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Red hospitalaria de Cali, a punto de colapsar por 'coletazo' de la crisis del HUV

La ciudad es hoy una 'exportadora' de enfermos. Los médicos y enfermeros dicen que los caleños no han visto la magnitud del problema de la salud.

15 de septiembre de 2015 Por: Camilo Osorio Sánchez | Reportero de El País

La ciudad es hoy una 'exportadora' de enfermos. Los médicos y enfermeros dicen que los caleños no han visto la magnitud del problema de la salud.

Sobrecupos de hasta el 200% en los servicios de urgencia, ‘paseos de la muerte’ de hasta 40 horas en ambulancia, médicos que realizan cirugías casi en el límite del sueño, pasillos y zonas administrativas a reventar. El infarto que tiene agonizando al Hospital Universitario del Valle ya generó un efecto dominó que amenaza con llevar al colapso a los 10 hospitales de nivel I y II que conforman la red de salud pública de Cali.

Así lo denunciaron médicos, enfermeros y personal de apoyo de esas entidades, durante un recorrido que realizó El País este lunes por toda la ciudad. El panorama es alarmante. Según los directivos de los hospitales y el personal médico, la crisis hospitalaria de Cali va mucho más allá de de lo que los medios han mostrado hasta ahora.

En la mayoría de los hospitales, literalmente, “no hay cama para tanta gente”. Y es que en una ciudad donde hay una cama hospitalaria por cada 2.000 habitantes, según los datos del estudio ‘Cali en Cifras’, la parálisis del HUV y la Rafael Uribe ha dejado un ‘hueco’ enorme: son, en total, 755 camillas que hoy no están siendo usadas.

Como consecuencia, los hospitales de nivel I y II registran un sobrecupo histórico, pues además de tener que atender toda la demanda de Cali, deben recibir pacientes de los municipios aledaños y usuarios de las EPS del régimen subsidiado que eran atendidos en los dos grandes hospitales paralizados.

Tal vez, por primera vez, en su historia, Cali es hoy un ‘exportador’ de enfermos hacia otras ciudades de la región.

“El HUV garantizaba la atención de pacientes no asegurados y de niveles II y III, pero con esta situación, las IPS se están viendo obligadas a remitir servicios a otras clínicas de Buga, Palmira y hasta Popayán”, admite Harold Suárez, secretario de Salud de Cali.

El funcionario indicó que según la red de ambulancias públicas, el trasladado de pacientes se tarda entre 8 y 40 horas para ser atendidos en alguna IPS de la ciudad.

[[nid:463584;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/09/san-juan-dios-4.jpg;full;{Los hospitales de nivel II están colapsados tras la parálisis en el HUV y la liquidación de la Rafael Uribe Uribe. Descubra el panorama de la salud aquí.Periodista: Camilo Osorio Sánchez | Videógrafo: Álvaro Pío Fernández | El País}]]

Hospital San Juan de Dios

En el área de Urgencias de este hospital del centro de Cali, que sólo tiene capacidad para 22 pacientes, ayer lunes 82 personas esperaban atención de un médico. Muchas personas esperan con suero en los pasillos, descansan sobre sillas o duermen en los andenes del patio interno. La espera se hace eterna en camillas que tienen cajas de cartón, en vez de colchones.

El director del hospital, Iván González Quintero, dice que la congestión llega al 200% de la capacidad, pero que aún así el personal médico y de apoyo intenta garantizar la atención básica de todos los pacientes.

Los enfermeros de este hospital dicen que por la crisis hacen un “esfuerzo sobrehumano”, pues mientras un auxiliar atiende 10 personas por turno, ahora deben estar pendiente de 19 y 20 pacientes.

Los médicos, por su parte, valoran hasta 22 personas en un turno de seis horas, pero sólo hay un médico por turno. Así, por lo menos 40 pacientes no alcanzan a ser evaluados y deben esperar a que llegue el médico del siguiente turno.

Los galenos advierten que la red de salud del Valle está enviando pacientes de nivel II hasta el San Juan de Dios, lo que ha hecho que estén colapsados desde hace tres semanas. 

“Nos mandan pacientes muy críticos que no podemos manejar aquí, pero nos toca aceptarlos, lo que le genera doble trabajo a la Institución, pues tenemos que atenderlos y buscar a dónde remitirlos”, afirma Anngie Salazar, profesional de Atención Prehospitalaria.

“Hay una gran congestión y una mayor demanda de insumos. El grave problema es cuando hay que remitir a esos pacientes. Los más complejos son los de neurología, cirugía de tórax, oncología; muchas personas se acercan y nosotros no tenemos esa capacidad resolutiva”, agrega el director González.

Hospital Isaías Duarte Cancino

A las 9:00 a.m. del lunes Nelson Ortíz llevaba 17 horas sin recibir medicamentos para el dolor del brazo que se fracturó el domingo, en un accidente de tránsito en el Oriente de la ciudad. Tan sólo le aplicaron dos inyecciones en el hospital Carlos Holmes Trujillo, de nivel 1, antes de ser remitido al Isaías Duarte Cancino. Y ayer seguía esperando a que lo revisara un ortopedista.

