Colombia
Salvatore Mancuso: esta es la carta del exjefe paramilitar tras su llegada a Colombia
El exjefe paramilitar aterrizó en Bogotá sobre las 2:20 p.m.
El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso regresó a Colombia luego de más de 15 años preso en Estados Unidos. Poco después de su aterrizaje, se conoció una carta en la que el exlíder de las Autodefensas Unidas de Colombia se compromete a cumplirle a las víctimas.
Mancuso fue extraditado a Estados Unidos el 13 de mayo de 2008, durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe. Antes de su entrega, había sido imputado por homicidios, desapariciones forzadas, desplazamientos forzosos, violencia de género, reclutamiento ilícito y otros delitos cometidos durante su permanencia en las Autodefensas Unidas de Colombia.
“Regresar, a pesar de las condiciones restrictivas que me impone la justicia colombiana, a la cual acato y respeto, y de las difíciles y complejas circunstancias de seguridad que envuelven mi presencia en Colombia es una forma de renacer que me llena de vida. Vida que quiero dedicar a la paz y la reconciliación de nuestro país”, se lee en la carta conocida en la tarde de este martes, 27 de febrero.
Mancuso, que enfrenta dos condenas pendientes en Justicia y Paz, enumeró las razones por las que decidió acogerse a la repatriación a Colombia. Por un lado, manifestó que confía en los mecanismos de justicia transicional que operan en el país. “Me pondo a disposición de estas justicias con la plena confianza en que son garantistas de los derechos fundamentales, de mi derecho fundamental a la vida y del Estado Social de Derecho”, señaló.
El exjefe paramilitar no relegó la tarea de ser gestor de paz que le “encomendó” el presidente Gustavo Petro para “contribuir con tareas precisas a fin de materializar ese concepto en el cual creo fervientemente, la paz total”.
A pesar de haber sido designado como gestor de paz en 2023, lo que le permitiría obtener la libertad tras cumplir su condena en Estados Unidos, Mancuso no está exento de enfrentar los procesos judiciales pendientes en Colombia, teniendo en cuenta que en su contra se encuentran emitidas más de 40 órdenes de captura.
“En este sentido, señor presidente, tanto los excomandantes de las Auc como yo personalmente, estamos listos para instalar formalmente, tal y como usted lo anunció en su momento, la mesa técnica para el cierre definitivo de las negociaciones de Ralito. Este es un deber moral suyo y nuestro, con la sociedad colombiana y con las comunidades de los territorios en los que libramos esta guerra”, expresó.
En la misiva, el exjefe paramilitar reiteró que regresó al país para “continuar” con sus compromisos con las víctimas. En sus palabras, estará “al servicio de una agenda de paz que permita evitar que Colombia sea una fábrica eterna de víctimas y dolores colectivos” e incluso se ofreció a acompañar conversaciones de paz con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Autodefensas Conquistadores de la Sierra.
A su vez, le pidió al presidente Gustavo Petro “no desistir” de promover “condiciones y escenarios idóneos para un diálogo con estas organizaciones”. “Yo creo profundamente en el sentido filosófico que entraña la paz total y creo que su idea se puede materializar”, agregó.
Según la Fiscalía, Mancuso ha estado involucrado en numerosos actos atroces, como las masacres de El Aro, El Salado y Mapiripán, así como en magnicidios y desplazamientos forzados en varios departamentos del país.
También se le acusó de haber planeado la creación de una célula paramilitar en Bogotá junto con políticos y militares, con la intención de llevar a cabo una “limpieza social”. Estos hechos, documentados en sentencias judiciales de más de 120 páginas, revelan la gravedad de su participación en la violencia armada del país.
Además de los procesos ante Justicia y Paz, Mancuso enfrenta un proceso judicial por lavado de activos y concierto para delinquir, delitos que habría cometido después de su desmovilización de las AUC. De ser encontrado culpable, perdería los beneficios obtenidos por Justicia y Paz y tendría que responder ante la justicia penal ordinaria.