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Doc Comparato, el guionista de Gabo

Doc Comparato dictó, junto a Gabo, el famoso taller de guión del que salieron una miniserie y un libro: ‘Me alquilo para soñar’. Nacido en Brasil, el equivalente en Colombia a Fernando Gaitán estuvo en Cali lanzando una obra revisada que es referencia en las escuelas de cine del mundo: ‘De la creación al guión, arte y técnica de escribir para cine y televisión’. De aquello, y de su diario secreto con el Nobel, habló con GACETA.

4 de septiembre de 2016 Por: Por Santiago Cruz Hoyos / Periodista de GACETA

Doc Comparato dictó, junto a Gabo, el famoso taller de guión del que salieron una miniserie y un libro: ‘Me alquilo para soñar’. Nacido en Brasil, el equivalente en Colombia a Fernando Gaitán estuvo en Cali lanzando una obra revisada que es referencia en las escuelas de cine del mundo: ‘De la creación al guión, arte y técnica de escribir para cine y televisión’. De aquello, y de su diario secreto con el Nobel, habló con GACETA.

- ¿Y cómo es eso de escribir un guión junto a Gabo?

- Lo  que más me impresionaba era su capacidad de imaginación. En el taller de guión que dimos en Cuba, ‘Me alquilo para soñar’, pasaban cosas muy graciosas. Por ejemplo estábamos discutiendo la estructura de un guión y yo le decía: la escena es así; el jefe político está reunido con el gánster. Están en una mesa haciendo negocios, pero hay que poner un poco de acción. Un camarero que sirva un café o algo. Pero el camarero no es espía, nada, está en otro mundo. El gánster le dice no, café no, tráeme el whisky de siempre, no me vengas con café. Pero Gabo se quedaba mirándome y me decía: el camarero tiene una cicatriz en la cara. Y viene de un pueblo de Colombia. Estamos en México, pero él viene desde Colombia como refugiado. Su madre era de una tribu del Caribe… Y yo le decía de inmediato: No Gabo, no. No me interesa para nada el pasado del camarero. Estás haciendo todo un universo para un camarero que es figurante en la escena. No Gabo, no.  Él era una especie de espiral de creatividad que era fascinante pero al mismo tiempo destrozante, porque se salía completamente del centro de la acción. Porque quien trabaja en un guión, distinto a la novela, está enfocado en la acción. 

Doc Comparato, brasileño él, fue el guionista que dictó junto a Gabriel García Márquez el taller de guión ‘Me alquilo para soñar’, en la escuela internacional San Antonio de los Baños, de Cuba, en 1987.  Algunos  lo llaman “el guionista de Gabo”. Hace unas semanas pasó por el Museo del Cine de Cali, donde lanzó una edición “revisada, ampliada y actualizada” de una obra que es referencia en las facultades de cine de buena parte del mundo: ‘De la creación al guión, arte y técnica de escribir para cine y televisión’. Algo así como la ‘Biblia’ del guión, o el camino que se debe recorrer paso a paso para contar una historia. Una buena historia.  

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[[nid:573162;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/p6gacetasep4-16n1photo02.jpg;left;{'De Gabo me sorprendía esa capacidad de infinita de imaginación', Doc ComparatoEspecial para GACETA}]]Doc Comparato quería ser actor. Al final fueron sus hijas las que se hicieron actrices. Él primero estudió medicina. De ahí su nombre artístico, digamos. ‘Doc’ es la manera cariñosa e íntima de llamar al médico, que a Comparato se le hace un personaje con un gran poder. Puede hacerle quitar la ropa a cualquiera con una sola frase.  

-Vamos a examinarte. 

En realidad el nombre de Doc es Luíz Felipe Comparato, descendiente de una familia italiana, nacido en 1949 en Río de Janeiro. En Brasil hizo parte de los fundadores del Centro de Creación de la Red Globo de Televisión, el departamento creativo de uno de los canales más importantes del país. Doc es algo así como el equivalente en Colombia a Fernando Gaitán (‘Yo soy Betty la fea’) solo que a él, a Doc, no le interesan las telenovelas. Por lo menos no para escribirlas. 

