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Rocco será adoptado por una compañera de la Fiscalía de los guías Rinaldi y Buitrago, quien tiene finca en Buga. Se busca que los perros jubilados gocen de amplios espacios. | Foto: Bernardo Peña / El País

DROGAS

La historia del héroe de cuatro patas que venció a los narcos

Después de siete años de ayudar a localizar drogas en lugares insospechados, el canino será dado en adopción. Historias de un intrépido y valiente juguetón que no se dejaba confundir.

14 de octubre de 2018 Por: John Montenegro / Semillero de Periodismo USC- El País

Rocco hace parte del grupo de catorce perros antinarcóticos de la Fiscalía General de la Nación que recibieron la mención de jubilación el mes pasado en el búnker de esta entidad, durante una ceremonia realizada en Bogotá.

El labrador dorado es el único del departamento del Valle del Cauca en recibir este reconocimiento, logrado gracias a sus más de siete años de servicios, los cuales lo llevaron a convertirse en pieza fundamental durante múltiples operativos de la Sijín, la Policía Nacional, el Ejército y el CTI, apoyados por el Grupo de Soporte Canino de Cali.

Los inicios de Rocco en la Fiscalía se remontan a siete años atrás, cuando a sus ocho meses fue escogido para ser entrenado para convertirse en un perro antinarcóticos.

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Los guías caninos y agentes de protección 2, Juan Carlos Buitrago y Yoni Rinaldi Ocampo, explican que los perros labradores son muy utilizados para estas labores porque resultan ser muy nobles, juguetones y cariñosos, lo que facilita el trabajo, ya que se puede trabajar de mejor manera durante y después del proceso de adiestramiento.

Justamente, los agentes Buitrago y Ocampo son los mejores amigos y los compañeros fieles de Rocco en el grupo de apoyo canino, pues fueron los que vivieron junto al canino gran parte de sus hazañas y estuvieron junto a él hasta el último de los operativos en los que participó, dándole las indicaciones para que ejecutara su importante labor olfativa.

Y si bien los perros cuentan con una capacidad olfativa muy desarrollada, superior a la de los humanos, el proceso de adiestramiento es dispendioso.

La paciencia y la constancia son los factores principales para que progresivamente el animal reconozca los olores de las sustancias que el guía quiere que identifique. “El proceso de adiestramiento dura alrededor de cuatro meses. Durante este tiempo el perro comienza a reconocer los olores de sustancias como la marihuana, la cocaína, el bazuco y el éxtasis”, manifiesta Yoni Rinaldi, agente de protección 2, el cual hace parte del grupo de apoyo canino desde hace cuatro años y realizó un curso de cuatro meses en la Fiscalía, donde aprendió todas las técnicas de entrenamiento canino.

El acondicionamiento, dice Buitrago, se centra, en parte, en hacerle entender al perro que cuando reconozca esos olores nosotros le vamos a dar un premio o reconocimiento, que puede ser físico, por ejemplo, jugar con la pelota; sensitivo, mediante las caricias y los abrazos; y el verbal, donde se le demuestra al perro afecto de manera eufórica a través de las palabras.

Los guías exponen que muchas personas que no conocen el proceso de adiestramiento tienen la creencia errónea de que a los perros antinarcóticos los “ponemos a oler coca” o se les incita a volverse adictos a las sustancias. Buitrago sostiene que “todo eso son mitos. Si nosotros los seres humanos reconocemos el olor, por ejemplo, de la marihuana desde una distancia considerable, imagínese un perro”, comenta el agente, guía canino de la Fiscalía desde hace tres años.

La labor realizada por los perros antinarcóticos es fundamental. Gracias a las habilidades de Rocco se pudieron realizar con éxito diferentes operativos. “El grupo de soporte canino es muy utilizado en todo lo que tiene que ver con los allanamientos, y en general, cuando alguna de las entidades solicita nuestro apoyo”, asegura Rinaldi. Como en el caso de una captura que se hizo en Yumbo, durante un operativo realizado por la Sijín, a una persona que, presuntamente, guardaba cocaína en su casa, y donde los investigadores a simple vista no encontraban nada.

Pero, justamente, cuando pensaban marcharse, y gracias a la confianza que en estas operaciones se les tiene a los caninos antinarcóticos, los agentes, fieles compañeros de Rocco, le ordenaron que realizara su habitual labor. El perro, después de olfatear todo el lugar, les indicó que allí sí había droga. El agente Buitrago evoca que “Rocco pasó por uno de los cuartos, el cual no tenía luz y centró su atención allí. Se sentó en medio del cuarto, lo cual es la señal de que hay droga. Después de eso hablamos con los investigadores, ellos siguieron buscando y no encontraban nada. Hasta que después de mucho buscar logramos encontrar la droga dentro de unas cajas aparentemente nuevas y que guardaban objetos que nunca habían sido usados”.

