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Varias víctimas del conflicto armado colombiano dieron su testimonio de perdón y reconciliación ante el papa Francisco en Villavicencio. | Foto: Colprensa

PAPA FRANCISCO

El testimonio de Pastora Mira García, la víctima que conmovió a Francisco

El pontífice valoró su historia de dolor, la violencia le arrebató a la mujer las vidas de su padre, su esposo y dos de sus hijos; y aún así logró perdonar y cuidar a algunos de sus victimarios.

8 de septiembre de 2017 Por: Redacción de El País

La antioqueña Pastora Mira García, a quien la guerra le quitó de su vida a su padre, sus dos hijos y a su esposo, logró conmover con su testimonio de perdón y reconciliación al papa Francisco durante su visita este viernes a Villavicencio.

Mira García fue una de las cuatro víctimas que compartió su historia con el pontífice durante el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional desarrollado en el Parque Las Malocas.

La mujer, quien ahora es concejala de San Carlos de Antioquia, narró cómo su vida ha estado marcada por la crueldad de grupos paramilitares y guerrilleros. Y luego explicó cómo ha logrado reponerse ante el dolor y perdonar. Explicó cómo llegó a cuidar en su casa de dos de sus victimarios.

"Todo el sufrimiento me hizo más sensible frente al dolor ajeno y a partir del año 2004 vengo acompañando y trabajando con familias víctimas de la desaparición forzada y en condición de desplazamiento", contó la antioqueña.

En respuesta, el pontífice resaltó su testimonio como prueba de que es posible "romper la cadena de dolor de la violencia, del odio y de la muerte con la ayuda de Cristo".


"Pastora Mira, tú lo has dicho muy bien: Quieres poner todo tu dolor, y el de miles de víctimas, a los pies de Jesús Crucificado, para que se una al suyo y así sea transformado en bendición y capacidad de perdón para romper el ciclo de violencia que ha imperado en Colombia. Tienes razón: la violencia engendra más violencia, el odio más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso sólo es posible con el perdón y la reconciliación. Y tú, querida Pastora, y tantos otros como tú, nos han demostrado que es posible. Sí, con la ayuda de Cristo vivo en medio de la comunidad es posible vencer el odio, es posible vencer la muerte, es posible comenzar de nuevo y alumbrar una Colombia nueva", dijo el obispo de Roma.

Y agregó: "Gracias, Pastora, qué gran bien nos haces hoy a todos con el testimonio de tu vida. Es el crucificado de Bojayá quien te ha dado esa fuerza para perdonar y para amar, y para ayudarte a ver en la camisa que tu hija Sandra Paola regaló a tu hijo Jorge Aníbal, no sólo el recuerdo de sus muertes, sino la esperanza de que la paz triunfe definitivamente en Colombia".

Lea aquí el discurso completo de Pastora Mira García:

“Cuando tenía seis años, la guerrilla y los paramilitares aún no habían llegado a mi pueblo, San Carlos Antioquia. Aun así, mi padre fue asesinado.

Años más tarde pude cuidar al asesino quien ese momento se encontraba enfermo, anciano y abandonado.

Cuando mi hija tenía dos años asesinaron a mi primer esposo. En seguida entre á trabajar a las inspecciones de Policía, pero a ellas tuve que renunciar por las amenazas de guerrillas y paramilitares que ya se habían asentado en la zona.

Con grandes esfuerzos logré establecer una piñatería, una juguetería, pero allí continuaron las extorsiones de los mismos grupos, guerrilla y paramilitares. Recurrí a regalar toda la mercancía.

En el año 2001 los paramilitares desaparecieron a mi hija Sandra Paola. Emprendí su búsqueda, pero encontré el cadáver solo después de haberla llorado por siete años. Todo este sufrimiento me hizo más sensible frente al dolor ajeno y a partir del año 2004 vengo acompañando y trabajando con familias víctimas de la desaparición forzada y en condición de desplazamiento.

Pero no todo estaba aún cumplido. En el año 2005 el bloque Héroes de Granada de los paramilitares asesinó a Jorge Aníbal, mi hijo menor.

Tres días después de haberlo sepultado atendí herido a un jovencito y lo puse a descansar en la misma casa que había pertenecido a Jorge Aníbal. Al salir de la casa este joven vio las fotos y reaccionó contándonos que él hacía aparte de ese grupo y era uno de sus asesinos. Además, nos narraba cómo lo habían torturado antes de darle muerte.

Doy gracias a Dios que con la ayuda de mamita María me dio la fuerza de servirle sin causarle ningún daño a pesar de mi indecible dolor.

Ahora coloco este dolor y sufrimiento de las miles de víctimas de Colombia a los pies de Jesús, del Jesús crucificado para que lo una al suyo y a través de la plegaria de su santidad sea transformado en bendiciones y en capacidad de perdón para romper el ciclo de violencia que en las últimas cinco décadas ha sufrido Colombia.

Como signo de esa ofrenda de dolor depongo hoy a los pies del Cristo de Bojayá la camisa que mi hija Sandra Paola, desparecida, había reglado a mi hijo Jorge Aníbal asesinado por paramilitares. que la conservamos en familia como auspicio de que todo esto nunca más vaya jamás a ocurrir. Y que la paz triunfe en Colombia.

Dios bendiga todos los proyectos humanitarios, educativos y productivos, porque son indispensables para crear condiciones que generen esta tan anhelada paz. Que Dios transforme los corazones de quienes se niegan a creer que con Cristo todo puede cambiar y aún no tienen la esperanza de que Colombia puede ser un país en paz y más solidario”

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