Hay un tiempo para cada cosa. Es cuestión de dejar que tu vida sea guiada por Dios.
Conoce el tiempo justo con una clara luz interna, y te mueves con prontitud y absoluta confianza.
Cuando estás en paz en tu interior, el tiempo no significa nada, y nada temes.
El tiempo pasa lento si no eres feliz, estás incómodo, y te parece que el día nunca se va a acabar.
Si disfrutas con lo que haces, el tiempo vuela y quisieras que el día tuviera más horas.
Aprende a disfrutar al máximo con todo, y que tu actitud hacia eso sea la correcta.
Así harás muchas más cosas, y las harás con amor y, por tanto, de un modo perfecto.
Unido a Dios, las cosas se dan. Cuando haces algo con amor, lo estás haciendo por mí, tu Dios.