Junto a él, la señora Carmen Otálvaro denunciaba que ningún especialista la había atendido a pesar de llevar más de cuatro horas en la sala de espera.

Ese gran hospital del distrito de Aguablanca, donde no hay servicio de urgencias, tiene capacidad para atender 200 personas al día, pero sus directivos afirman que está desbordado en cantidad de pacientes y complejidad de casos. El sobrecupo en hospitalización ya supera el 66%.

“Este hospital necesita del HUV para remitir pacientes. Necesitamos que se atienda la mediana complejidad para poder descongestionar”, dice Arturo Betancourt, subgerente del Isaías Duarte Cancino.

“Tenemos pacientes que por su condición médica llevan aquí esperando  hasta cinco días por una remisión hacia centros de tercer nivel; pero cuando están inestables debemos remitirlos a Imbanaco o Valle del Lili sí o sí; aquí no cabe un paciente más”, asegura Alejandro Guevara, encargado de recibir y remitir pacientes en ese Hospital.

A esto se suma que varios médicos suspendieron sus actividades hace 10 días porque les deben hasta cuatro meses de salario, según reporta Freder Ballesteros, presidente de la Liga de Usuarios del Isaías. “Este hospital es muy importante en el Oriente pero no hay citas y las autorizaciones no llegan a tiempo”, añade.

Hospital Mario Correa Rengifo

A las afueras del área de Urgencias de este hospital, situado en plena ladera de la comuna 18, esperaba ayer una familia que llegó desde el municipio de Dagua buscando atención médica. 

El padre de Nayive Majín tuvo una serie de convulsiones en la madrugada del viernes pasado y solo tres días después logró entrar a un hospital nivel II, pues en el HUV no había cómo atenderlo. El señor Majín era uno de los 50 pacientes que esperaba en un espacio diseñado sólo para 17 personas. Ante la avalancha de personas que demandan un servicio, los médicos tuvieron que convertir los pasillos de la institución en consultorios. 

“No damos abasto y la gente sigue viniendo. Esto ocasiona que se desmejore la calidad del servicio, aumenta la estancia en el hospital y no se puede prestar atención de calidad”, explica Miguel Marrugo, coordinador de Urgencias de esa casa de salud.

El galeno narró que la crisis es tal, que ya ha recibido a tres pacientes que compraron bolsas de sangre en entidades privadas y llegaron hasta allí para que se les practicara la transfusión, pues no hay unidades de sangre en el Hospital Departamental.

“Nos preocupan los niños, que siguen viniendo a montón. Tenemos pediatras y una sala reformada, pero cada vez son más. Los pacientes llegan de otros municipios al HUV, pero de allá los mandan acá”, agregó.

El secretario de Salud, Harold Suárez, dijo que le preocupa que este hospital no esté abierto las 24 horas. “Le solicito al Gerente que en este momento de crisis tenemos que ser imaginativos y el hospital podría apoyar aumentando la cobertura de tiempo”, dijo.

Lea también: Informe exclusivo: estos son los rostros de una crisis que tiene enfermo al HUV

El coletazo para las clínicas privadas

Imbanaco y Fundación Valle del Lili, clínicas especializadas de III y IV nivel, también sufren el golpe de la crisis del HUV y la Clínica Rafael Uribe Uribe, pues los hospitales de nivel II terminan mandando los casos complejos a estos centros de salud, donde por Ley tienen que ser atendidas las personas que llegan en estado crítico.

María Fernanda Valencia, gerente clínica encargada de Imbanaco, dijo que en esa casa de salud hay ocupación permanente, por lo que la llegada de más pacientes hace difícil la atención. “Nos han llegado 7 u 8 pacientes, que parece poco, pero son pacientes de mucha complejidad y no tenemos cupos en las salas de Cuidados Intensivos, por poner un ejemplo”, explicó.

Mientras tanto, en la Fundación Valle del Lili el sobrecupo de Urgencias ha llegado al 120%, y los médicos creen que puede aumentar si la crisis no se supera.

Ante el panorama, el secretario de Salud de Cali, Harold Suárez, anunció que se reunirá con los gerentes de las EPS del régimen subsidiado para evaluar una red alterna de salud y buscar alternativas que mejoren la atención de los pacientes en plena crisis, pues así se reactive la operación del HUV, aún no se sabe qué pasará con la clínica Rafael Uribe Uribe que prestaba gran ayuda en medicina interna y tenía más de 200 camillas disponibles.

Protesta por liquidación de Comfenalco - Unilibre

[[nid:463592;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2015/09/protesta-unilibre.jpg;left;{Foto: Bernardo Peña | El País}]]

Más de 200 estudiantes de medicina y enfermería de la Universidad Libre y Univalle se manifestaron en la noche del lunes, bloqueando parcialmente el paso de la Avenida Tercera Norte, al frente de la clínica Corporación Comfenalco - Unilibre, antigua Rafael Uribe Uribe.

El gerente liquidador del hospital anunció que antes del miércoles deberán ser trasladados los 129 pacientes que aún están hospitalizados, pues ya no hay vigilancia, ni servicio de alimentación.

 

 

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