El 30 de noviembre de 2022 fue un miércoles. Recordaríamos poco de esa fecha si no fuera porque el mundo cambió por completo. Ese día, una compañía pequeña llamada OpenAI lanzó una plataforma modesta. Se llamó ChatGPT, un nombre un poco aburrido que incluye una sigla técnica.

En pocos días, desató un furor. Nadie lo esperaba. En pocos meses, se convirtió en el producto tecnológico con el lanzamiento más exitoso de la historia. En los colegios, parecía que la educación había llegado a su fin. Se esperaba una ola de desempleo. Para muchos, este era el reino de Terminator. Dejando los escenarios apocalípticos a un lado, el tipo de inteligencia artificial representada por ChatGPT se ha vuelto indispensable para muchos (¡Me incluyo!). Pero, ¿qué es ChatGPT?

Es importante distinguir entre ChatGPT y los modelos GPT. ChatGPT es el portal, la interfaz a través de la cual interactuamos. Los modelos GPT, como GPT-3.5, GPT-4 y el nuevo GPT-4o, son el motor que impulsa a ChatGPT. Han evolucionado mucho desde GPT-2, lanzado en 2019.

Pídele a GPT-2 que describa un atardecer en el estilo de Miguel de Unamuno y obtenemos algo que se entiende a medias: “Todo suena a silencio, yacen nuestros ojos soñando. La realidad en la tierra se pierde y se extingue tenue pero bella. El silencio y el cielo se funden libros y soles de la eternidad. No escribo, escribo en silencio palabras trituradas en letras jaspeadas de rojo caolín”.

En cambio, el modelo más avanzado del momento, GPT-4o, da esta respuesta: “Un atardecer, con su luz moribunda, despliega sobre el horizonte un manto de melancolía que invita al alma a reflexionar sobre la finitud de la vida”. La diferencia en calidad es enorme, y se perfecciona todo el tiempo. Los modelos GPT también han mejorado en velocidad, costo y, sobre todo, en sus capacidades para procesar no solo texto, sino también imágenes, audio y otros formatos.

¿Cómo hablamos con ChatGPT? A través de ‘prompts’, que son ‘consignas’ o ‘solicitudes’. Al principio, eran instrucciones técnicas. Ahora, nos comunicamos con ChatGPT en un lenguaje natural. Incluso, las IA están empezando a generar ‘prompts’ a partir de nuestras descripciones vagas. Parece que nos leyeran la mente.

Es importante recordar que un mismo ‘prompt’ no produce el mismo resultado. Si pedimos lo mismo diez veces, obtenemos diez resultados diferentes. Te invito a que esto no te produzca frustración, sino un sentido de asombro. Explora las posibilidades.

Por ejemplo, hacer cambios pequeños en los ‘prompts’ puede afinar el resultado. Es útil pedir de manera precisa lo que buscamos (qué estamos escribiendo, cuál es nuestro público objetivo, etc.) y dar modelos de lo que queremos.

Por supuesto, ChatGPT no es perfecto. Puede generar información errónea o sesgada, las llamadas ‘alucinaciones’. Siempre es importante verificar los textos antes de utilizarlos en contextos importantes. No esperes resultados finales de una IA en este momento; espera borradores cada vez mejores.

ChatGPT merece un aplauso: cambió nuestra relación con la IA. Pero para mí, en este momento, no obtenemos los mejores resultados con ChatGPT. Los obtenemos con otra plataforma de la que hablaremos más adelante.