.
“Desde mi salón puedo ver perfectamente el árbol de totumo. Yo lo podía escalar cuando estaba en cuarto y creo que aún puedo hacerlo. Ver los árboles puede sonar raro, no me relaja, sino que me pone más activo, eso me gusta”.
El horario normal es de 7:00 a.m. hasta las 2:30 p.m., pero en el modelo de alternancia están solo hasta la 1:00 p.m, lunes, miércoles y viernes
Para Juan José Hidalgo Manosalva, de octavo grado de bachillerato, el colegio es como estar metidos en un bosque.
“Cuando llegas se siente muy buena la vibra, los animales se están levantando, todo es muy bonito. Todas las clases son muy chéveres, pero hay algunas que prefiero como las artes y el teatro, aunque también me encantan las matemáticas. Mejor dicho, todo me gusta de mi colegio”.
Destaca que las actividades que propone el colegio se enfocan en tres aspectos: cuerpo, mente y sentimiento. Las de arte o contacto físico, explica, le ayudan a mejorar su cuerpo, mientras las clases de física, matemáticas o sociales, involucran más la mente y les enseñan a solucionar y superar las adversidades que les presenta la vida. Las del sentimiento, entre tanto, se ven en las clases de orientación grupal en las que plantean temas relacionados como sus sentimientos y estados de ánimo, si están tristes, etcétera.
En este aspecto, el Colegio Encuentros ha sido fundamental para Juan José. “Yo no sabía decir no y el colegio me enseñó el valor de decir no y poner límites a las personas sin dejar de ser el niño amable que soy. Esto fue muy importante para mí, aunque hay otros valores como la paciencia y la perseverancia que también me han ayudado a mejorar”, señala.
Y es que para el Colegio Encuentros el valor de ‘no saber es formidable’, es la premisa de que, la verdadera inteligencia del ser humano se desarrolla solo con la búsqueda y retos que lo obligan a esforzarse para enriquecer su vida.
“Encuentros es un colegio que nunca te abandona, siempre está ahí para ti y lo que te enseña es muy valioso no solo para el momento, sino para toda la vida. Los valores que te inculcan son muy útiles porque te forman”, reitera Hidalgo.
Laura Sofía García Betancourt, de grado once, dice que lo más importante que le deja el colegio es su modelo integral. “Nuestro colegio se ocupa de la academia y de ofrecer actividades que desarrollen nuestra integralidad. Estas también son cosas importantes cuando hablamos del aprendizaje”, sostiene.
Además, agrega, la combinación de clases les ayuda a cambiar de ambiente y a estimular otras formas de conocimiento interior.
“Lo más bacano para mí, es esa posibilidad de variar, no siempre estar en lo mismo. Lo más valioso de nuestro Colegio es que no solo se remite a materias como física o biología, sino que aporta áreas distintas que permiten al estudiante cambiar de ambiente y despejarse”.
No obstante, lo que más le gusta de su Colegio Encuentros es que le enseña que hay varios tipos de inteligencia y que no solo lo académico es importante, también la diversificación porque ayuda a formar seres integrales, más preparados para la vida y sus diferentes escenarios.
“No todo es perfecto, porque eso es imposible. En ningún colegio nada va a ser cien por ciento paradiasíaco, pero pienso que Encuentros, al tratar de dar una educación integral, tiene muchos aciertos”.
Datos clave:
La Escuela de Maestros es fundamental para el sostenimiento del modelo ETIEVAN y es dirigido por la FUNDACIÓN FINES.
El Colegio Encuentros fue el ganador del Concurso Teatriniños organizado por el Teatro Municipal. En la convocatoria participaron 57 instituciones educativas y culturales de la región.
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