La evacuación de las tropas estadounidenses de Afganistán, por parte del gobierno Biden, ha sido desastrosa. Las imágenes de personas montándose en las llantas de aviones en su intento de salir del país, o de padres entregando a sus hijos a soldados estadounidenses o de países miembros de la coalición de la Otan, muestran la tragedia humanitaria causada por una pésima ejecución del retiro de las fuerzas militares por parte del mandatario demócrata. Por consiguiente, será importante analizar uno de los errores principales de Estados Unidos en Afganistán y los efectos que esto podría tener en la influencia geopolítica estadounidense a futuro.

Daron Acemoglu, en su más reciente artículo para Project Syndicate, afirma que el principal error del gigante norteamericano fue la estrategia que utilizó para buscar imponer un Estado en Afganistán.
Según Acemoclu, Estados Unidos asumió que podría imponer un Estado “Desde arriba… esta estrategia no tiene sentido cuando el punto de partida es una sociedad altamente heterogénea organizada alrededor de costumbres y normas locales, donde instituciones estatales han estado ausentes o debilitadas hace mucho tiempo”. De esta manera, uno de los principales errores fue buscar imponer a la fuerza, en una sociedad marcada por diferentes tribus y por la ausencia de un Estado central, una serie de instituciones sin antes establecer lazos de credibilidad y legitimidad con los ciudadanos.

Acemoglu también resalta que “El éxito en la centralización del poder bajo instituciones estatales involucra el consentimiento y la cooperación de las personas que van a verse regidos por estas”. Esto no implica que los estadounidenses han debido establecer alianzas con los Talibán a través de los 20 años de ocupación, sino más bien haber establecido lazos de confianza con los ciudadanos y con las comunidades locales para construir legitimidad y apoyo popular en su proyecto de construcción del Estado.

Aunado a esto, las fuerzas militares no pueden ser encargadas de una tarea tan abstracta como construir un Estado. Estas son efectivas cuando su objetivo es claro y medible, como por ejemplo acabar con un grupo terrorista como Al-Qaeda y matar a Osama Bin-Laden, lo cual se logró, pero no con algo tan heterogéneo como la construcción de un Estado.

El accionar de Estados Unidos ya está teniendo reacciones geopolíticas. Los gobiernos de China y Rusia ya enviaron equipos diplomáticos a Kabul, para formalizar su relación y reconocer al gobierno Talibán. El retiro de tropas por parte del gobierno Biden puede ser interpretado por Beijing como una señal que el gigante norteamericano no estaría del todo inclinado a cumplir con el acuerdo de defensa que tiene este país con Taiwán, en caso de un ataque por parte de China. En el aniversario de los 100 años del partido comunista chino, el presidente Xi en su discurso afirmó que China tiene un ‘compromiso inquebrantable’ con Taiwán en temas de reunificación y que “nadie debe subestimar la determinación, voluntad y la capacidad del pueblo chino para defender su soberanía nacional”. Por consiguiente, el accionar del gobierno Biden podría derivar en que los compromisos de defensa militar por parte de Estados Unidos sean puestos en duda, y que sus adversarios hagan cálculos expansionistas, cambiando la geopolítica mundial.
Sigue en Twitter @Mariocarvajal9C