Cali camina hacia un futuro conectado, inteligente y sostenible

Aunque es difícil anticipar cómo será la Cali del futuro, expertos aseguran que la ciudad ya está dando pasos que la acercan a esa transformación que se proyecta a algunas décadas.

Con innovación, tecnología e infraestructura, el Distrito se encamina a una capital inteligente, que integra la visión Cali 500+ y la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para transformar la movilidad y el crecimiento urbano.

Esto lo confirmó Diego Giraldo, director del Departamento Administrativo de Planeación de Cali, que explicó que la urbe ya empezó a trazar la hoja de ruta hacia ese futuro.

“Nosotros estamos trabajando para construir y desarrollar esa ciudad que queremos tener en el futuro y tenemos que empezar a dar los pasos desde ya”, afirmó, al indicar que uno de los avances más importantes fue la definición conjunta, entre la ciudadanía, academia y sector privado, de la visión a largo plazo incluida en la estrategia Cali 500+.

En ese panorama también está la posibilidad de un metro para la capital del Valle.

Giraldo explicó que su viabilidad está sujeta a las necesidades que tenga la ciudad en los próximos años, pues señaló que los sistemas de metro suelen responder a urbes que requieren conectar largas distancias en poco tiempo y a gran velocidad, mientras que Cali, gracias a su escala, hoy permite desplazamientos relativamente rápidos cuando no hay congestión.

“Tenemos una apuesta por redensificar la ciudad y crecer en altura y no continuar con la expansión hacia municipios vecinos. Esa apuesta dependerá de cuándo llegue el momento y la población haya crecido lo suficiente para que se vea la necesidad de tener un metro”, anotó el funcionario.

Y recalcó que alternativas como el Tren de Cercanías y la optimización de los sistemas de transporte que ya están podrían transformar de manera significativa la movilidad en la urbe.

El tren de cercanías, una alternativa más cercana

Pese al retraso que se ha generado por decisiones del Gobierno Nacional, el proyecto del Tren de Cercanías continúa en marcha.

Según Giraldo, “lo que tenemos es un retraso que estimamos no sea mayor a un año. Queremos poder dejar las fases estructuradas al final de esta Administración y dejar los compromisos para las siguientes administraciones, formando así la posibilidad de tener el tren en el cronograma que tenemos planteado, que es para el 2035”.

Además de eso, el director de Planeación enfatizó en que es importante aclarar que cuando se habla del Tren de Cercanías no se trata de locomotoras antiguas, sino de un sistema moderno comparable a los trenes de alta eficiencia que operan en grandes ciudades.

La gran diferencia frente a un metro, explicó, no está en el tipo de vehículo, sino en la velocidad y el número de paradas que ofrece. Por eso, insistió en la necesidad de cambiar el imaginario colectivo frente a este tipo de infraestructura.

Cali le apuesta a ser una ciudad inteligente

En primera instancia, el director de Planeación Municipal precisó que una ciudad inteligente es la que toma decisiones basadas en datos. Esto implica articular las bases de datos de entidades públicas y privadas, avanzar en infraestructura tecnológica y garantizar conectividad en el espacio público.

“Esto tiene que ver con la interconectividad y la operatividad de esos datos y la conectividad en términos también de infraestructura. Por ejemplo, tener verdaderos sistemas de detección de tráfico para activar respuestas inmediatas para cambios de semaforizaciones y redirigir vehículos ante un accidente”, dijo Diego Giraldo.

Y añadió que igualmente se debe “tener suficiente acceso a datos ilimitados dentro de la ciudad en espacios públicos para que Cali se encuentre interconectada y pueda generar alertas inmediatas para que la administración pueda reaccionar”.

Asimismo, el funcionario destacó que este ecosistema también permitiría mejorar la respuesta ante emergencias, agilizar trámites mediante procesos automáticos y reducir errores en la gestión estatal.

“Todo esto hace parte de la estrategia de Cali inteligente y del impulso para consolidarnos como un hub tecnológico que desarrolle industria limpia y servicios de vanguardia”, puntualizó Giraldo.