-No he hecho guiones de telenovelas. Fui más bien asesor creativo de varios proyectos. Me parece que la telenovela es un género que no se cierra, que es repetitivo, y eso no va con mi manera de contar historias. Yo soy muy de Aristóteles: tiene que haber un principio, un medio y un final. Punto. Una historia contada en dos horas. No en un año. Un año es demasiado tiempo,  no me jodas. Los personajes se  transforman, se vuelven otras personas, todo se sale de control. Ahora, no estoy hablando mal de mis amigos que lo hacen. Me gusta lo que hacen,  pero yo no tengo ganas de hacerlo. Yo tengo que cerrar todo. Saber que te entrego una historia con un principio y un final. Me siento más tranquilo. En una telenovela estaría muy nervioso. ¿Qué hago si a un actor le da un patatús en el capítulo 90? 

Doc, decíamos,  primero fue médico. Estudió medicina en Londres durante tres años. Y allá se sintió solo. Entonces escribía cartas para sus amigos. Cartas que nadie respondió. Pensó mejor en escribir para sí mismo. Y como le gustaba tanto el cine, se le ocurrió que podía, en su soledad, escribir guiones. Pero no tenía idea de cómo se hacía. 

[[nid:573164;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/p6gacetasep4-16n1photo03_0.jpg;left;{Doc Comparato, Gabriel García Márquez y los asistentes al taller de guión ’Me alquilo para soñar’.Especial para GACETA}]]

Buscó material, bibliografía. No había nada. Ni en inglés, ni en francés, ni en italiano. Nada. Eran los años 70. Lo único que encontró en la famosa librería  Shakespeare and Company de París fue un guión de la película ‘El diario íntimo de Adela H’, de François Truffaut, la historia de la hija de Víctor Hugo (‘Los Miserables’). Con ese libreto, Doc Comparato empezó a hacerse Doc Comparato. 

- Este fue el punto en que empecé a escribir guiones. Primero estudié cómo se hacía: Interiores, exteriores,  bla, bla, bla. Entonces, cuando volví a Brasil desde Londres, tenía ya varios guiones hechos. También algunos cuentos y obras de teatro, con los que obtuve algunos premios. En ese tiempo trabajaba en las mañanas en medicina, y en las tardes escribía. La mitad del tiempo la dedicaba a ganar el dinero que necesitaba para vivir, y la otra mitad al arte. Y todo fue rápido. En abril del 78 ya estrenaba en Globo. 

Entre otros, Doc ha escrito series y miniseries como ‘María  Bonita’, primera miniserie de ficción en Latinoamérica; ‘Nostradamus’, una obra de teatro premiada en Sau Paulo (estuvo en cartelera durante un año) y estrenada también en Roma; fue además el  fundador y coordinador en guión master en la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Pero Doc  es conocido, sobre todo, por su libro en el que explica  cómo se escribe un  guión (ha sido traducido a varios idiomas) y su amistad con Gabo.

-¿Por qué las obras de Gabriel García Márquez no tuvieron el mismo éxito en el cine?

[[nid:573165;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/p6gacetasep4-16n1photo04.jpg;left;{La obra se presentó en Cali.Especial para GACETA}]]

