A veinte años del magnicidio de monseñor Duarte Cancino su legado en Cali sigue vivo

Veinte años después del magnicidio de Monseñor Isaías Duarte Cancino en Cali, su recuerdo sigue vivo entre quienes lo conocieron y sobre todo está presente en las obras que lideró y que continúan su legado.

Monseñor Duarte Cancino había cumplido 63 años, cuando le fue arrebatada su vida por sicarios que lo esperaban en los alrededores de la Iglesia del Buen Pastor, donde oficiaba matrimonios colectivos. Su vida terminó en Cali, pero la huella que dejó no solo fue en este territorio sino en muchos otros como Apartadó, donde participó en proceso de conciliación y paz.

El sacerdote Efraín Montoya, en su libro sobre el Arzobispo de Cali, lo define como un hombre que amaba la vida y que por ella estaba dispuesto a hacer lo imposible. Por ejemplo, cuando se presentó el secuestro masivo en La María en Cali, él no dudó en irse al Cauca a buscar a la guerrilla y abogar por todos los secuestrados.

Isaías Duarte Cancino también apoyó la creación de la fundación Cottolengo, en Cali, que alberga cerca de 400 adultos mayores, en su mayoría abandonados.

Monseñor Duarte Cancino fue protagonista en las mediaciones humanitarias entre los actores armados, el empresariado y la institucionalidad local y regional. Entre sus gestiones humanitarias se destaca el apoyo a los procesos de desmovilización de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).

Como arzobispo de Cali estuvo al frente de las gestiones por la liberación de los secuestrados por ELN en la iglesia La María, en 1999, y del Kilómetro 18, en 2000; además lideró programas dirigidos a la población desplazada, recuerdan los voceros del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium (Unicatólica) que hoy realizan el lanzamiento de un documental y un especial multimedia en el que destacan la trayectoria de vida del sacerdote. Estos productos están encaminados a difundir su obra entre las nuevas generaciones.

Asimismo, Alberto Moreno, director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH, destacó que el evento programado para hoy “permitirá analizar el compromiso social y las mediaciones de paz de Monseñor Isaías Duarte como ejemplo para el contexto actual de recrudecimiento de la violencia en la región Pacífica, partiendo de los procesos que él mismo lideró en Apartadó y Cali”.

Una de las obras que inició Monseñor Duarte Cancino y que perdura es el Banco de Alimentos, que a propósito cumplirá 22 años de fundación el próximo 23 de marzo.

“Esta es la empresa de Dios para los pobres y es una obra que Monseñor Isaías empezó desde lo pequeño y hoy ya se hizo grande. Es una iniciativa fundamental para combatir los indicadores tan grandes de desnutrición que tenemos”, expresó el padre Joaquín Gómez, director ejecutivo del Banco de Alimentos de Cali.

La coordinadora general del Banco, Astrid Giraldo, manifestó que “la mejor manera de recordar a Monseñor Duarte es por la preocupación que siempre tenía por los más excluidos y por entender cómo la Iglesia era necesaria para ayudar a los más necesitados; además, demostró que la obra de Dios no necesitaba plata, sino que se requería tocar corazones”.

El Banco de Alimentos diariamente atiende con comida a alrededor de 25 fundaciones en la ciudad, quienes a su vez se encargan de distribuir las raciones entre la población más necesitada de Cali.

“En lo corrido del año 2022 hemos entregado 711 toneladas de alimentos, lo que quiere decir que básicamente por día estamos entregando entre 10 y 11 toneladas, de las cuales se benefician alrededor de 70.000 personas diariamente”, informó Giraldo.

Agregó que “el legado de Monseñor fue de lucha por la justicia social, un hombre muy prudente y al cual Cali tiene mucho que agradecerle. Por ejemplo, cuando a él lo llamaron para que tuviera un esquema de seguridad sus palabras fueron: lo que yo profeso con mis labios lo testifico con mi vida. Por eso su muerte fue muy fácil para quien la ocasionó”, puntualizó el religioso.

Otra de las obras que impulsó el Arzobispo caleño en su momento fue la creación de Unicatólica para dar espacio a cientos de jóvenes que salían de la escuelas parroquiales sin poder entrar a la universidad. Este proyecto se consolidó, hoy tiene 25 años y por sus aulas han pasado cientos de estudiantes de la región.

Rubén Darío Acevedo, director del Cnmh, afirmó que “esta fecha es la oportunidad de hacer un nuevo reconocimiento a Monseñor Isaías Duarte Cancino, quien ha ocupado un papel fundamental en la historia reciente de Colombia.

Fue un hombre que dedicó su vocación religiosa a la solución pacífica de los conflictos y trabajó incansablemente por la defensa de los derechos humanos.

Siempre defendió a los más necesitados y criticó las desigualdades, las discriminaciones y todo tipo de violencias. La mejor manera de recordarlo es volver a sus obras, sus memorias, y entender su importancia en el contexto del conflicto y la paz de los colombianos”.

En Cali hay un hospital y una institución educativa que llevan el nombre de Isaías Duarte Cancino, con propósito de rendir un homenaje al fallecido religioso.

El dato más reciente sobre el crimen del jerarca católico Monseñor Isaías Duarte Cancino, fue la libertad condicional de uno de los dos sicarios que participaron del homicidio. Se trata de Alexander de Jesús Zapata, alias El Cortico, quien estuvo en una cárcel de máxima seguridad en Palmira durante 18 años, de los 39 años y siete meses de prisión a los que fue sentenciado en 2005 enero de 2005.

El condenado firmó un acta de compromiso y está sometido a un periodo de prueba de 15 años y 8 meses, tiempo en el cual tiene que asistir a las convocatorias de las autoridades, no incurrir en ninguna conducta de tipo ilegal y no podrá salir del país.

Aunque la decisión judicial fue criticada, Zapata ha manifestado que es inocente de estos hechos, situación por la cual pidió que su caso fuera estudiado por la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, petición sobre la cual aún no se conoce una respuesta.

Por el crimen también fue detenido Carlos Augusto Ramírez, ‘El Calvo’, asesinado en la cárcel de Palmira el 30 de mayo de 2002.