Ahora, esa visión se complementa con la apuesta estratégica que lidera Cali 500+, una iniciativa que busca orientar la transformación de la capital vallecaucana y proyectarla hacia 2036 con un modelo más sostenible.

Isabella Zuluaga Ocampo, directora de Cali 500+, explicó que la visión de esta iniciativa es clara: “Cuidar a las personas, el territorio y el tejido productivo a partir de las grandes potencialidades de Cali: la biodiversidad y la interculturalidad”.

Según Zuluaga, contar con una visión de ciudad no significa imponer un camino único hacia el futuro, sino definir los mínimos que nos permitirán avanzar de manera conjunta.

E insistió en que uno de los grandes retos de Cali es dejar atrás la lógica de comenzar desde cero cada cuatro años.

“Empezar desde cero en cada administración ya no es una opción. Desde Cali 500+ queremos darle visibilidad a las iniciativas públicas, sociales y privadas que han demostrado ser efectivas y están transformando el territorio. Esas experiencias deben convertirse en el punto de partida para la toma de decisiones de las siguientes administraciones”, señaló la funcionaria.

Y agregó que “necesitamos que la ciudadanía, las organizaciones sociales, los empresarios y el sector público estemos alineados en unos acuerdos básicos, y que sea eso lo que se exija a las siguientes administraciones”.

A renglón seguido, Zuluaga Ocampo explicó que Cali 500+ se construye desde tres bases: cuidar el territorio en el que habitamos, mejorar el bienestar de las personas y dinamizar la actividad económica.

“Con base en esos criterios, destaco algunos macroproyectos que deberían ser priorizados por las administraciones, como el Tren de Cercanías, la regeneración de los corredores bioculturales de los ríos, la implementación de la estrategia protectora productiva de los bordes y distritos de innovación tecnológica y cultural, que garanticen espacio público, movilidad sostenible, seguridad, educación y la activación económica de Cali”, anotó.

Y continuó: “De igual forma, están otros que parecen pequeños, pero realmente están teniendo grandes transformaciones, como las iniciativas de ecobarrios, huertas urbanas y bosques urbanos”.

Al imaginar la Cali del 2100, Zuluaga piensa en las próximas generaciones: “Si hay algo que quisiera dejarles es una ciudad que vuelve a estar conectada por sus ríos; que el río sea otra vez el lugar de encuentro, de ‘parche’. Y que ese tejido que nace en Los Farallones y llega hasta el río Cauca nos ayude a superar las fracturas entre el occidente y el oriente”.

Para ella, la visión de futuro de la capital vallecaucana también significa planear con inteligencia y responsabilidad, tomando decisiones pensando en el largo plazo, aprovechando la biodiversidad, la diversidad cultural y la capacidad creativa de los caleños para construir un modelo de desarrollo sostenible que inspire confianza y participación.

“Quisiera dejar una ciudad que entendió que su mayor fortaleza es la vida que la habita: su biodiversidad, su mezcla cultural y su capacidad de crear. Un territorio que se planifica con inteligencia, que actúa con responsabilidad y que toma decisiones pensando en el largo plazo. Si logro aportar a que Cali vuelva a confiar en sí misma y a creer que puede ser un referente global en sostenibilidad desde lo local, ese sería el legado”, puntualizó.

Otros proyectos que transforman la Sultana del Valle son el Bulevar de Jovita, una de las apuestas urbanas con las que la Alcaldía Distrital busca revitalizar el corazón de Cali. La obra pretende recuperar y transformar la histórica Calle Quinta, convirtiéndola en un corredor turístico y patrimonial.

La intervención incluye la creación de espacios peatonales más amplios, recorridos activos y zonas pensadas para dinamizar la vida comercial y cultural del centro de la ciudad.

Además, el proyecto propone conectar el centro histórico con el centro ampliado, que abarca barrios como San Antonio, San Cayetano y El Peñón.

La Administración Distrital insiste en que esta iniciativa será clave para impulsar el desarrollo económico a la largo plazo de la urbe y consolidar un centro más atractivo y funcional tanto para los residentes como para los visitantes que lleguen a la Sucursal del Cielo.