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El presidente de la República, Iván Duque, en conjunto con la Registraduría Nacional y el CNE, radicaron con mensaje de urgencia el proyecto de ley por medio del cual se reforma el Código Nacional Electoral, el cual tendrá mensaje de urgencia para su discusión. | Foto: Colprensa

GABINETE

¿Qué pasó la apuesta de equidad de género en el gabinete de Iván Duque?

Aunque fue una bandera de campaña del presidente Iván Duque, los números se han ido desequilibrando con los últimos nombramientos.

25 de febrero de 2021 Por:  Redacción de El País - Colprensa

Los más recientes cambios en el gabinete del presidente Iván Duque terminaron –al menos temporalmente– con una de las banderas del mandatario: la paridad en los ministerios, es decir, igual número de hombres y mujeres al frente de las carteras.

En diciembre hubo dos movimientos importantes en el gabinete. El 22 se confirmó la salida de Alicia Arango, quien llegó en diciembre de 2019 a dirigir el Ministerio del Interior, en reemplazo de Nancy Patricia Gutiérrez. Dos días después se supo que Carmen Vásquez se iba de la cartera de Cultura, a la que había llegado desde el 7 de agosto de 2018.

Ambas fueron sustituidas por hombres. Por un lado, el puesto de Arango pasó a manos de Daniel Palacios, quien se desempeñaba como viceministro de Relaciones Políticas, es decir, el encargado del diálogo con el Congreso y de impulsar la agenda legislativa del Ejecutivo.

En cuanto a Vásquez, fue reemplazada por Felipe Buitrago, quien era viceministro para la Creatividad y la Economía Naranja.

Pero esos no fueron los únicos cambios que le dieron vuelta al tablero político. El 2020 empezó con nueve ministras, pero terminó con solo cinco entre las 18 carteras.

Sin embargo, el Gobierno Nacional ha defendido que tiene una agenda en la que busca que ellas tengan mayor participación política.

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En ese sentido, por ejemplo, en marzo del año pasado la Presidencia publicó el Decreto 455, que tiene como fin “incrementar la participación para las mujeres en espacios de toma de decisión, escenarios políticos y cargos directivos de primer nivel dentro de la administración pública”. Con esa normatividad, se fijó la meta de que para el 2020 mínimo el 50 % de los cargos directivos estuvieran desempeñados por mujeres.

La importancia de la paridad

El presidente Duque se ha referido en distintas ocasiones a esta meta de la paridad. Cuando en 2018 anunció que la mitad de su gabinete estaría conformado por ministras, lo hizo con la certeza de ser acompañado por la primera vicepresidenta en la historia del país: Marta Lucía Ramírez.

En nuevas ocasiones, como en noviembre de 2019 cuando presentó la iniciativa de Paridad de Género, resaltó que alrededor del 40 % de viceministerios están ocupados por mujeres, así como la mayoría de las direcciones de los departamentos administrativos.

“Colombia realmente quiere situarse a la vanguardia de la paridad y en la participación activa del liderazgo de la mujer en la sociedad. Esto va más allá de los discursos, esto realmente es un plan de acción efectivo que responde a un propósito que hemos definido desde el primer día de Gobierno, un propósito que tiene muchas expresiones”, dijo el Jefe de Estado en esa ocasión.

Sin embargo, la reducción de mujeres ministras –que ahora son el 27%– generó inconformidad. Algunas organizaciones consideran que el Ejecutivo está violando la Ley de Cuotas, que establece que el 30 % de los ministerios deben estar conformados por mujeres (ver nota anexa).
Una de las voces que ha mostrado su desacuerdo con los cambios es la de Juliana Hernández, directora de la Fundación Artemisas e integrante de la campaña Paridad Ya.

Afirma que la paridad debería ser una prioridad para que existan políticas públicas con enfoque de género, en medio de una pandemia que ha aumentado la violencia contra la mujer, como lo señaló ONU Mujeres.

Sobre las diferencias ideológicas, Hernández añade que la paridad se debe leer desde tres ‘r’: reconocimiento, representación y redistribución del poder. Así, explica que aunque no tienen una agenda feminista, mujeres como Marta Lucía Ramírez, en la Casa de Nariño, y senadoras como Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, “cambian el imaginario sobre la política. Y mientras más mujeres haya en el poder, más difícil será repetir lógicas patriarcales”.

Los cambios

Las cinco ministras que hasta ahora se mantienen son: Claudia Blum, en la Cancillería; María Victoria Angulo, en el Ministerio de Educación; Karen Abudinen como ministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones; Ángela María Orozco al frente de la cartera de Transporte, y Mabel Torres, como la primera ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación (ente creado en enero del año pasado).

Uno de los primeros cambios que se dio fue la salida de Nancy Patricia Gutiérrez, quien pasó a ser la alta consejera presidencial para los Derechos Humanos, siendo fue sustituida por Alicia Arango, quien ahora será la embajadora de Colombia en la ONU.

Similar situación ha tenido lugar en el Ministerio de Justicia, donde ha habido dos ministras y un ministro. La primera fue Gloria Barrero, sucedida por Margarita Cabello. Esta última renunció tras ser nombrada procuradora general de la Nación. Ahora el puesto es ocupado por Wilson Ruiz.

Otra cartera con cambios en el mismo sentido es la de Trabajo, que estuvo ocupada durante año y medio también por Alicia Arango, pero que ahora está en poder de Ángel Custodio Cabrera.

Lo mismo que pasó con el Ministerio de Minas y Energía, donde María Fernanda Suárez fue reemplazada por Diego Mesa.

Gheidy Gallo, consejera para la Equidad de la Mujer, ha dicho que, a pesar del desbalance actual entre ministros, la meta de llegar a ese 50 % se mantiene y que, en ese sentido, el Gobierno Nacional se ha mostrado coherente con sus compromisos. Además, que esos cambios son propios de la dinámica de la política nacional.

Así las cosas, la búsqueda de mayor participación en política de las colombianas se mantiene, con iniciativas como la aprobación del requisito de listas paritarias para corporaciones públicas.
Sin embargo, y aunque no es imposible –como lo demostró el propio presidente Duque al tener en un primer momento un gabinete paritario–, expertas y expertos en el tema aseguran que sigue siendo un asunto que parece lejano de ser la norma y no la excepción.

Demandas en curso

En el Consejo de Estado cursan demandas de cuatro organizaciones de la sociedad civil que buscan revocar los últimos nombramientos ministeriales (Daniel Palacios en Interior; Diego Molano en Defensa, y Felipe Buitrago en Cultura) para que se hagan nuevas designaciones que cumplan con la Ley de Cuotas.

En sus demandas, Dejusticia, Sisma Mujer, Humanas y la Red Nacional de Mujeres resaltan que el presidente Ivan Duque tuvo tres oportunidades para nombrar mujeres pero se decidió por hombres.

La directora de la Red Nacional de Mujeres, Beatriz Quintero, afirmó que la excusa no puede ser que no hay mujeres, “¡mujeres sí hay!, un ejemplo de eso es que tenemos más doctoras que doctores y que hay muchas mujeres en las universidades”.

También cursa en ese alto tribunal otra demanda por la llamada Ley de Cuotas, interpuesta por estudiantes de la Universidad de Los Andes, específicamente contra el reciente nombramiento de Daniel Palacios.
La Procuraduría General de la Nación solicitó al Consejo de Estado que remita este proceso al Tribunal Administrativo de Cundinamarca.

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