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El 51,44 % de las caleñas trabajan en la informa- lidad. La tasa es 7,5 puntos porcentuales más alta que la de los hombres, según estudio. | Foto: Archivo / El País

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Estudio revela que la mujer sigue en desventaja en el mercado laboral de Cali

La conclusión se desprende de un estudio de la Secretaría de Desarrollo Económico. Conseguir empleo es más difícil para ellas.

17 de marzo de 2019 Por: Redacción de El País

Tendrán que transcurrir 100 años para que exista igualdad laboral entre hombres y mujeres en Colombia y seguramente en Latinoamérica. Aunque la perspectiva suena apocalíptica es una proyección de expertos y entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pues es el tiempo estimado para que ocurra un cambio cultural y la inversión de los patrones que hoy dominan la sociedad.

Mientras esto sucede, las mujeres siguen sufriendo de discriminación laboral. En Cali, para el año 2013 ellas ganaban 39 % menos que los hombres, según una investigación regional. Para el 2018 y según el estudio de Discriminación Laboral de la Secretaría de Desarrollo Económico y del Observatorio Regional del Mercado de Trabajo del Valle del Cauca (Ormet), la actual diferencia de salarios llega al 26 %.

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Es decir, si un hombre caleño se gana $100, a una mujer con la misma experiencia, igual educación y capacidades le pagan en la capital del Valle $74. La situación se vuelve más compleja cuando se habla de jóvenes entre 14 y 28 años, pues las caleñas de este grupo ganan 39 % menos que los hombres de la misma edad.

El estudio sobre discriminación laboral evidencia también que cuando se miran los grupos de trabajadores que ganan un salario mínimo, hay más mujeres devengando este monto, pero cuando el salario es superior y hasta unos $4 millones, la tendencia cambia y son los hombres, en mayor proporción, quienes reciben los sueldos más altos.

A esta problemática se une el tema de oportunidades. Hoy en Cali la tasa de ocupación de los hombres (67,82 %) supera en 16 puntos porcentuales a la de las mujeres (51,66 %).

Asimismo, la tasa de desempleo al mes de noviembre del 2018 de las caleñas llegó a 14,3 %, 5 puntos porcentuales más que la tasa de los hombres (9,2 %). Las cifras son aún más distantes cuando se analiza el grupo de mujeres jóvenes, pues la desocupación para ellas (de 14 a 28 años) llegó 23,9 %, en el periodo analizado, mientras que la tasa de desocupación de hombres jóvenes se situó en 14,3 %.

El 51,44 % de las caleñas trabajan en la informalidad. La tasa es 7,5 puntos porcentuales más alta que la de los hombres, según estudio.

Sobre este panorama, Jhon James Mora, director del Ormet, considera que en el mediano plazo se puede hacer mucho con respecto a la participación laboral de las mujeres, por ejemplo, a través de orientar los programas de la Alcaldía hacia las mujeres jóvenes.

En el Plan Nacional de Desarrollo (PND), que se debate en este momento, se incluyó un artículo que obliga a todas las entidades públicas tener en su planta 10 % de trabajadores jóvenes.

“Con respecto a la brecha salarial demorará más tiempo porque se requiere de cambios culturales y políticas activas dirigidas a las empresas para que cumplan con las legislaciones laborales de salarios iguales para individuos con los mismos conocimientos y experiencias”.

La secretaria de Desarrollo Económico de Cali, Angélica Mayolo, afirmó que lo que evidencian las cifras es que aún se mantiene la percepción del sector empresarial de que contratar una mujer genera unos costos adicionales por el riesgo de embarazos, pagar licencias, entre otras cosas.

“Pero por otro lado muestra que se requiere cambiar la orientación profesional. Necesitamos más mujeres en tecnología, en ciencia, matemática que son áreas que demandan las empresas y acabar con los estigmas de que hay oficios para unos y para otros”, dijo.

¿Qué dicen las mujeres?

Yitcy Becerra es actualmente la directora de la Asociación Colombiana de Pequeños y Medianos Empresarios, Acopi, Valle. Antes estuvo vinculada muchos años con el sector público.

Ella dice que aunque personalmente no ha sido víctima de discriminación salarial, sí ha notado sesgos en la contratación que hacen las compañías.

“Muchas de las necesidades de empleo de las Pymes pasan por el gremio y lo que veo es una tendencia a direccionar desde los clasificados algunos puestos para hombres, por ejemplo, piden operarios para labores logísticas y de transporte porque no pueden existir mujeres en estas áreas”.

Para esta líder gremial cuando se trata de altos cargos, que exigen mucho tiempo, viajes y responsabilidades también se excluye a las mujeres “porque se cree que por sus tareas familiares no podrían cumplir con ese tipo de labores”.

Sobre el tema, Isabella Echeverri, directora de la Unidad de Emprendimiento e Innovación de la Cámara de Comercio de Cali (CCC) se muestra optimista por la realidad que ve a diario con los nuevos empresarios.

“En este momento veo a las mujeres más arriesgadas, con más experiencia, manejando otro idioma, marcando diferencias. En los procesos de selección que he participado ellas siempre van adelante”, comentó.

De acuerdo con datos de la Unidad de Emprendimiento, el 27 % de las empresas de alto impacto que están en etapa temprana (5 años en el mercado) tienen a una mujer como fundadora. El porcentaje baja a 25 % en compañías en etapa más avanzadas (más de 10 años). Pero el 40% de las empresas de los programas de escalamiento que opera la CCC tienen mujeres en sus equipos directivos.

Otros datos a favor, resaltó Echeverri, es que la facturación en 2017 de las empresarias en los programas de escalamiento sumó $3300 millones y el 20 % exportaba. Mientras que las ventas de las compañías manejadas por hombres llegó a $2700 millones y el 40 % vendía en el exterior.

Pese a los avances, las cifras siguen mostrando diferencias de género. Según datos de la Asociación de Gestión Humana, Acrip Valle, hay pocas mujeres en cargos de alto nivel directivo en las organizaciones.

Por ejemplo, solo una de cada cinco están en altas posiciones; en cargos de gerencia media alcanzan a ser dos de cada cinco. En puestos profesionales hay paridad y en los cargos de nivel bajo en las organizaciones el promedio es tres de cada cinco puestos de trabajo.

“Las diferencias pueden ser algo mayores si la mujer es madre y cabeza de familia. Solo la mitad de las empresas cuentan con políticas orientadas a alcanzar la equidad de género y al analizar las estructuras organizacionales se evidencia que aún las condiciones laborales de ellas son menos favorables que las de los hombres”, afirmó Juan Carlos Ramírez, presidente de Acrip Valle, quien resaltó que estos resultados, que provienen de la investigación de salarios que hace el gremio cada año, muestran lo que pasa en Colombia. En Cali se perciben comportamientos similares.

Pese a esto, dice Ramírez que hoy la gestión de talento humano está generando cambios al interior de las organizaciones para disminuir las brechas, por ello, según estimaciones de la Acrip, asegurar la equidad laboral demorará entre 5 y 10 años.

Pero no parece tan fácil, la OIT considera que las brechas de género en el mercado de trabajo no se han reducido de una forma significativa en más de veinte años en el mundo.

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