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Estos son los riesgos de consumir bebidas energizantes

El exceso de bebidas energéticas altera los sistemas cardiaco y neurológico. Mezclarlas con licor y drogas, una bomba explosiva.

13 de julio de 2014 Por: Lorena Rosero | El País

El exceso de bebidas energéticas altera los sistemas cardiaco y neurológico. Mezclarlas con licor y drogas, una bomba explosiva.

Revertir el cansancio y la fatiga, evitar el sueño, mejorar el rendimiento físico, brindar energía y mejorar el estado anímico son algunas de las promesas de las bebidas energizantes. Pero, ¿qué pueden producir en el organismo?Estas bebidas nacieron como complemento deportivo. Por eso consumir una sola lata y esporádicamente no representa mayor problema. La preocupación surge por el uso inadecuado de las mismas. “Cuando se toman muchas bebidas energéticas en un periodo corto de tiempo, el organismo podría colapsar. Una persona sedentaria, por ejemplo, podría ser la más afectada, debido a que las bebidas energéticas en altas dosis elevan el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Además, por contener cafeína son adictivas, producen insomnio, taquicardia, irritabilidad y ansiedad, entre otros síntomas menos comunes”, aseguró el médico cardiólogo Julián Coronel. El exceso de estas bebidas tanto en el deporte, en las salidas nocturnas y en la vida cotidiana puede generar también deshidratación. De igual manera puede causar temblores, malestar intestinal, dolor en el pecho, diarrea, dolor de cabeza y hormigueo en el cuerpo. Al ser un producto que disminuye el sueño, puede afectar la concentración y aumentar el apetito que conlleva a la obesidad. Alarma nacionalLa semana pasada el Consejo de Estado ordenó al Ministerio de Salud expedir una reglamentación para que las bebidas energéticas Red Bull, Vive 100 y Monster, comercializadas en el país, aclaren en sus empaques sus efectos nocivos. La preocupación surgió al ver que los niños consumen estas bebidas sin tener conciencia de que son estimulantes y perjudiciales para los sistemas cardiaco y neurológico. Además, son consumidas como bebidas comunes o hidratantes, lo que aumenta aún más el problema.Según el doctor Alberto Negrete, cardiólogo y electrofisiólogo del Centro Médico Imbanaco, “Estamos viendo casos severos de arritmias cardíacas en jóvenes por el alto consumo de estas bebidas que contienen cafeína, taurina, guaraná, todas juntas, y que son estimulantes”, cuenta. Una mezcla explosivaUn error frecuente es mezclar estas bebidas con licor. “Es común ver cómo actualmente los jóvenes consumen esta mezcla, sin saber el mal que le hacen a su organismo. Tanto el alcohol como los energizantes son vasodilatadores, si se hace la mezcla, pueden causar distintas complicaciones en el cuerpo como la hipertensión o en algunas ocasiones, arritmia cardiaca”, explicó Coronel.Los médicos coinciden que es un error llamarlos energizantes y más bien deberían llamarse estimulantes. Su peligro radica en que esa gran cantidad de cafeína ingerida a la par con licor permite llegar a un estado de ebriedad sin conciencia, incluso a un “coma alcohólico”, porque retrasa los efectos del alcohol. Otras consecuencias pueden ser: convulsiones, infarto, accidentes cerebrovasculares o muerte súbita.Un adolescente puede tomarse entre tres o cinco latas de estas bebidas mezcladas con licor en una noche. Esta altísima carga de cafeína (equivalente a unas 30 tazas de café) aumenta la frecuencia cardíaca, somete a un mayor roce de la pared interna de las arterias y produce una irritación que puede generar un coágulo que tape la arteria y produzca el infarto.En el largo plazo, estas infusiones terminan afectando diferentes sistemas, especialmente el cardiovascular y el neurológico, porque, en su afán de sentir mejor sus efectos, los adolescentes las mezclan incluso con drogas alucinógenas. Los efectos o daños comienzan en el sistema hepático.Ha sido de tal magnitud la expansión de su consumo en el mundo, que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), promovió en 2005, una ley que obligó a las empresas productoras, a reducir la cantidad de cafeína de 35 a 20 miligramos por cada 100 mililitros. Medida que logró disminuir el riesgo cardíaco en sus consumidores. No obstante, estas bebidas no se deberían consumir, insiste el doctor Alberto Negrete, bajo el argumento de que “Usted no sabe si tiene una enfermedad cardiaca preexistente. La bebida puede ser el detonante de un infarto y la muerte”.

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