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ORIENTE DE CALI

Llano Verde: la oportunidad de una nueva vida empañada por la violencia

La que sería la segunda oportunidad para desplazados del conflicto armado, desmovilizados y reubicados del jarillón del río Cauca hoy atraviesa una dura realidad que urge atención.

24 de agosto de 2020 Por: Redacción de El País

En solo siete años el barrio Llano Verde, en el oriente de Cali, pasó de ser un semillero de esperanza a convertirse en tierra fértil para la violencia y la revictimización.

Muchas de las familias que llegaron cargadas de ilusiones en 2013, reubicadas del jarillón del río Cauca, desmovilizadas de grupos armados o desplazadas por el conflicto en el Pacífico, han visto en este sector de la ciudad hacerse realidad sus peores miedos.

En ese nuevo hogar, recuerdan sus habitantes, se gestaron rápidamente amistades, grupos artísticos y culturales y muchos jóvenes estrecharon lazos entorno al deporte. Todo era música y alegría mientras estuvo vigente la premisa de que ‘escoba nueva barre bien’.

Poco a poco empezó a emerger otra realidad que nadie supo contener y estructuras criminales y bandas delincuenciales se fueron apoderando de esas calles que vieron crecer a los cinco jóvenes asesinados en un cañaduzal el pasado 11 de agosto.

“Nosotros creímos que la violencia era algo del pasado. Cuando llegamos y vimos estas calles pavimentadas, las casitas de dos niveles, con jardines y toda la gente alegre dijimos que al fin vamos a vivir tranquilos, pero a los tres años me mataron un hijo”, cuenta una de las residentes que, como parte de la comunidad, está dispuesta a hablar solo si se mantiene oculto su nombre.

De acuerdo con una de las líderes del sector, el proceso de reubicación de estas familias que llegaron a Llano Verde quedó mal diseñado porque “la simple adjudicación de una vivienda no garantiza reparación si no hay una preparación y un trabajo previo con quienes llegan a habitar el barrio”.

“Honestamente, lo que hicieron fue traer toda esa gente y arrumarla aquí. No tuvieron en cuenta que había que fomentar la cultura ciudadana porque son personas con diferentes culturas y distintas problemáticas. Es cierto que los reubicaron en el mejor sector de la Comuna 15, que colinda con El Caney y Ciudad 2000, pero no les hicieron seguimiento psicosocial, no les enseñaron normas ni repararon las heridas que traían; porque muchos de los que huyeron de la violencia se reencontraron aquí con sus victimarios”, asegura.

La situación, según el concejal Fernando Tamayo, es lamentable porque Llano Verde es un barrio de personas desplazadas que han venido a la ciudad a buscar oportunidades y se encuentran con la realidad, que es una ciudad desbordada y que no puede dar solución a todos los problemas que tiene.

“Lo que temo es que pasado el horror y el impacto de la muerte de estos jóvenes todo vuelva a ser igual, porque no son los primeros asesinatos que se producen en Llano Verde, y que la intervención social de la Alcaldía comience a disminuir”, asegura el concejal.

Hasta hace una semana, según el Observatorio de Seguridad, se habían cometido en la Comuna 15 de Cali 65 homicidios, convirtiendo esta comuna en la más violenta de la capital del Valle en lo corrido de este año.

Llano Verde es un mundo al revés. Quienes recaudan ‘impuestos’ son las organizaciones criminales, los préstamos se tramitan ante bandas dedicadas al ‘gota a gota’ y la generación de empleo y oportunidades para los jóvenes quedó en manos de estructuras delincuenciales.

El representante legal de una de las organizaciones que adelanta proyectos con comunidades en Llano Verde indica que “es increíble el talento, y calidad humana que tiene la gente en este sector y que expresa a través del arte, la cultura y el deporte, pero mucho de eso es desaprovechado.

Apenas nos voltean a mirar

Llano Verde es un barrio que se acostumbró a ver padres enterrar a sus hijos y codificado completamente por el hampa mediante las llamadas fronteras invisibles.

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“Por este sector está entrando a Cali desde el Cauca cualquier actividad ilícita que uno pueda imaginarse y por ahí salen motos robadas y todo lo ilegal que quieran mover hacia el sur del país. Por eso la lucha por el control del territorio y el reclutamiento de jóvenes, que es una realidad que conocemos todos porque los escuchamos cuando los abordan y les ofrecen dinero y armas para irse a trabajar con ellos y eso no es solo aquí; en El Retiro hay cuatro jóvenes desaparecidos”, aseguró uno de los líderes de Llano Verde.

Alexandra Hernández, concejal de Cali, indica que este es un problema de Estado y es necesario implementar en el oriente de Cali una política de Estado; no cortoplacistas.

“No se trata solo de llevarles un subsidio o darles una vivienda. Es acompañarlos a construir una vida con una política que propugne la igualdad de oportunidades, que busquemos un crecimiento económico sostenible y promoviendo el desarrollo de capacidades para que tengan una vida digna”, explica la cabildante.

La ecuación según Wilson, un joven que ha hecho parte de programas de resocialización de pandillas en Llano Verde, es muy simple. “Si la ayuda y la inversión social es de un 10%, el otro 90% lo adoptan las estructuras criminales. Y este año tuvieron que matar a estos muchachos para que nos volteen a mirar”.

“El alcalde Ospina le quitó los recursos al programa ‘Jóvenes sin Fronteras’, que sacó a muchos muchachos de las pandillas en la Alcaldía de Armitage, y acabó el TIP (Trabajo Integral de Pandillas), que nos ayudó a muchos a encontrar empleo y estudio. Todos los beneficiarios quedamos parados en una esquina”, asegura.

Según la comunidad, en Llano Verde vienen pasando cosas muy pesadas. No solo por el microtráfico, que tiene tomada toda la Comuna 15, sino por los casos de extorsión, de criminalidad y por lo que viene ocurriendo por entre los cañaduzales.

En la Comuna 15 hay una pelea por territorio, dice el concejal Tamayo. “Hay presencia de grupos residuales de las Farc, aunque incipiente, pero disputando el microtráfico, la droga y el ‘gota a gota’. Este año van tres ataques con granadas en Llano Verde, incluida la estación de Policía, y eso indica que nos enfrentamos a una estructura organizada y fuerte”.

“Aquí hay jóvenes trabajando en las huertas, muchos en el tema del baile, del rap, o promoviendo la convivencia pacífica. Pero también gente emprendedora que se rehusa a que su destino sea la violencia; pero siempre retumban más tres tiros que un hip hop”, dice uno de los gestores culturales.

Advierte, además, que: “Es muy difícil mantener a la gente distraída y alejada si llega a su casa y no encuentra un plato de comida en su mesa. El viernes nos pintaron las calles porque venía una comisión del Gobierno Nacional, pero la difícil situación que vivimos no se tapa con pintura, sino con compromiso y con inversión”.

Posibles soluciones

Parte de las soluciones para ofrecerles una oportunidad de vida a los habitantes de Llano Verde y del oriente de Cali están contempladas en el Plan de Desarrollo.

“Yo dejé incluido en ese plan, que además fue el único ítem que se me aprobó, el desarrollo de una central mayorista de abastos en el oriente con el que no solo dejamos la dependencia de Santa Elena, sino que dinamizaría el empleo en este sector”, dice el concejal Fernando Tamayo.

Además de lo que ha manifestado la comunidad en acompañamiento a proyectos sociales, Tamayo acota que es necesario construir la universidad del oriente, lo cual sería un generador de oportunidades y un elemento para romper paradigmas porque en este sector ven distante la posibilidad de estudiar.

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