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El Colectivo Juvenil El Faro lo integran distintos grupos de hip -hop del Distrito de Aguablanca. | Foto: Especial para El País

AGUABLANCA

El Faro, el colectivo cultural que proyecta la paz para derribar fronteras invisibles en Cali

Un colectivo cultural conformado por jóvenes artistas extiende una sábana cada viernes en la noche en la cancha del parque El Faro para proyectar una película, bailar, cantar, un carnaval por la vida que ha logrado derribar fronteras invisibles en el barrio con mayores tasas de homicidios en Cali.

11 de diciembre de 2022 Por: Santiago Cruz Hoyos, editor de crónicas El País<br>

Frente a la cancha hay un grafiti que dice: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Un par de niños juegan basquetbol, mientras unos perros corretean ciclistas. Austin, cantante del grupo de rap The Ganster Boys, señala hacia un tanque de almacenamiento de agua ubicado a unas cuantas casas.

– Antes, cuando el barrio Comuneros del Distrito de Aguablanca no era una invasión, estos terrenos correspondían a una laguna. Y la única tienda que había era justo donde está el tanque de agua. Esa tienda se llamaba El Faro. Todavía se llama así. Es el referente más cercano a la cancha. Por eso a esta cancha, y al parque, le pusieron ese nombre – dice y busca la sombra que ofrecen las incipientes ramas de un árbol que está detrás de las graderías donde nos encontramos.

Justo en estas graderías del parque El Faro, agrega Michael Ortiz, 24 años, integrante del grupo de rap The Lion King, “fue donde nació todo”. Michael se refiere al colectivo juvenil El Faro que, desde abril de 2022, cada viernes a las 7:00 de la noche, proyecta una película en esta cancha de Comuneros, ofrece presentaciones de baile y conciertos de rap, lo que ha transformado las dinámicas de violencia y consumo de drogas en la zona.

En las estadísticas de la Policía y del Observatorio de Seguridad de la Alcaldía, Comuneros figura como el barrio donde más homicidios se han cometido en Cali en lo que va del año. Michael aclara que, pese a esas noticias, la violencia no les ha logrado arrebatar la alegría a los jóvenes. Aunque el resto de la ciudad no lo crea, y aunque se pasan necesidades, “porque se pasan”, la vida de un joven en el barrio “es alegre”.

– Lo más difícil es encontrar el lugar de cada uno en el mundo. En mi caso es la música. Luego de que uno encuentra su propósito todo es más fácil. Aunque en Cali, para los jóvenes, no hay oportunidades. Entonces tenemos que crearlas. Es lo que estamos haciendo en esta cancha, con el colectivo juvenil El Faro.

El colectivo es la unión de varias “tribus” o grupos de rap y de danzas del oriente que, desde el paro nacional de 2021, decidieron seguir el grafiti que pintaron frente a la cancha: “sé el cambio que quieres ver en el mundo”.

Muchas de las vidas que se perdieron en los puntos de resistencia durante el estallido social eran de aquí, de Comuneros, interviene Austin. Uno de los muertos era un vecino reconocido, Miguel Ángel Pinto. Le dispararon en el abdomen en Puerto Resistencia. Otros siguen desaparecidos. Aún hay mucho dolor. Entonces los jóvenes artistas apelaron al hip – hop, al rap, que es una manera de expresar lo que se siente, lo que se piensa y consolidaron grupos como los Ganster Boys y The Lion King.

De a poco se fueron uniendo con otros grupos y conformaron el colectivo Juvenil El Faro para, por lo menos en la zona de influencia del parque y la cancha de Comuneros, hacer arte para espantar la violencia.

Austin señala ahora hacia el puente peatonal ubicado frente a la cancha, sobre la Avenida Ciudad de Cali. El puente, explica, es frontera invisible con el barrio del otro lado, El Poblado; a su vez el parque es el límite entre Comuneros y Mojica, otra frontera invisible. Por eso el parque permanecía solo. Nadie se atrevía a entrar a jugar fútbol o básquetbol por temor de quedar en medio de un enfrentamiento.

Desde el colectivo Juvenil El Faro se les ocurrió empezar a rapear en la cancha como una manera de hacer presencia con la cultura en el territorio, y los vecinos se acercaron. Ya no veían consumidores, sino artistas. Las graderías de la cancha se fueron llenando. Ese cambio en la cotidianidad del barrio los motivó a hacer algo más por la comunidad.

A Michael se le ocurrió entonces proyectar una película. Que fuera cada viernes, a las 7:00 de la noche, y que antes y después se hicieran presentaciones de freestyle, rap, la cultura hip - hop. A Austin le gustó la idea. También a Luis Alberto Grajales, cuyo nombre artístico es Nelio, otro de los integrantes de The Ganster Boys, que acaban de lanzar un sencillo, Lirios de Fuego.

Literalmente empezaron con las uñas. Aún lo hacen. Para proyectar la película utilizan una sábana blanca, que sostienen de dos varillas metálicas incrustadas en una mezcla de concreto dentro de dos baldes. El video beam es prestado. Las crispetas las llevan en bolsas negras. La primera película que proyectaron fue 8 millas, que narra los inicios en el mundo del rap de Eminem, y nadie se quiso acostar temprano.

Por lo menos por una noche, dice ahora Austin, lograron cambiar las dinámicas de violencia en la zona, una transformación que permanece hasta hoy. Con los artistas en la cancha, la comunidad desde las graderías viendo la película, se acabaron los enfrentamientos a bala entre los muchachos de los barrios vecinos, los robos en la Avenida Ciudad de Cali. Sin embargo, durante las primeras semanas, persistía el consumo de drogas en el parque.

Desde el Colectivo Juvenil El Faro se les ocurrió arreglarlo para atraer a los niños, y así persuadir a los consumidores para que se desplazaran a otro lugar. Con el apoyo de la emprendedora social y activista Mapi Velasco, quien respalda el proceso del colectivo desde sus inicios (“soy su mánager”, dice Mapi entre risas) organizaron una Vaki para recaudar fondos con los que restauraron los columpios, el rodadero, recuperaron la cancha de basquetbol, pintaron los juegos infantiles y, con los niños disfrutando de todo ello, establecieron un acuerdo con toda la comunidad: en el parque de El Faro no se consume droga.

– Y, sin proponérnoslo, el parque se convirtió en el punto de encuentro de los referentes de la cultura y el arte en el Distrito de Aguablanca, grupos de rap, bailarines de Freestyle, han encontrado un espacio para visibilizarse. Aquí en el oriente brota el arte, brota el talento que sigue siendo la resistencia de los jóvenes ante las adversidades – dice Austin, antes de despedirse para preparar el carnaval por la vida en Comuneros de cada viernes a las 7:00 de la noche.

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