-Yo hablé varias veces con Gabo sobre eso. Y hay varios problemas, pero el  primero es que no tuvo buenos guionistas. Y lo peor: no tuvo buenos directores. Yo le decía: Gabo, no invites directores por ser comunistas. Invita a directores buenos, no que sean comunistas. Él no se  molestaba, así yo le dijera que para llevar sus libros al cine le faltaba un cineasta capaz de captar la esencia de sus obras, pero sin desviarse de la acción que necesita una película. Es decir que del libro hay que quitar, quitar, quitar, para alcanzar el objetivo dramático que logra un buen guión. Le puse como ejemplo ‘Crónica de una muerte anunciada’. ¿Por qué no tuvo éxito en el cine si era tan buen libro? Gabo no sabía y yo le dije: no tiene clímax ni final.  Simplemente filmaron la obra, tal cuál. ¿Por qué van a matar a Santiago Nasar? Tiene que mostrarse esa revelación tan importante. Él se acostaba con su madre. Eso se lee entrelíneas en la novela. Por eso todos lo odian. Tenía una relación incestuosa. Ahí está el jugo para hacer del libro una buena película. Él me miró y me dijo: tienes razón.

Doc Comparato, no está de más decirlo, no se considera comunista...

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En la nueva edición de su libro que lanzó en Cali, ‘De la creación al guión, arte y técnica de escribir para cine y televisión’, Doc incluyó un aparte llamado ‘Diario secreto de un guionista’. 

Es la historia, resumida, de su amistad con Gabo. Apuntes que tuvo la intuición de hacer en el taller que dictó con el único Nobel de Literatura colombiano, y del que al final surgió una miniserie que fue exhibida tanto en América como en Europa: ‘Me alquilo para soñar’. 

En el libro,  Doc se pregunta a quién le puede interesar ese diario tan caótico de unos hechos que sucedieron hace más de 30 años. Y se responde: “a usted, guionista”.  En realidad a todo aquel que trabaje con las palabras. 

Doc y García Márquez se conocieron en Moscú, específicamente en el lobby del Hotel Russia, durante el Festival Nacional de Cine, “el primero de la era Gorbachov. De apertura total. De transformaciones radicales. De Fellini premiado”. 

Gabo había sabido de Doc por la adaptación que hizo de ‘O tempo, o Vento’, del escritor brasileño Érico Veríssimo, una miniserie que ganó el premio del jurado en el Festival de Cine de La Habana. García Márquez era el presidente de  ese jurado. 

“Hasta hoy pienso  que Gabo deseaba, en realidad, trabajar con Érico Veríssimo. Pero terminó satisfaciéndose con el adaptador televisivo de este extraordinario escritor”, escribe Doc.  

Su diario narra fiestas, cenas, la generosidad de Gabo, su puntualidad para iniciar el taller a las 9:00 a.m., (“Gabo, en cuestiones de horarios, es más rígido que el protocolo de la Reina de Inglaterra”), la visita a la Casa de Hemingway,  cómo descifrar los manuales de los aparatos del hotel importados desde el antiguo bloque comunista, y por supuesto, pistas para escribir, narrar con imágenes.    

