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Las riñas con los taxistas por los clientes o entre ellos mismos por los turnos en la pista, generan problemas de seguridad en la zona. | Foto: Ricardo Ortegón / El País

MOVILIDAD

Bicitaxis, otro modo de transporte informal que genera polémica en Cali

El transporte en bicicleta adaptada con asientos para pasajeros causa polémica por generar inseguridad y piratería.

11 de noviembre de 2018 Por: Redacción de El País 

Entre las voces de protesta que lo califican de ilegal o pirata, y las que lo ven como opción de rebusque para desempleados, circulan los autodenominados bicitaxis, sistema de transporte local que consiste en una bicicleta adaptada con sillas traseras para pasajeros.

“Cali se ha convertido en el paraíso de la ilegalidad en el transporte público y todo el que quiere violar sus normas se viene para Cali”, expresó Jhonny Rangel, líder de uno de los colectivos de taxistas de la ciudad, al explicar el auge de este fenómeno.

Rangel advirtió que estas empresas ilegales operan “exponiendo la vida e integridad de la ciudadanía, pues son unas bicicletas a las cuales les adaptan un carruaje atrás con plástico y tubos de PVC y la gente lo usa sin prever el riesgo que tiene”.

Se refiere a que, si se presenta un accidente, “el pasajero, que es el más afectado, va desamparado, porque el conductor se va y deja el triciclo y el usuario abandonados, ya que él no va a responder por eso, como tampoco si llega a causar accidentes a terceros ya que se les atraviesan a los carros”.

Rocío Selene Ruiz, líder de la Comuna 17, en la reciente mesa ciudadana sobre seguridad que realizó el diario El País, mencionó el fenómeno del autodenominado bicitaxismo como uno de los nuevos focos de inseguridad de ese sector del sur de la ciudad, y señaló especialmente a los que hacen pista en el barrio Valle del Lili.

“Hace días hubo una riña de dos bandos de bicitaxis. Fue al frente de mi casa. Con palos y piedras iban a alcanzar a los del otro bando. Esto es muy delicado porque van armados y pueden también disparar, salir una bala perdida y uno de los residentes resultar herido”, denunció la señora Ruiz, presidenta de la JAC Urbanización Valle del Lili.

Además, afirmó que los bicitaxistas transitan en contravía y parquean los vehículos en las zonas verdes, ocupando el espacio público de todos.
Como si fuera poco, vecinos del sector aseguran que algunos bicitaxis distribuyen droga. “En repetidas ocasiones lo hemos dicho. Hay más de 60 bicitaxis, los conducen personas de estratos bajos, y no es por discriminación, pero sí sabemos que venden sustancias alucinógenas”, denunció la líder.

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Explicó que “a los jóvenes los suben a esos bicitaxis y les ofrecen la sustancia mientras le dan el paseíto, y también la brindan a los jóvenes del barrio. Están armados. Uno de ellos me sacó un cuchillo, porque al dar una vuelta se cayó, y quise tomarle una foto”.

Hablan los conductores

Gustavo Zamorano Jr., conductor de una de las bicicletas para pasajeros y quien se autoproclama como “una especie de líder del gremio”, confirma que hay unos 60 bicitaxis que hacen pista en tres sitios de La 14 de Valle del Lili, que prestan el servicio de transporte a ese barrio, a El Caney y a Ciudadela Comfandi.

El País habló con varios de estos ciclistas de oficio y encontró que no son propietarios de los vehículos, sino que, como muchos taxistas, trabajan contraentrega: deben llevarle “al dueño de la empresa” $15.000 en día hábil, y $10.000 en día festivo. El excedente le queda al conductor.

Con la carrera mínima a $2000 y la máxima a $5000, le pueden quedar libres al conductor $20.000 o $30.000, aunque un día movido, como en quincena, puede dejarles $40.000 o $50.000, “que nos ganamos con esfuerzo, sudor y sacrificio”, enfatiza Zamorano.

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De acuerdo con los conductores, sus clientes son los de La 14 de Valle del Lili y prefieren el bicitaxi porque es económico y si el conductor ya lleva 7 u 8 meses y lo conocen, toman el vehículo.

A Jorge Rodríguez, residente del sector, le parece bueno el servicio “porque lo sacan a uno de apuros rápido”. Igual opina Andrea Sánchez, pero señala que “a los vehículos les falta mucha seguridad; en su comienzo fueron nuevos, pero ya están deteriorados y no les hacen mantenimiento”.

Además, señaló que las condiciones de trabajo de los conductores no son buenas para su salud. “Supe de un señor a quien el médico le dijo que no trabajara más en eso porque estaba perdiendo peso, había adelgazado mucho”, contó Andrea.

El País pudo constatar que este fenómeno se ha convertido en un medio de rebusque para desempleados, inmigrantes venezolanos, adultos mayores y hasta menores de edad o muy jóvenes que no tienen opción laboral. Como es un personal que rota mucho, encontramos algunos que estaban en su primer o segundo día de trabajo.

