Duque es el que es

Estamos viviendo una nueva realidad en el mundo. Una generación de jóvenes está conquistando los más elevados espacios del poder. Líderes de menos de 40 se sitúan en la cúspide de sus gobiernos respaldados por mayorías desencantadas de sus dirigentes tradicionales. Aparecen en mi mente la carismática y feminista Jacinda Andern (37), primera ministra de Nueva Zelanda; Emmanuel Macron (39) con formación filosófica, el mandatario francés más joven desde Napoleón; Sebastian Kurz (31), austriaco, el gobernante más joven del mundo; en Irlanda Leo Varadkar, gay y de origen indio (38); el economista Juri Ratas (39), centrista y primer ministro de Estonia; Volodymyr Groysman (39), judío reconocido en Ucrania como líder que hace lo que dice; el ingeniero agrícola Yúsef Chahed (39) en Túnez; el abogado Charles Michel (38) del Movimiento Transformador belga; y Justin Trudeau (44) primer ministro de Canadá. Líderes con edad similar a la de Gaviria y Pastrana cuando asumieron la presidencia.

Hoy los votantes no se ofuscan por la edad de los candidatos y valoran más bien a líderes íntegros, ajenos a la corruptela predominante. Jóvenes que además de carisma, confianza, frescura y modernidad, entiendan el liderazgo político como un servicio público, sin importar su ideología.

Colombia no escapa a la tendencia. Del abanico de candidatos de izquierda y derecha con largas trayectorias burocráticas, el joven abogado especialista en economía Iván Duque de 41 años es la persona con mayor favoritismo. Representa el liderato renovador y el talante moderno que se impone en el mundo.

A 13 días de elecciones, vemos con esperanza que Iván aspira a hacer frente a los graves problemas aplazados que frenan el desarrollo, el bienestar y la paz. Quiere que la economía crezca a partir del conocimiento, y propone giros en la educación, con preescolar universal, jornadas únicas, calidad del docente, y acceso a la educación superior. Sueña con una economía moderna, con infraestructura e impuestos competitivos y sectores innovadores como las industrias creativas y culturales. Defiende una visión integral de la salud y uso eficiente de sus recursos. Quiere alejar la Justicia de la politiquería y acercarla a las democracias modernas sin la atomización de Cortes. Plantea una lucha abierta contra el narcotráfico, eliminar el falso carácter político del delito y erradicar los cultivos ilícitos fuente de violencia y destrucción ambiental. Para defender la convivencia una fuerza pública moderna, formada en Derechos Humanos con capacidad de combatir a los grupos ilegales y las disidencias que se multiplican. Anuncia inversiones en tecnología de última generación para la seguridad ciudadana.

El país conoce la destacada trayectoria de Iván Duque en organismos nacionales e internacionales. Cuando aspiraba al Congreso tuvimos charlas sobre sus expectativas. Le compartí experiencias, la importancia de ser consistente, trazarse objetivos claros y coherencia entre lo que se dice y se hace; de no tranzar principios. Mi mayor recomendación, no dejarse contaminar ni rendirse ante la adversidad. Por más ataques que ha recibido de opositores, Iván ha demostrado carácter, estructura mental y profesionalismo requeridos para actuar con independencia como Jefe de Estado y visión nacional. Entiende la política como un trabajo por el bien común. Es el Presidente que necesitamos. Duque es el que es.