Ojalá este año se cumplan a fondo todos los acuerdos contra el cambio climático en todas partes. Se terminen las guerras en Ucrania y Palestina. Se eliminen las armas nucleares. Se utilice correctamente la inteligencia artificial, IA, y los robots. Se conserve la naturaleza, aguas, vegetación y fauna. Se estabilice la población del mundo. Se recupere la democracia y se la fortalezca con gobiernos parlamentarios. Se acaben los dictadores y se limite el periodo de los presidentes elegidos. Se disminuyan lo más posible las diferencias económicas y las discriminaciones sociales y étnicas. Se despenalice el consumo de drogas y se lo trate como un problema de salud. Y se extienda y mejore la educación, lo que es básico para lograr todo lo anterior.

Ojalá en Colombia se elija un presidente, mujer u hombre, no autoritario, y que sea educado, instruido, informado, eficiente, con experiencia en el gobierno, que conozca bien el país, sin vínculos con personas corruptas, ya sean familiares o no, y que se rodee de consejeros y ministros ídem. Que lo mismo suceda con los gobernadores y alcaldes; Senado, Cámara, asambleas y concejos. Que se acabe la corrupción a todo nivel. Que se acaben las narcoguerrillas, los atentados, los asesinatos y la delincuencia. Que se respeten las regiones de acuerdo con su geografía, historia y tradiciones. Que se entienda la importancia de las ciudades. Que no haya discriminaciones de ningún tipo entre los colombianos. Y que piensen como educados ciudadanos del mundo.

Ojalá se logre que Cali sea una ciudad segura y de buena movilidad en ella, y con un eficaz transporte público, y con andenes continuos, llanos, amplios y arborizados. Que se oficialice su área metropolitana, como parte de la subregión sur del valle alto del río Cauca. Que se consoliden en Cali ciudades dentro de la ciudad y fuera de ella, ya propuestas. Que se las una entre ellas y con toda la región y el país, por medio de los dos ejes urbano-regionales ya propuestos, norte-sur, oeste-este, los que incluye tren y autopistas. Que se controle el ruido ajeno, los estacionamientos en las calles, y el uso y altura de las edificaciones. Que el respeto, amabilidad, simpatía y cooperación entre conocidos se extienda a los otros vecinos y a los demás habitantes de la ciudad.

Ojalá que al Centro Histórico de Cali se lo proteja con un pertinente Plan Especial de Manejo y Protección, Pemp. Que los propietarios, arrendatarios, usuarios y visitantes de sus predios de interés cultural, BIC, entiendan que su valor histórico, cultural, social, y por lo tanto político, es para todos; pero que, además, en tanto patrimonio urbano y arquitectónico, su valor económico lo es solo para sus propietarios, y que este aumenta, pero en la medida que se lo preserve adecuadamente. Que se entienda por parte de las Autoridades Municipales, que los barrios de San Antonio y San Cayetano, ya parte de dicho Centro Histórico, son primordialmente residenciales, y realicen un control efectivo sobre las intervenciones en las edificaciones y su adecuado uso.

Aparte de que difícilmente todos estos propósitos expresados en los párrafos anteriores, se puedan cumplir en solo un año, es imperativo considerarlos para seleccionar inteligentemente por quién votar el próximo domingo 8 de marzo de 2026, para que entonces sí se les pueda dar inicio en los próximos cuatro años. Pero mientras tanto, ojalá que todos puedan gozar este año de lo mucho que ofrece este país, en tantos climas, montañas, árboles, aves, ríos y mares. Que puedan disfrutar de fiestas y celebraciones y espectáculos culturales y deportivos. Que se puedan reunir periódicamente con familiares y amigos para charlar, comer, beber, mirar y fumar sabroso. Y que puedan viajar a otras partes, y que a su regreso entiendan la maravilla que aún podría ser este país.