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Mapa de riesgos naturales de Cali. | Foto: Elpais.com.co

Las otras 'Mocoas' que amenazan al Valle

Las comunas 1, 18 y 20 de Cali, zona de ladera, son las que están en más alto riesgo de que ocurra una tragedia como la que sucedió la semana pasada en Mocoa.

9 de abril de 2017 Por: Redacción de El País

Como lo ha venido advirtiendo este diario desde que se inició la temporada de lluvias en Colombia, las comunas 1, 18 y 20 de Cali, zona de ladera, son las que están en más alto riesgo de que ocurra una tragedia como la que sucedió la semana pasada en Mocoa.

En estas comunas, explica Carlos Gallego, director de Aguas Residuales y Saneamiento Básico de Emcali, hay sectores con pendientes mayores a 30 grados. Y eso las cataloga como zonas altamente peligrosas, propensas a deslizamientos, avalanchas.

“Las zonas donde las viviendas están ubicadas en antiguos cauces de quebradas son muy peligrosas. Lo vivimos en Cali en diciembre pasado, en Siloé, con el deslizamiento de tierra que dejó a 6 personas muertas. Las viviendas que colapsaron estaban a menos de un metro de la quebrada Isabel Pérez , cuando la ley dice que se deben respetar 30 metros. Uno de los problemas más graves en la ladera, además del incumplimiento de las normas, es justamente la saturación de los suelos por el mal manejo de las aguas lluvias. También representa un alto riesgo los asentamientos ubicados en cerros con actividad minera, como el Cerro de La Bandera”.

Un documento de la Secretaría de Planeación lo confirma. Según el informe, la Comuna 20 (Siloé - Cristo Rey) es la que más zonas de alto riesgo tiene en la ciudad. De sus 206 hectáreas, 155 en zona de ladera, 32 registran alto riesgo o riesgo no mitigable.

En general los sectores con un alto riesgo de inundaciones y movimientos de masa son las zonas aledañas a los ríos Cañaveralejo, Meléndez, Aguacatal, Lili, lo mismo que el oriente de la ciudad, debido a su cercanía con el río Cauca.

“En el caso de Cali, se presenta un alto riesgo en los ríos Cali y Pance, pues propensos a crecientes rápidas”, explica la CVC.

Según el Plan de Ordenamiento Territorial Cali, por su ubicación geográfica, de hecho, es propensa a inundaciones y movimientos de masa. “Son los fenómenos naturales de posible ocurrencia y con mayor potencial de impacto”.

El POT incluso presenta un documento en el que se determina que en la ciudad, desde 1970, han ocurrido inundaciones cada año, exceptuando 1991, cuando ocurrió el Fenómeno de El Niño. Es decir: ese año no hubo inundaciones porque no llovió.

Según el estudio, además, entre 1970 y 2011 los deslizamientos de tierra dejaron 40 personas muertas, 1282 damnificados, 164 casas destruidas y 486 averiadas. Eso indica que las avalanchas son más frecuentes de lo que se cree; no son tan naturales. En la mayoría de los casos en realidad las tragedias ocurren por la acción del hombre sobre la naturaleza. Aunque hay acciones que para muchos, quizá son inevitables.

Cali, históricamente, ha sido una ciudad a donde llegan personas desplazadas por la violencia. Y a muchos de ellos no les queda otra opción que subir hasta los cerros de la ciudad o las orillas de los ríos para levantar sus casas. La vida en alto riesgo perpetuo.
En Los Farallones justamente se han venido incrementando los asentamientos humanos, lo que también aumenta los riesgos sobre este sector.

¿Y las ‘Mocoas’ del Valle?

La CVC lo advirtió de manera literal: “lo ocurrido en Mocoa se puede repetir en el Valle”.

Esto debido a que el departamento se caracteriza por tener ríos cortos y de alta pendiente que descienden de las cordilleras. “Para el caso de crecientes súbitas tenemos alto riesgo con los asentamientos humanos ubicados sobre las cuencas de los ríos Desbaratado, Fraile, Guabas, Bolo, Nima, Tuluá, Sonso, Bugalagrande y Riofrío; y para el caso de deslaves y movimientos en masa el sector de Loboguerrero, la vía Cabal Pombo y los municipios de Sevilla, Trujillo y El Dovio”, explicó Harold González, coordinador de la Red Hidroclimatológica de la CVC.

Y es que en el Valle hay antecedentes de lo sucedido en Mocoa. La avalancha de Bendiciones, en la vía a Buenaventura, en 2006. Lo mismo sucedió en 1999 con el río Desbaratado y cinco años antes, en 1994, ocurrió la tragedia en Florida, debido a la avalancha del río Fraile.

El director de CVC, Rubén Darío Materón, recordó además que este año, en el departamento, ya ocurrió algo muy parecido a lo que pasó en Mocoa: el desbordamiento del río, Nima que provocó una avalancha en el corregimiento de Tienda Nueva, zona rural de Palmira.

“Por fortuna no había viviendas en las márgenes del río, de lo contrario se hubieran presentado pérdidas de vidas humanas”, dijo Materón Muñoz.

Y es que, explican los expertos, lo que pasó en Mocoa es llamado Avenida Torrencial. Sucede cuando un río o una quebrada que desciende encañonada de una montaña se desborda debido a las lluvias, arrastrando rocas, árboles, casas, lo que sea que haya por delante. Por eso, justamente, la importancia de construir las viviendas a por lo menos 30 metros de los cauces.

“Ni siquera las obras civiles, tipo muros de contención o similares, ofrecen una verdadera defensa contra las avenidas torrenciales”, dice el ingeniero Omar Chaves, de la CVC.

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