José Ramón Estrada, que dice llevar 5 meses conduciendo un bicitaxi, dice que con él son diez o quince venezolanos que trabajan en esto, y exhibe su carné de la empresa Ecotrans. Como Fernando Labrador, otro coterráneo, de solo 19 años, quien dice que si le va bien, al día se puede hacer 7 u 8 viajes.

Jhonny Rangel, vocero de una parte de los taxistas, rechazó el argumento del derecho al trabajo: “Ese argumento ya está muy trillado, es utilizado por la piratería, pero no es válido cuando pasa por encima de los derechos de un transporte que sí está legalizado, normalizado, como es el de los taxistas”.

El líder gremial enfatizó en que “todos han montado su negocio y su flota de transporte ilegal y han prosperado porque, como en otras ciudades los han acosado, se vienen para Cali ya que ven aquí una oportunidad de evadir impuestos y responsabilidades, debido a que no tributan ni pagan seguros, todo les queda en ganancias y así no les interesa legalizarse”.

Ante las quejas ciudadanas de que se cometen ilícitos en esos vehículos, Zamorano explicó: “Todos los conductores son diferentes, tienen sus virtudes y sus defectos; sus resabios y sus vicios, pero también hay que decir que somos amables y comedidos con los clientes”.

Zamorano admite que sí se presentaron riñas entre algunos conductores de bicitaxis o con taxistas, “pero eso era antes, hace como año y medio. Yo era el que más peleaba por los clientes o por un turno en la pista; tuve como diez peleas aquí, hemos tenido batallas campales, pero ahora ya estamos organizados y eso no ha vuelto a pasar, al contrario, trato de acomodar”.

Alejandro tiene solo 17 años de edad y va en las tardes y mañanas que no estudia, desde barrios lejanos del Distrito de Aguablanca, para ganar lo de sus útiles escolares y el transporte.

El adolescente admite que algunos pasajeros fuman marihuana en el carro, ya le ha pasado unas cuatro veces: “Les digo: ‘o lo apaga, o se baja’, porque le dejan el vehículo impregnado de ese olor y a los otros clientes no les gusta”.

Sobre la ilegalidad del servicio, otro conductor comenta que “el tránsito nos molesta dos veces al año, pero al ver que ya tenemos carné, estamos organizados y prestamos un buen servicio, se aguantan”.

Otro hombre que dijo ser docente, pero que conduce bicitaxi “porque los colegios están en vacaciones”, comentó “que esto es más legal que el Uber. Ya en 2019 nos van a pedir Soat y revisión técnico mecánica”.

Los conductores dicen que debieron cumplir requisitos para ingresar a una empresa de bicitaxis. “El primero son las ganas de trabajar, ser responsable y presentar su hoja de vida a la empresa”. Pero ninguno dijo dónde era la sede.

“Les solicito a las autoridades que regulen ese transporte ilegal, deberían controlarlo solicitándoles el Soat y los seguros que deben tener. En una visita que hizo el señor Alcalde a la comuna, se comprometió a hacer operativos con Policía y Movilidad, y esto aún no se ha dado”, recordó Rocío Selene Ruiz.

“Supuestamente salió un decreto a nivel nacional de que se iban a legalizar, pero no entendemos por qué no les piden los seguros y no se identifican estos personajes, porque no sabemos quiénes son ni de dónde viven”, concluyó.

“Hay más de 1500 bicitaxis”: Rangel

Johnny Rangel, presidente de la Asociación Taxis Unidos, reclamó que en Cali circulan “unas 1500 bicicletas piratas, porque no se le puede dar el rótulo de bicitaxis a un transporte que es ilegal”.

El líder gremial señaló que también hacen pista cerca al Centro Comercial Único, Ciudad Modelo, Vallegrande y Alfonso López, entre otros focos.

“Este tipo de transporte ilegal no se presenta solo en Valle del Lili, sino que también tienen base en la Carrera 3 con Calle 54, a dos cuadras de la Secretaría de Tránsito y todos los días pasan por el frente del despacho del Señor Secretario, delante de los ojos de la autoridad y no pasa nada”.

Sin embargo, El País encontró que el pasado 13 de julio, agentes de tránsito inmovilizaron 30 bicitaxis en Valle del Lili.

El País intentó varias veces comunicarse con el secretario de Tránsito, Juan Carlos Orobio, pero no respondió.

¿Empresas?

Los bicitaxis exhiben la razón social de las empresas a las cuales pertenecen, según constató El País en el sitio.

Según comentarios de algunos conductores, Ecotaxi es de Andrés Bolaños; Ecobici es de Gustavo, ‘El Paisa’. Otros propietarios son Heriberto Mesa y ‘Don Julio’.

El País trató de contactar a algunas de estas empresas, pero no aparecen registradas.

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