“Con respecto a los personajes, es importante tener presente que el nombre tiene mucha importancia, en la medida en que ofrece preciosas indicaciones para su construcción: su clase social, su carácter y tipología”. “La estructura es la fragmentación de la historia en momentos y situaciones dramáticas que más adelante se convertirán en escenas; es el cómo comunicamos nuestra historia al público”. “El comienzo de un drama es uno de los instantes fundamentales del espectáculo, ya que en las escenas iniciales, los personajes implicados presentan el problema que será resuelto al final. Un problema mal presentado lleva a la confusión durante el desarrollo de la historia”.  “Recordar siempre que un buen diálogo debe ser tan preciso como amplio. Debe estar al servicio del personaje, de la historia, del público y de todo lo demás. Recordar que en él se concentra la única arma del guionista: las palabras”. Doc, en su libro, también confiesa algo que le dijo a Gabo: “no me gusta el título de tu nueva novela,  ‘El amor en los tiempos del cólera’”. Ahora, en el Museo del Cine de Cali, se carcajea.  - Yo le decía: ¿por qué no le cambias el título? ¿Sabes cómo es el cólera? Es un horror. Tienes que cambiar el título para que la gente lo compre. Y él me comentaba: ¿supiste que Mercedes (esposa de Gabo) decía lo mismo sobre ‘Cien años de soledad’? Que quién iba a comprar un libro con un título tan triste. Pero Gabo decía no, yo lo voy a mantener. Cuando escuché el título por primera vez no capté su belleza, la poesía. Tiempo después, cuando leí el libro completo, lo llamé. Eran las 5: 00 a.m. Él se despertaba muy temprano. Quería felicitarlo, porque ‘El amor en los tiempos del cólera’ es otra de sus grandes obras. Y él me confesó algo: que se estaba muriendo del miedo con la novela. Después de recibir un Nobel, me  dijo,  hacer un libro malo sería una catástrofe. Entonces volvió a hacer una obra maestra.  *** “Lo que queda bien en el papel, queda bien en la pantalla. Un buen guión no garantiza una buena película, pero sin un buen guión seguro que no la habrá”.  “Se escribe para producir una influencia”.  “Esta forma escrita que llamamos guión es algo sustancialmente efímero: vive el tiempo que tarde en convertirse en un producto audiovisual”. “Una buena idea puede cambiar la faz del mundo, o al menos garantizarnos la supervivencia. Las ideas valen dinero y, toda vez que somos personas que vivimos de las ideas, no es injusto hacernos pagar por ellas”.  “La única ley que existe en dramaturgia es que no existen leyes. Sí hay principios”.  “Es fundamental escuchar a la gente. En una palabra, en una frase, están las historias”.  *** Sobre Doc Comparato, Fernando Gaitán escribió: “El nombre de Doc Comparato ha sido omnipresente desde los inicios de mi vida como guionista. No solo por sus apabullantes éxitos en televisión, cine y teatro, sino porque desde siempre ha sido una luz en el camino del guionista, especialmente latinoamericano, uno de los pocos autores que tienen el don de combinar su actividad y escribir textos sobre guión, no solo como un gran teórico, sino como alguien que proviene de las entrañas de la escritura audiovisual”.  *** Lo que impulsó a Doc Comparato a escribir  una guía sobre cómo se construye un guión fue un deseo: tener un libro así  a la mano. Como nadie lo había escrito, él decidió hacerlo. La primera versión publicada tenía 83 páginas. La más reciente tiene 382, y se incluye un capítulo sobre los nuevos medios para el guión,  como los videojuegos. Doc Comparato dice  que  el oficio  del guionista, de hecho, es el oficio del futuro.  - ¿Por qué? - Las cosas cambiaron. Estamos en un Museo del Cine, y si ves todas esas máquinas, no existen ya, no las usamos. Y son máquinas de hace apenas 60, 70 años. En los últimos 60 años cambiamos todo: Facebook, las plataformas, todos los objetos. Pero los sentimientos del hombre no han cambiado para nada. Desde Hitler hasta Trump. Los sentimientos siguen siendo los mismos: envidias, celos pasiones, soledad, rabia, odios, ambiciones. Aristóteles decía: un conflicto crucial para un personaje, tiene que ser crucial para todos los seres humanos. Y el ser humano es una especie en progresión. Estamos aún en desarrollo. Nunca se mató tanto como hoy. Esto habla de todo lo que nos falta por progresar, por desarrollarnos. Mira esta gente que está saliendo de los países en guerra, las barreras que se forman, es absurdo. Todo esto se repite a diario. Se ve la obsesión por el poder. Para un guionista, entonces, nunca hay falta de temas. Porque nosotros no trabajamos con las cosas. Trabajamos con el ser humano, con los sentimientos del hombre, que puede estar en el siglo 32 o en el 0 y siempre serán los mismos.  
 “Me gusta la posibilidad  de empezar de nuevo, tener un nuevo nombre. He vivido en muchos países. Hay que descubrir cosas nuevas, vivir otras experiencias para plasmarlas en los guiones”.
 

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