En la era digital, la conexión a internet se ha convertido en una necesidad fundamental, tanto para el trabajo como para el entretenimiento. Sin embargo, uno de los factores más ignorados —y a la vez determinantes— para garantizar una buena conexión es la ubicación del router WiFi.

Aunque muchos usuarios tienden a atribuir la velocidad de su red únicamente a la calidad del servicio contratado o al proveedor, lo cierto es que la posición física del router puede marcar una diferencia crucial en el rendimiento y la cobertura del WiFi.

Obstáculos invisibles

Para lograr una cobertura eficiente, la señal debe distribuirse de manera uniforme por toda la casa u oficina. No obstante, esta se ve frecuentemente afectada por interferencias y obstrucciones que degradan la velocidad de conexión.

El router WiFi esconde un puerto USB que muchas personas desconocen. | Foto: Getty Images

Entre los principales factores que afectan la señal se encuentran:

  • Obstrucciones físicas: Las paredes gruesas, especialmente las construidas con materiales como ladrillo, concreto o metal, pueden debilitar o incluso bloquear por completo la señal. Las distancias excesivas entre el router y los dispositivos también reducen considerablemente su alcance.
  • Interferencias electromagnéticas: Electrodomésticos como microondas, teléfonos inalámbricos o monitores de bebé pueden interferir con la señal, sobre todo si operan en la banda de 2.4 GHz, la misma que muchos routers utilizan.
  • Altura y posición: Los routers emiten señales de manera radial, por lo que colocarlos a una altura media y en una posición central puede mejorar significativamente la cobertura.

¿Dónde colocarlo para mejorar la señal?

La ubicación ideal del router es un punto central de la vivienda o la oficina, alejado de esquinas y muros gruesos. Si se coloca en un extremo, la señal llegará débil o inestable al lado opuesto del inmueble, afectando la experiencia de navegación.

También es recomendable mantenerlo lejos de dispositivos electrónicos que puedan generar interferencias. Aunque esconder el router en un armario o detrás de estanterías puede parecer una solución estética, hacerlo limita la propagación de la señal, especialmente si se trata de estructuras de madera densa o metal.

No todos los rincones del hogar son adecuados para ubicar el router WiFi, y algunas elecciones pueden resultar poco favorables. | Foto: Getty Images

Soluciones para espacios amplios

En hogares grandes o con múltiples barreras físicas, puede ser necesario reforzar la red con repetidores, extensores o sistemas de malla. Estos dispositivos amplifican la señal y extienden su alcance, pero también deben colocarse estratégicamente para maximizar su efectividad.

Optimizar la ubicación del router no solo mejora la velocidad de conexión, sino que también permite aprovechar al máximo el servicio contratado.

Un pequeño ajuste en su posición puede traducirse en una navegación más fluida, sin interrupciones y con mejor cobertura en todos los rincones del hogar.