En Cali, desde su fundación en el Siglo XVI hasta entrado el XXI, la naturaleza está muy presente de muy diversas maneras en esta ciudad, ahora muy extensa; naturaleza que desde luego hay que aprovechar mucho más y mucho mejor, y así procurar una excelente calidad de vida para todos sus habitantes. Para lograrlo es preciso repensar a Cali en función de su sabroso clima natural, y de la naturaleza que la rodea o que está adentro de la ciudad en casi todos sus sectores.
Amaneceres, atardeceres y noches que en Cali suelen ser los más variados, frescos y agradables momentos de cada día a lo largo de todo el año, íntimamente relacionados con sabrosos desayunos, comidas y cenas. A los que se debería agregar el mediodía a disfrutar también, entendiéndolo como una pausa muy grata, oportuna, necesaria y larga, junto con el almuerzo, acompañada luego por una corta siesta en una hamaca, sin duda saludable para la mente y el cuerpo.
Cordillera extensa y con sus muy altos farallones arriba, varios piramidales cerros abajo y un amplio valle a sus pies hasta la otra cordillera a su frente, son bellos paisajes naturales que rodean a Cali por sus cuatro lados, pasando a ser parte integral y característica de la ciudad misma. Por lo que es necesario que en las vías que circulan hacia dichos montes al fondo no se los tape con edificios altos y vallas aéreas; y hay que destacarlos y hacerlos más visibles desde plazas y parques.
Árboles, arbustos y flores integran en Cali una muy hermosa vegetación, muy abundante y variada, la que además se puede disfrutar todos los días desde el amanecer hasta la noche; y que por supuesto igualmente está presente en los muy diversos paisajes que rodean la ciudad, y que penetran en esta. Por este motivo, como responsablemente de frente al cambio climático, es preciso proteger y aumentar mucho más dicha vegetación en la ciudad misma y en dichos varios paisajes.
Ríos, brisas y lluvias cruzan a Cali y la refrescan; son siete ríos, y el río Cali es el eje a lo largo del cual se desarrolló su Centro Histórico, y que por lo demás varía mucho, desde su parte alta, sonoro y limpio, hasta su desembocadura en el río Cauca, ya más ancho y quieto. Ríos a proteger y rodear de zonas verdes, a los que diariamente puedan llegar los que habitan cerca de ellos, o a sus lugares más destacados y tradicionales, todos los que viven la ciudad o la visitan.
Armadillos, iguanas y mariposas, entre otros muchos animales, están en Cali por todas partes, especialmente las muchas variedades de aves que vuelan sobre la ciudad en diferentes momentos del día y que reposan en los árboles de sus calles, parques y zonas verdes. Según informa el Dagma, hay 562 especies: 72 migratorias, 52 semi endémicas y 7 endémicas, es decir que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, lo que ha llevado a que ya se hable de la ‘ciudad de las aves’.
En Cali, lo natural (topografía, vegetación, clima flora y fauna) es la más importante cualidad de la ciudad, y de allí la importancia de considerarlo siempre en primer lugar, mediante un paisajismo pertinente, ya sea en su planificación, urbanismo, arquitectura o diseño de equipamiento urbano; logrando en consecuencia que lo cultural, como lo es la ciudad en tanto artefacto, sea igualmente importante. Lograr que en Cali lo ‘natural’ sea pensar y disfrutar de la naturaleza.