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El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha acudido a todas las citaciones establecidas la Corte Suprema de justicia en el proceso que se le sigue desde julio del 2018. | Foto: Colprensa

CENTRO DEMOCRÁTICO

Análisis: ¿quién será el heredero de Álvaro Uribe en el Centro Democrático?

Entre los que podrían asumir el reto están Iván Duque, Paloma Valencia y Carlos Holmes Trujillo. Analistas creen que no hay liderazgos comparables con el del expresidente.

6 de septiembre de 2020 Por: Redacción de El País

Mientras el expresidente Álvaro Uribe Vélez enfrenta su proceso judicial, que por ahora lo mantiene en aseguramiento domiciliario, su partido, el Centro Democrático, CD, a pesar de lo cual no abandona del todo la política, sin embargo su edad y sus líos con la justicia hacen surgir la pregunta sobre quién será el llamado a tomar las banderas de la colectividad una vez el Mandatario dé un paso al costado.

No se trataría de un reemplazo, porque todos en el uribismo tienen claro quién es el jefe máximo, pero sí de suplir una ausencia, tal vez temporal, sobretodo de cara a las elecciones presidenciales del 2020.

Una tarea nada sencilla, pues para muchos el CD es inimaginable sin Uribe, ya que no solo es la imagen del partido, sino quien ha logrado mantener la cohesión de sus integrantes.

Además, los resultados electorales alcanzados de la mano del político antioqueño llegaron en los últimos comicios hasta la Presidencia, lo que ha hecho que en poco tiempo el Centro Democrático se haya convertido en una poderosa fuerza política en el país.

Por ello, intentar llenar el vacío de su ausencia será un gran reto. ¿Quién podrá asumirlo?

El que salta a la vista en primer lugar es el presidente Iván Duque, quien llegó al primer cargo de la Nación con el apoyo de su mentor, Álvaro Uribe. Así lo cree el analista político Pedro Viveros.

“Si Uribe está resolviendo su problema, el jefe natural es el Presidente de la República, quien ganó las elecciones en nombre de ese partido. No necesita asumir el liderazgo de manera oficial, no tiene porque ser, dentro de la oficialidad, el director del partido, porque cuando un candidato a nombre de un partido gana las elecciones, el jefe natural es él”, afirma.

Sin embargo, se dice que desde el ala más radical del uribismo, el actual Mandatario sigue siendo visto con resquemor. De hecho, en algunos momentos se ha sabido de reclamos de integrantes del partido por determinadas acciones suyas. Con lo que se rumora que, si bien, se muestra a una colectividad rodeándolo, al interior hay inconformidades.

Otra figura que aparece en el listado de posibles sucesores es la actual senadora Paloma Valencia, que ha sido una de las más férreas defensoras de Uribe y de quien se dice es su ‘ungida’. Es ella la que por estos días, cuando la llaman a lista en el Congreso de la República, responde “presente” y agrega la frase “Uribe libre”.

Valencia ha sido mucho más radical y beligerante que Duque, por lo que algunos consideran inconveniente que sea ella la sucesora.

Para otro sector del uribismo quien debería asumir la tarea es el ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quien goza de buen reconocimiento, lo cual podría fortalecerlo en una eventual aspiración presidencial. Sin embargo, para aspirar tendría que renunciar a su actual cargo en el Gobierno.

Así también, se habla del exministro y excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga como posible jefe del partido. Pero se sabe que él no intentará nada en tanto no quede resuelta la situación jurídica de su hijo, investigado por el tema del hacker Sepúlveda.

El exviceministro Rafael Nieto es otra de las figuras importantes en el CD, quien además podría ser una opción para la Presidencia. No obstante, aún le falta más visibilidad a nivel nacional. Además sus vínculos con el duquismo no son los mejores.

Entre el abanico de posibilidades, incluso, se ha hablado de Tomás Uribe, el hijo mayor del exmandatario, puesto que se especuló sobre su entrada al ruedo de la política, luego de ser invitado a formar parte de un comité estratégico que analizará el futuro del partido fundado por su papá.

Si bien, Tomás aseguró que no tiene aspiraciones políticas, analistas consideran que constituye un símbolo que demuestra la vigencia de su padre en el partido y ratifica el peso del político antioqueño.

