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Colinas, en el departamemto del Guaviare. En este territorio de reincorporación están andando cinco proyectos productivos. | Foto: El País

FARC

¿Tambalea la reincorporación de los exguerrilleros de las Farc?

ONU, Gobierno y exguerrilleros coinciden en que esta es la etapa más importante de la implementación del acuerdo, sin embargo, solo 6 de las 26 de las zonas tienen planes andando.

8 de octubre de 2017 Por: Redacción de El País 

La implementación de los acuerdos para terminar el conflicto armado entre el Gobierno y las Farc va en segunda fase. La primera consistió en reagrupar a los exguerrilleros y preparar la dejación de sus armas. Hasta allí —dicen Gobierno, Farc, Naciones Unidas, políticos, analistas, comunidad internacional— todo fue “exitoso”.

La segunda fase es de reincorporación de los hombres y mujeres que decidieron apostarle a un país en paz. Ya han pasado 54 días desde que empezó este proceso y aunque es la “apuesta más importante” de los acuerdos —porque de su éxito depende que Colombia logre salir del ciclo de violencia en el que ha estado atrapada—, el panorama no se ve claro.

Jean Arnault, jefe de la Misión de Naciones Unidas, que acompaña el proceso, dice que ha habido un “desacierto estructural”. Y eso, en últimas, estaría alentando las filas disidentes.

Además, “el aburrimiento, el temor y la larga espera” en la ejecución de los proyectos productivos ha hecho que haya zonas de reincorporación (antes zonas veredales) como Gallo, en el sur de Córdoba, donde ya ni siquiera hay excombatientes, dicen que por amenazas de paramilitares.

Panorama

“La reincorporación no es una apuesta de 40 días, es de por lo menos una década donde los resultados van a ser a corto, mediano y largo plazo”. Así lo sostiene de manera categórica Joshua Mitrotti, director Nacional de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, quien dice que no está defendiendo la incapacidad del Estado para implementar los acuerdos de paz, y sí resalta la capacidad de las Farc para generar alternativas productivas.

“Nuestros ojos se tienen que volver hacia las regiones, hacia los espacios territoriales. Nuestra función tiene que ser en cómo apoyamos todas esas iniciativas en el territorio”, sostiene.

En balance entregado en audiencia en el Congreso de la República, explicó que ya están bancarizadas 11.455 personas y de ellas 10.172 están en los listados de renta básica que corresponde al 90 % del salario mínimo mensual vigente; que a través del Ministerio de Educación están alfabetizando a 3500 personas; que con el Ministerio de Trabajo están acompañando las iniciativas de 47 personas a través de Ecomún (que es la cooperativa comunitaria de las Farc).

A 5200 excombatientes se les están dando cursos de economía solidaria e identificación de proyectos para estructurar las cooperativas y asociaciones que se desarrollen en el territorio. Así mismo informó que 3840 personas ya están afiliadas a Colpensiones.

“La reincorporación es la apuesta más importante que tiene el Estado colombiano. Depende de las Farc, del Gobierno y de todos los colombianos asegurarnos de que esta sea la oportunidad para dejar atrás la violencia, para construir país”, sostiene Mitrotti.

Reitera que las Farc han cumplido y ahora le corresponde al Gobierno y a la sociedad hacer lo propio “para acabar con la violencia y la exclusión”.

Pero parece que esto no es suficiente. Marco Calarcá, quien dirigió desde las Farc el proceso de Monitoreo y Verificación y ahora es integrante del Directorio del partido de las Farc, sostiene que sí hay incumplimientos y que el Gobierno solo busca “pretextos inmediatistas”.

Explica que de entrada los problemas con la cedulación de los excombatientes —que era el primer paso— altera todos los demás.

Hay personas —relata— que adelantaron el proceso ante la Registraduría Civil, pero no les entregaron la contraseña para saber qué número de identidad les correspondió, razón por la cual ahora no saben cómo reclamar el documento y sus posibilidades de acceder a los subsidios, es nula.

Calarcá agrega que a eso se suma que todos los días están capturando exguerrilleros y aunque los liberan a las dos horas o al otro día, la gente mantiene con zozobra.

Sostiene que calificar de “fracaso” la reincorporación es “exagerado”, pero dice que los retrasos significan un traspiés rotundo “si el Gobierno no reacciona”.

Y es que, según relatan, la situación de la zona de ‘Gallo’, en Córdoba, donde ya no hay excombatientes, no es única. Al menos el 80 % de los exguerrilleros se han ido en busca de alternativas “para resolver sus problemas de subsistencia mientras el Gobierno decide su situación.

Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, insiste, por su parte, en que la culpa no es solo del Gobierno sino que los dirigentes de las Farc están “más preocupados por ver cómo llegan al Congreso de la República que en su gente”. Pero Calarcá responde que “como diría el Papa, es la cizaña que están sembrando”.

Según él, la dirigencia de las Farc tiene que lograr la seguridad individual de cada uno de sus integrantes, la jurídica, la económica, la política. Entonces, “separar eso es, por decirlo menos, una descoordinación muy grande de lo que tiene que ver con toda la implementación del proceso”.

Alerta

La Misión de Naciones Unidas es contundente frente a esta etapa que enfrenta el proceso de paz: “Hay que hablar de desaciertos y uno de ellos es estructural: no llegar durante la negociación a una relación entre la dejación de armas y una ruta de cumplimiento de acuerdos básico por parte del Gobierno”.

Dice Arnault que, por ejemplo, después de nueve meses de operación de las zonas veredales, solo 6 de los 26 campamentos están terminados y eso es la ilustración de los desaciertos. “La base logística financiera y organizativa de este proceso ha sido deficiente”.

Reconoce que al final el proceso de paz colombiano es “globalmente positivo” en términos de cese el fuego y dejación de armas, pero “hay un grupo amplio de combatientes que se siente profundamente frustrado. No tienen una visión clara de su futuro en seguridad, socio-económica, ni legal”.

Para el diplomático, que también vigilará por el cumplimiento de la fase de reincorporación, los fenómenos de disidencia y deserción empañan el éxito global del proceso.

Radiografía
Uno de los censos con los que se está haciendo el proceso de reincorporación de las Farc fue realizada sobre 10.015 personas. De ellas, 2267 son mujeres.
Estos son algunos de los resultados: 66 % de los excombatientes proceden de zonas rurales.
77 % declaró no tener casa.
60 % manifestó su interés en actividades agrícolas colectivas.
39 % señaló su preferencia para trabajar en el sector de la construcción.
7,5 % de las mujeres en edad reproductiva estaban embarazadas.

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