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Los divorcios dejan de ser tabú para convertirse en celebración

Si un divorcio no tiene marcha atrás, ¿por qué destruir también la reputación del otro, hacerle la vida imposible o dejarlo en la ruina?

5 de junio de 2011 Por: Verónica Gómez

Si un divorcio no tiene marcha atrás, ¿por qué destruir también la reputación del otro, hacerle la vida imposible o dejarlo en la ruina?

Hoy, cuando los divorcios suelen ser más comunes que los matrimonios, no hay por qué asombrarse si algún día, no muy lejano, recibe una tarjeta de invitación para festejar la separación de alguno de sus amigos.Tampoco si en medio de la celebración se topa con el anfitrión muy sonriente bailando, conversando o brindando con la ‘ex’. No es ninguna exageración. Ya son varias las parejas que han cambiado los fríos juzgados por una colorida celebración para darle fin a su matrimonio.Así lo publicó hace pocos días el diario The New York Times, donde dio a conocer por ejemplo el agasajo de divorcio de una pareja que incluyó hasta ceremonia de bautismo de la ex esposa, donde la madre de ésta simbólicamente le devolvía su apellido de soltera.También se anunció el caso de Andrew Marks, quien celebró con una divertida fiesta y buena comida su nueva soltería, y entre los regalos que recibió de sus amigos estuvo una efigie vudú de su ex mujer. Pero si bien el divorcio está dejando de ser un tabú o un motivo de vergüenza social, no causa gracia la idea de convertirlo en una celebración de esas dimensiones, “porque en un divorcio no se trata de disolver una sociedad de negocios, sino una sociedad afectiva, y los afectos dejan huella, uno no tiene que anunciar que se divorcia. Hay cosas que no se tienen que ir pregonando, claro que la gente las va sabiendo, pero no se puede llegar al extremo de perder la intimidad”, sostiene la psicóloga Gloria Hurtado.Por el contrario, al psicólogo Luis Eduardo Peña la opción de un divorcio con fiesta incluida no le parece una idea descabellada, “pues si hacemos rituales para bautizarnos, para graduarnos, para casarnos, ¿por qué no para separarnos?”. No desconoce que, desde cualquier punto de vista, una separación conlleva pérdidas económicas, emocionales y sociales. Por eso considera que, antes de contarlo y celebrarlo, la pareja tuvo que haber vivido este proceso amablemente, entendiendo que ningún matrimonio está excepto de llegar a su final.Sin embargo, son más las parejas que terminan enfrascadas en una eterna discusión que las que con un beso y un abrazo se dicen adiós.“Donde he visto más las emociones a flor de piel es en un proceso de divorcio. Muchas de mis pacientes dicen que en un divorcio es cuando realmente se conoce a la otra persona”, comenta el psicólogo Peña.Es tal vez por eso que idealizar un final feliz para una pareja parece para muchos una utopía. “Hay dos opciones, que ninguno sienta amor por el otro o que cada uno tenga ya un nuevo amor, para que se pueda lograr un divorcio en excelentes términos”, dice Gloria H. Pero para Cristina Toro, actriz del ‘Águila Descalza’, y María Elvira Samper, periodista, de acuerdo con sus propias experiencias, la clave para finalizar un matrimonio amablemente depende de otras cosas. “Dejar de ser personas de ataduras y lograr un reconocimiento de los verdaderos motivos por los cuales una pareja decide casarse”, responde la actriz de teatro, quien después de divorciarse continuó trabajando con su ex esposo y hoy son muy buenos amigos.En palabras de Cristina, cuando una relación no es de ataduras el otro vuela sin uno. Además -dice- hay que entender que en un divorcio no desaparecen de inmediato todos los motivos por los cuales dos seres se unieron. Es decir, si la convivencia de pareja no funcionó o no siguió siendo interesante, pueden perdurar otros sentimientos positivos como la admiración, el respeto y las formas de ver la vida.“Nosotros nos fuimos separando lentamente, pasando de una cama a la otra, luego de una pieza a la otra, luego de un piso a otro y finalmente de una casa a otra. Se hizo el trámite del divorcio de común acuerdo. La gran pelea entre nosotros era que él me decía: ‘Eso es suyo’ y yo le decía: ‘No, esto es tuyo’. Y al final terminamos diciendo que todo era de los dos y así quedó”, recuerda Cristina.De acuerdo con Cristina, para que una pareja termine en un divorcio conflictivo, tuvo que haber existido deslealtad. “Como seres humanos podemos sentir todo tipo de sentimientos hacia otras personas, pero en la medida en que se pueda ser honesto con el otro, es posible llegar a una solución amable. Pero cuando la