“Indudablemente, el hecho de ser hijo de Álvaro Uribe puede ser reconocido como un factor positivo o de mayor cercanía con el expresidente por un sector al interior del Centro Democrático, pero para asumir el liderazgo creo que aún es muy joven y le falta trayectoria en la vida política nacional”, afirma Patricia Muñoz Yi, docente de la facultad de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Javeriana.

Dice que aunque la mayoría de los candidatos a relevar a Uribe son figuras con importante trayectoria y que gozan de reconocimiento por el papel que han jugado en el ámbito nacional, su liderazgo no alcanza las dimensiones del que tiene el exjefe de Estado.

“Lo que sigue en la distancia son liderazgos entre medianos y altos que tienen características similares, y que pueden generar un peligro importante para el partido, que es la fractura interna en el afán de tomar las riendas, lo que podría terminar rompiendo esos niveles de cohesión y de unidad que el expresidente Uribe ha mantenido hasta ahora”, señala la politóloga.

Irremplazable

“Uribe es irremplazable”, enfatiza el consultor político Laureano Tirado. Para él, lo que debe hacer la colectividad es construir un liderazgo de partido “para seguir promoviendo y defendiendo el legado político e ideológico del expresidente”.

“El Centro Democrático debe fortalecerse como partido, tener identidad, trascender más allá de la sombra de Uribe. Es un reto duro, pero necesario, si en verdad quieren mantenerse en la vida política y electoral de Colombia”, afirma Tirado.

En esa línea, apunta el senador vallecaucano Gabriel Velasco que el liderazgo en la colectividad “sigue y seguirá” en cabeza de Álvaro Uribe Vélez. “Yo creo que hoy el partido está cada vez más cohesionado alrededor de la situación que él está viviendo y la preocupación que tenemos del país, en donde vemos una afrenta constante y permanente de las instituciones”.

“El Centro Democrático lo que está buscando es fortalecer su paquete legislativo, nosotros más que nuevos liderazgos lo que estamos es reforzando nuestra manera de pensar, lo que hemos denominado la doctrina alrededor del triángulo de confianza que construyó el presidente Uribe: confianza inversionista, diálogo popular y seguridad democrática. Eso es fundamental y ahí estamos trabajando cada vez más”, indica el congresista.

Velasco afirma también que ahora se han enterado de todo el respaldo que tiene el exmandatario entre la ciudadanía y que la fuerza uribista está más unida que nunca.

Agrega el representante a la Cámara Edward Rodríguez que el líder natural del Centro Democrático ha buscado promover nuevos liderazgos para que tomen las banderas y defiendan las tesis centrales del partido.
“La estrategia que nosotros vamos a contemplar es seguir construyendo sobre esas bases, sobre esos ejes temáticos, ayudar a la agenda legislativa del Gobierno”, dice y también asegura que no será una sola persona quien asumirá el liderazgo, sino que lo harán en equipo, como colectividad.

El partido

¿La situación judicial que enfrenta Álvaro Uribe ha debilitado o fortalecido a su partido?

El consultor político Laureano Tirado cree que es una oportunidad, “si lo evaluamos desde el escenario electoral y político”.

“El Centro Democrático hoy se nutre del uribismo, eso no lo modifica un proceso judicial sesgado. El verdadero reto es que después de Uribe puedan permanecer, para lo cual es indispensable reorgazar ideas, propuestas y entender el nuevo país para poder presentarle alternativas que sean atractivas para ese nuevo electorado, sin distanciarse de sus bases que son seguridad, confianza inversionista, cohesión social”, afirma Tirado.

Agrega el analista político Pedro Viveros que en los últimos días Uribe ha subido en favorabilidad y recuerda el ejemplo de Alberto Fujimori en Perú: “Estuvo en la cárcel, casi se muere, le hicieron juicio, pero tiene mayoría en el Parlamento y Keiko Fujimori perdió por un escaso margen las elecciones”.

“Entonces, una persona cuando está en esa situación, sobre todo alguien que ha manejado el país en los últimos 20 años, genera solidaridad, que se va a transmitir en votos”, señala.

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