¿Sabe qué hacer con el aceite de cocina usado?, guía para evitar más contaminación
La inadecuada disposición del aceite vegetal que usa en su cocina, causa un impacto negativo en el medio ambiente, que tal vez usted no conoce.
¿Se ha preguntado alguna vez si está bien desechar el aceite de cocina por el lavaplatos? o ¿cuál es la mejor manera de deshacerse de este residuo?
El aceite vegetal es sin duda un ingrediente indispensable en las cocinas de todos los hogares y más aún en establecimientos que ofrecen servicio de alimentación. Luego de ser utilizado unas cuantas veces en frituras, el aceite es desechado casi siempre de formas inadecuadas, con consecuencias desfavorables para el medio ambiente.
Vaciar el aceite usado por el desagüe, arrojarlo a la tierra o guardarlo en frascos para luego tirarlo a la basura, son algunas de las prácticas más comunes para deshacerse de este líquido graso.
Así se evidenció en un sondeo publicado en la ‘Fan Page’ de Facebook de este diario, en el que algunos ciudadanos nos contaron qué hacen con el aceite vegetal usado (AVU).
Entre las respuestas obtenidas, la usuaria Mary Sandoval manifestó que “se bota en el lavaplatos porque en Colombia no se sabe reciclar para otros usos”.
Mientras Gloria Parra dijo que “lo envaso en una botella de plástico y lo tiro a la basura”.
Diana Cruz anotó por su parte “lo tiro por el sifón, ¿es malo?”
Pocos usuarios se refirieron al reciclaje. La mayoría parece desconocer las formas adecuadas de deshacerse de esta sustancia.
Aunque no lo crea, la acción aparentemente inofensiva de botar por el sifón el aceite de cocina usado o incluso el que viene con el atún enlatado, tiene consecuencias negativas.
Quizás pueda pensar que derramar un poco de aceite en el fregadero no hace la diferencia, pero imagine a miles de personas haciéndolo. Todas estas grasas que entran por el sifón y recorren las tuberías llegan al sistema de alcantarillado. Allí forman una capa que se aglutina con otras basuras como papeles, pañales, comida, pelos, generando bolas de sebo que taponan los drenajes. Estas obstrucciones causan desbordamientos de aguas negras e inundaciones en la ciudad cuando llueve. Además contribuyen a la proliferación de bacterias, insectos y roedores que inciden en la salud de todos.
No es exagerado. Hace pocos días se conoció una monstruosa bola de grasa que obstruye las cloacas en un sector de Londres, la masa más grande registrada en la ciudad con 250 metros de largo y 130 toneladas de peso. Esto ocasionado por el derrame de aceite vegetal, entre otros elementos.
Como si fuera poco, cuando las grasas llegan a los ríos o mares forman una capa en la superficie que impide el paso de la luz y el intercambio de oxígeno entre el aire y el agua, lo que altera los ecosistemas acuáticos dificultando la subsistencia vegetal y animal.
María del Carmen Cabrera, emprendedora ambiental que recicla aceite para convertirlo en biodisel, dice que “1 litro de aceite contamina mil litros de agua” y aumenta en gran porcentaje el costo de su tratamiento.
Según Marlin Olave, jefe del grupo de Calidad de Gestión Ambiental Urbana del Dagma, si bien es cierto que el aceite vegetal usado no está considerado en la normatividad ambiental como un residuo peligroso, la norma nacional relacionada con el manejo de vertimientos líquidos a los sistemas de alcantarillados y fuentes de agua superficiales, sí define límites permisibles de esas concentraciones.
“El decreto que antes regía los vertimientos definía que 100 mg/L (miligramos por litro) se podían permitir en un vertimiento de agua residual. Hoy se permiten máximo 50 mg/L y solo para una determinada actividad económica, en otros sectores como el de salud se permiten 20 mg/L. Las restricciones se hicieron más estrictas”, agrega.
“Mucha gente no tiene idea de lo que ocasiona tirando el aceite en el sifón. Hacen falta más campañas de sensibilización sobre esa problemática”, sostiene María del Carmen Cabrera.
Derramar el aceite en la tierra o tirarlo a la basura no son acciones menos contaminantes.
Para Eduardo Cobo, educador ambiental de la Universidad del Valle, se trata también de un problema de políticas públicas, asegura que “no hay una ruta adecuada de recolección de basuras. En Cali desde hace mucho tiempo tendría que haber una ruta de residuos orgánicos y de los otros residuos”.
¿Entonces qué hacer con el aceite vegetal usado (AVU)?
El manejo más responsable que se le puede dar al AVU, es reciclarlo. Este residuo puede ser aprovechado para elaborar barnices, cera, detergentes, jabones, combustibles, pinturas, velas, entre otros.
Existen en Cali empresas encargadas de la recolección de estos aceites para la fabricación, principalmente, de biodisel y jabón. Sin embargo, es necesario verificar que la entidad a la que le entregue el aceite, certifique la disposición final que le dará a este residuo.
Empresas como ‘B100’ y la Fundación de Emprendimientos Ambientales’ recogen el aceite vegetal usado de hoteles, casinos, restaurantes, cafeterías y hogares.
Un cambio en los hábitos inadecuados de disposición del aceite que usa para cocinar contribuye en gran medida a la conservación del medio ambiente.
Recomendaciones generales
Antes de lavar recipientes que hayan contenido aceites o cualquier tipo de grasas, límpielos para que los residuos no vayan al desagüe.
No utilice sartenes o utensilios oxidados que degraden el aceite.
Nutricionistas recomiendan utilizar el aceite de fritura máximo entre 3 a 5 veces.
Si derrama aceite no lo limpie con trapos o trapeador, pues al lavarlos la grasa se irá por el sifón.
Hábitos ideales para el manejo del AVU
Una vez listo para desechar, déjelo enfriar, fíltrelo y guárdelo en una botella plástica (puede ser una botella de aceite). Es importante que la botella en la que se almacene el aceite usado, no contenga agua o ninguna sustancia distinta al aceite vegetal.
Entrégelo a una empresa que recicle el aceite vegetal usado.
Tenga cuidado con el cartel de aceite pirata
Hay entidades ilegales que compran el aceite vegetal usado para limpiarlo y venderlo como aceite comestible nuevo, lo que representa un atentado contra la salud. Por eso es importante que la empresa a la que entregue el líquido, certifique la disposición final adecuada del residuo.