Tras su descubrimiento el pasado 1 de julio, este cometa se ha convertido en uno de los objetos celestes que más atención ha captado, tanto entre entusiastas de la astronomía como por parte de expertos en centros dedicados a la investigación del cosmos a nivel mundial
Bautizado como 3I/ATLAS, no son pocos los científicos que se han dedicado a analizar tantos detalles como sea posible, mientras este se moviliza a lo largo del universo.
Pese a ser apenas el tercer cometa interestelar del que se tenga noticia, su inusual comportamiento ha generado todo tipo de teorías, llegando al extremo de asegurar que se podría tratar de un dispositivo extraterrestre, algo que no ha demorado en ser desacreditado debido a la poca evidencia sólida que se ha presentado.
A poco más de cuatro meses después de que se viera por primera vez, un grupo de astrónomos ha revelado nuevos datos acerca de su composición: las observaciones han confirmado la presencia de crio-volcanes -conocidos también como “volcanes de hielo”-, cuya erupción se habría dado una vez el objeto celeste se aproximaba al Sol.
Esto fue posible gracias a que el 29 de octubre 3I/ATLAS tuvo su paso más cercano al Sol. En este momento el objeto fue monitoreado por los investigadores Josep M. Trigo-Rodríguez, María Gritsevich y Jürgen Blum mediante el Telescopio Joan Oró del Observatorio del Montsec, en Cataluña.
Según indicaron, el calentamiento proveniente del gigante amarillo produjo que el hielo se transformara en gas, lo que ayudó analizar su firma espectral. El astrofísico Josep María Trigo explicó que “las similitudes espectrales indican que el 3I/ATLAS podría ser un objeto carbonoso primitivo, probablemente enriquecido en metal nativo y que experimentó una alteración acuosa significativa durante su aproximación al Sol, experimentado crio-vulcanismo”.
Este descubrimiento, pocas veces documentados en objetos procedentes del espacio, les ha permitido a los expertos que el interior de este cometa podría estar compuesto por mezclas complejas de hielo y materiales volátiles.
La importancia de este reciente hallazgo yace en que permitirá, por primera vez, seguir profundizando en la estructura interna del cometa, así como en la historia térmica de este tipo de objetos. Esta es, además, una oportunidad imperdible para expertos.
Análisis posteriores resultan casi imposibles de realizar para la mayoría de estos cuerpos celestes, debido a su reducido tamaño y a las limitaciones en materia de observación.
“Todos quedamos sorprendidos”, declaró al sitio web de noticias científica Live Science, Josep Trigo-Rodríguez, agregando que, “al tratarse de un cometa formado en un sistema planetario remoto, es notable que la mezcla de materiales que forma su superficie se asemeje a la de los objetos transneptunianos, cuerpos formados a gran distancia del Sol, pero pertenecientes a nuestro sistema planetario”.