El pais
SUSCRÍBETE

Identifique qué clase de jefe es usted

La nueva película de Jennifer Aniston, ‘Quiero matar a mi jefe’, pone sobre el tapete un mal de muchos: un jefe de pesadilla. ¿Se reconoce aquí? ¿A cuál ha padecido?

7 de agosto de 2011 Por: Verónica Gómez Torres

La nueva película de Jennifer Aniston, ‘Quiero matar a mi jefe’, pone sobre el tapete un mal de muchos: un jefe de pesadilla. ¿Se reconoce aquí? ¿A cuál ha padecido?

Qién no ha pensado alguna vez en la vida “¡Quiero matar a mi jefe!”. Acéptelo. Haberlo dicho o haberlo pensado no lo convierte en asesino, sólo es una forma de exorcizar los ‘demonios’ que le transmite este ser que tiene buena parte de su vida en sus manos. El psicólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Stanford, Robert Sutton, dice en su libro ‘Buenos jefes, malos jefes’, que la mayor dificultad laboral de las personas no es el mal sueldo ni la sobrecarga de trabajo, sino los malos jefes. Éstos -dice el investigador- inciden en la tasa de incapacidades laborales y en el bajo ritmo de producción de los empleados.Por su parte, Michael Loisier, uno de los conferencistas de ‘coaching’ más importantes del momento, sostiene en su libro ‘La ley de la conexión’ que una mala relación laboral puede corregirse, o al menos atenuarse, teniendo en cuenta el tipo de comunicador que es nuestro jefe y actuando en concordancia con esa realidad. Para evitar la eterna discusión sobre quiénes son mejores jefes, si los hombres o las mujeres, en este artículo nos centraremos en tipologías que se aplican por igual para ellos y para ellas, teniendo en cuenta que el jefe perfecto no existe. Mientras nace o desciende de una nave espacial, diviértase armando al suyo con estos ingredientes.El ególatra: Es una idea genial, ¿no?Nadie quiere que salga de viaje o se vaya de vacaciones. No es que lo extrañen. La razón es que, cuando regrese, repartirá reprimendas y tomará represalias por considerar que nada de lo que hicieron sus subalternos salió bien. Tiene la sensación de que, sin él, el mundo no sigue girando. “Tiene una imagen desmedida de sus propias cualidades y de su importancia para la empresa, que puede estar causada, en el fondo, por una gran inseguridad”, dice la psicóloga Iannini. En su visión del mundo, la vida es una gran película de Hollywood en la que él es la estrella y los demás son personajes secundarios o ‘extras’, cuyo rol es ratificar su genialidad y coincidir con sus “brillantes ideas”. Necesita refuerzos constantes en su autoestima. Necesita rodearse de personas que no le hagan sombra, o se pondrá paranóico. El Demonio: ¡Quiere tu alma!“Estos son los jefes más comunes, yo los llamo Mr. Burns (el personaje de ‘Los Simpson’). Cuando ven padeciendo a un empleado entrelazan sus dedos con satisfacción y exclaman: ‘excelente’”, dice Iván Marín, comediante de La Noche. No les sirve nadie, salvo aquellos que tengan vocación de tapete persa y quieran quedarse a su lado recibiendo insultos, maltratos y amenazas. “Es típico que este jefe, como parte del uniforme de dotación, les dé rodilleras a sus subalternos “, añade Iván. En su pasada encarnación fueron capataces de una hacienda esclavista. Inspirar miedo es su mayor arma, y quienes más les temen son los del área de recursos humanos que deben indemnizar a legiones de empleados que entran y salen de la empresa más rápido que decir “estás despedido”.“Hay un rasgo sádico en su personalidad”, dice la psicóloga Silvana Iannini, por eso son amantes de las jornadas inhumanas que incluyen noches y fines de semana, pues en la debilidad de otros hallan su autoafirmación. Siempre amenazan con despedir a todos, pero cuando un empleado decide renunciar actúan como si recibieran una puñalada por la espalda, una traición de los mil demonios.El picaflor: ¿Cómo me ven?En cada nueva contratación ve a una potencial conquista. No es que sea un Adonis, pero se vale de artificios de prestidigitador para tener no una, sino dos o más prospectos sin que haga cortocircuito su agenda de almuerzos, cenas y fines de semana. Se tiñe las canas y, como vive en la negación, jura que nadie sabe de sus andanzas, pero sus secretarias se persignan cada vez que su esposa llama o aparece. En su versión femenina es implacable. Para muchos, es una lástima que en la vida real las jefas acosadoras no tengan el cuerpo de Demi Moore en ‘Acoso sexual’ o el de Jennifer Aniston en ‘Quiero asesinar a mi jefe’. Los divos: En el “top of mind”Miranda Priestly, de la película ‘El diablo se viste a la moda’, es un ejemplo perfecto. Las divas y divos confunden la oficina con una pasarela de moda. Los divos hablan en un idioma que no se puede descifrar, producto de sus varios idiomas, suscinco maestrías y sus imnumerables viajes por todo el mundo. Comen todos los días en los mejores restaurantes de la ciudad, y antes de ir a la oficina ya han pasado por el gimnasio, el spa y una boutique para llegar a la oficina estrenando. Un “que hermosa le queda esa camisa” o “usted siempre tan elegante” bastan para tener contentos a estos jefes.El inútil: Que trabajen otros Quizá tenga talento, pero vaya si no lo demuestra. ¿Cómo hizo para tener ese puesto? ¿Qué diablos hace de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.? ¿Por qué sus superiores nunca descubren su incompetencia? Esas preguntas atormentan a los que tienen que padecer al inútil. Son magos para ocultar sus falencias, pasan de agache o se apropian de las ideas de otros para quedar bien. “Me han tocado jefes así, que son mejores oradores que trabajadores. Deberían dedicarse a las relaciones públicas”, dice el periodista Ronald Mayorga. El indeciso: ¿Será que sí?

AHORA EN Colombia