“Para nosotros fue todo un reto, porque le entregamos a Rocco la responsabilidad de llevar capturada a esta persona. Todo parecía normal, no encontrábamos nada convincente y a eso se le sumaba el hecho de que el sospechoso, que estaba en compañía de su familia y de sus hijos, lloraba y juraba por ellos su inocencia. Pero Rocco no se dejó llevar por el llanto del sujeto. En esas situaciones él huele y se manifiesta de acuerdo con lo que le hemos enseñado”, afirmó Buitrago.

No se deja confundir ni distraer

En otra oportunidad, en un operativo en el Distrito de Aguablanca, “encontramos, gracias a Rocco, bolsas con marihuana escondidas dentro de los tomas de la energía. Curiosamente, quien escondía la sustancia, intentando engañar el olfato del animal, las mantenía guardadas dentro de empaques ya vacíos de café”, narró Rinaldi.

Es que Rocco y los demás perros antinarcóticos son capaces de identificar estos olores gracias a que durante el entrenamiento también se les pone este tipo de trampas para que agudicen más su habilidad al momento de la verdad.

Otro de los olores distractores con los que se entrena a los perros es el olor de las perras en celo, el cual, sino se trabajara durante todo el proceso, podría llegar a distraer o confundir a los caninos en las labores de operativos. Cuando los perros están preparados para reconocer los olores de las sustancias narcóticas, adquieren la capacidad de, por ejemplo, durante un operativo, oler muchas otras cosas, y aun así no confundirse o distraerse.

Cuando los caninos cumplen con el tiempo de servicio estipulado por la Fiscalía hay dos opciones: la primera es que los perros tienen la posibilidad de ser trasladados a una finca en Cáqueza, Cundinamarca, y la segunda opción es la adopción. En este caso la entidad verifica que la persona que desea hacerse cargo tenga las condiciones de darle una vida óptima al animal. Precisamente la adopción será el destino que tomará Rocco luego de su jubilación. Este canino, que aún se encuentra en las instalaciones de la Unidad Canina de Cali aguarda por su nuevo hogar.

Mientras tanto, sus guías no desaprovechan oportunidad para consentirlo, pues lo consideran un miembro más de la familia de la Fiscalía. Para ellos, ahora la relación con Rocco es un poco diferente, porque como está jubilado se relacionan y juegan mucho más con él.

Aunque sienten nostalgia por su partida, los guías también entienden que todo es un proceso, pues luego de la ceremonia en la que Rocco recibió su jubilación y le fue entregada una placa que exalta su labor y que guardan con orgullo en las oficinas del grupo de apoyo canino, les fue asignado Kalimán, el perro que ahora seguirá los pasos de su antecesor.

“Nos da duro dejar a Rocco porque logramos entablar una relación muy cercana con él, pero ahora nos toca adiestrar a Kalimán y volver a vivir todo este proceso”, puntualizó Buitrago.

El grupo de soporte canino de la Fiscalía a nivel nacional entrena perros para labores antinarcóticos, antiexplosivos, reconocimiento de restos humanos y papel moneda.

En el grupo de Cali solo se trabaja con perros antinarcóticos y antiexplosivos. Los perros que tiene a cargo la Fiscalía se jubilan a los 8 años de vida.

Kalimán, el sucesor

Tiene el nombre del superhéroe de las historietas y de la radionovela de origen mexicano, Kalimán, el cual marcó una época en los jóvenes colombianos en el siglo pasado. Es el nuevo integrante de la familia del Grupo de Soporte Canino de la Fiscalía de Cali.

El canino, de 1 año, de raza labrador, fue el escogido por la Fiscalía para reemplazar a Rocco. Este perro le fue entregado al agente y guía canino Yoni Rinaldi Ocampo el mes pasado en el búnker de la entidad, luego de la ceremonia de jubilación de los catorce caninos antinarcóticos.

Ahora, Kalimán se encuentra en las instalaciones del Grupo de Soporte Canino de Cali, donde ya comenzó con su proceso de acondicionamiento. Los guías esperan que el canino se adapte rápido y dentro de pocos meses pueda hacer su primera labor al servicio de la Fiscalía.

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