relación se ve empañada por la traición y, desconociendo lo construido en pareja se patean los sueños, es muy difícil que pueda haber un final amable”, asegura.El secreto para lograr un divorcio en buenos términos, como en su caso con un hijo de por medio, se resume en una palabra para la periodista María Elvira Samper: “madurez” grande y muy buenas dosis. “Una mujer y un hombre con alto grado de madurez y que tienen un norte claro, saben poner los intereses de sus hijos por encima de los personales, porque una cosa son los factores que los impidieron seguir juntos y otra muy distinta que siguen siendo padres del mismo ser humano. Si la pareja se enfoca en eso, en sus hijos, apaciguar las diferencias es mucho más fácil”, afirma Samper, divorciada hace ya muchos años del presentador y actual embajador de México, José Gabriel Ortiz.María Elvira agradece a su ex pareja la forma civilizada en que recibió su decisión de separarse, “asistimos a psicólogos para tratar de mejorar nuestra convivencia, pero nos dimos cuenta de que era mejor partir cobijas a tiempo, antes que terminar mal. Ahora somos amigos, los hijos de su nuevo matrimonio son como mis hijos y tengo una magnífica relación con la nueva esposa de José Gabriel”, cuenta la periodista.No olvide: un divorcio en buenos términos vale más que mil disputas.Para divorciarse y no morir en el intentoResumiendo las opiniones de los psicólogos consultados, estas fueron las recomendaciones para lograr un divorcio en buenos términos:Toda persona, cuando se casa, debería saber que exite una posibilidad, aunque sea remota, de que el marimonio acabe. Esto reduce el impacto de recibir una noticia que se creía improbable.Antes de hablar de separación o divorcio, debe estar 100% seguro de hacerlo. No lo use como amenaza. De lo contrario, la pareja entrará en una inestabilida emocional muy destructiva. Evite manifestar su deseo de separación en una discusión, o cuando familiares o amigos estén presentes. Acuda a terapia de pareja, no necesariamente para salvar el matrimonio sino para recibir orientación sobre el impacto en los hijos y llegar a acuerdos con ayuda de un tercero obejtivo.Hay un trabajo personal de auto conciencia y aceptación de la realidad que cada miembro de la pareja debe hacer por separado (quizás con ayuda de un especialista). Traten de concertar los beneficios que traería para cada uno de los dos un divorcio.Lograr una división justa y equitativa de los bienes. Quedarse con las cosas que legalmente le pertenecen al otro, o destrozar su imagen en su entorno laboral, no va a disminuir la tristeza.No coloque a sus amigos ni a sus familiares en el centro de las disputas. Si bien pueden ser de gran apoyo para superar el duelo de una separación, no puede dejar que personas externas a usted y a su pareja opinen sobre la situación, o tomen partido.Se afirma que para los hijos es mejor un buen divorcio que un mal matrimonio, por eso JAMÁS hable mal de su ex pareja o de su familia política frente a los hijos. Tampoco gana nada con envenenar a sus hijos en contra de la nueva pareja de su ‘ex’. No les dañe el corazón.Intente recordar siempre los valores que tiene su ex pareja, por muy difícil que sea, y comparta con sus hijos estas cualidades que tienen como persona, como papá o mamá.La mejor manera para anunciarles a los hijos una separación es ser absolutamente claro y en calma, sin dar detalles escabrosos sobre las razones que los llevaron a una separación. La dignidad se enseña, y se aprende.Fiestas de divorcio son un ‘boom’ en EE.UUOrganizadoras Después de divorciarse Jenny Kuehneman se convirtió en Milwaukee, Wisconsin, en una reconocida organizadora de fiestas, especialmente para recién separados. “Es como una especie de clausura. No son una celebración del divorcio, sino una ocasión para reunir a los amigos y buscar apoyo en momentos difíciles”, dice la empresaria.La empresa londinense Pink Rose Cakes creó unas tortas con motivos divertidos, ideales para celebrar el final definitivo de un matrimonio fallido. Así, las decoraciones van desde los típicos muñequitos de recién casados pero dándose la espalda hasta hilarantes situaciones de asesinato.En estas fiestas, los nuevos solteros reciben cosas que los renuevan tales como: ropa, sesiones para la peluquería, estadía en algún spa y todo lo que ayude a la renovación de la persona.En las fiesta de despedidas de casados se decora con festines en los que el divorciado da rienda suelta a la tensión acumulada al disparar dardos contra la foto de su ex, hasta ceremonias espirituales.

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